La sociedad poscrisis, m¨¢s dual que nunca
El 52% estima haber descendido de clase social. Surge la figura del ¡®consumidor ahogado¡¯
En el momento en que el crecimiento econ¨®mico se ha instalado en Espa?a conviven en nuestro pa¨ªs dos sociedades muy distintas: una acomodada, con empleo estable, confiada y optimista; y otra azotada por el paro, la precarizaci¨®n, desconcertada y emocionalmente da?ada. Un 52% de los ciudadanos afirma haber descendido de clase social, el 34% de la poblaci¨®n est¨¢ forzada a comprar productos m¨¢s baratos que antes, y el 66% cree que la desigualdad social es uno de los problemas m¨¢s graves del pa¨ªs.
La sociedad poscrisis no se parece a la sociedad precrisis. El balance devastador de estos a?os se mide en t¨¦rminos de ganadores y perdedores, lo que demuestra que la salida a la misma ha sido injusta y no una fatalidad natural, sino una opci¨®n pol¨ªtica. La crisis ha sido redistributiva en sentido inverso. Estos datos, de 2015, corresponden al estudio Microtendencias y h¨¢bitos emergentes de vida, consumo y compra, que todos los a?os elabora la empresa de investigaci¨®n My Word. Las tendencias que emergen de ¨¦l podr¨ªan explicar una parte de las preferencias electorales de la ciudadan¨ªa que, al votar, tiene en cuenta tanto su ideolog¨ªa como las condiciones econ¨®micas en las que se desarrolla su vida. Estos vectores complementan los ¨²ltimos datos sobre el consumo, que elabora el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), que indican que las ventas minoristas del mes de enero, corregidas de los efectos estacionales y de calendario, han aumentado un 3,3% respecto al mismo mes del a?o anterior. Por otro lado, el informe Nielsen sobre las ventas de grandes superficies describe al pasado a?o como el mejor desde el inicio de la crisis, por una coincidencia de factores como el r¨¦cord de turistas extranjeros, la mayor confianza del consumidor o una mayor renta disponible de los espa?oles (la rebaja de impuestos preelectoral).
Del estudio citado se desprende la aparici¨®n de una nueva figura en la vida econ¨®mica espa?ola: la que se denomina el "consumidor ahogado", que se ve compelido a actuar de un modo muy distinto a hace ocho o nueve a?os, y que ha transformado profundamente sus h¨¢bitos de vida y de compra. El "consumidor ahogado" ha sido azotado por la crisis y la primera lecci¨®n que ha aprendido es que tiene que ahorrar en todo, por si volvieran mal dadas; no solo en la adquisici¨®n de productos (marcas m¨¢s baratas), sino en la contrataci¨®n de servicios (menos servicios, sobre todo los suntuarios) y en los gastos del hogar (un 35% de los mismos apenas pone la calefacci¨®n por no poder hacer frente al gasto de la misma, un exponente de la denominada pobreza energ¨¦tica). Este tipo de consumidor es menos materialista, m¨¢s austero, m¨¢s solidario, m¨¢s emp¨¢tico ante el sufrimiento ajeno y muy exigente con el funcionamiento de las empresas.
Aunque el estudio no establece comparaciones con otras sociedades europeas, se sobrentiende que las tendencias principales son semejantes en la mayor parte de los pa¨ªses. As¨ª es como se puede entender mejor la intensificaci¨®n de las medidas de pol¨ªtica monetaria adoptadas por el Banco Central Europeo la pasada semana para toda la zona euro. La constataci¨®n de que la econom¨ªa europea est¨¢ en una especie de estancamiento secular estructural, con poco crecimiento, tentaciones de deflaci¨®n y una creaci¨®n de empleo por debajo de su potencial, tiene tanto que ver con la actuaci¨®n excepcional del BCE como con la emergencia de esos "consumidores ahogados" en el seno de cada pa¨ªs. Lo mismo que la ausencia de cr¨¦dito suficiente en el aparato productivo; hasta ahora, el sector financiero prefiere refugiarse en los recovecos del sistema (depositando su dinero en el propio BCE, aunque le cueste algo) que asumir el riesgo de regar con liquidez a las empresas y familias. ?Para cu¨¢ndo los est¨ªmulos fiscales y la inversi¨®n p¨²blica?
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