Usar ¡®Brexit¡¯ para matar a Grecia
Una Europa aturdida por la campa?a del refer¨¦ndum sobre la permanencia de Reino Unido en la UE se distraer¨ªa de una hipot¨¦tica suspensi¨®n de pagos de Grecia o de cualquier otra operaci¨®n que cambiase las condiciones del tercer rescate (por ejemplo, la salida del FMI del mismo). Este es el sentido que se puede atribuir a la conversaci¨®n entre el director de los asuntos para Europa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Poul Thomsen, y la jefa de la misi¨®n del FMI en Grecia, Delia Velculescu, publicada por Wikileaks hace unos d¨ªas.
?Para qu¨¦ querr¨ªa el FMI cambiar las reglas del juego sobre Grecia? Primero, para ganar una batalla sobre el resto de los acreedores que forman la llamada cu¨¢driga (adem¨¢s del Fondo, la Comisi¨®n Europea, el BCE y el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera). Y segundo, para forzar a Grecia a otra negociaci¨®n a cambio del resto de los 86.000 millones que hay que desembolsar, todav¨ªa m¨¢s onerosa que las anteriores para los intereses de los ciudadanos helenos. El FMI es partidario de una reestructuraci¨®n de la deuda p¨²blica griega (180% de su PIB) porque entiende que es imposible de pagar. Los dem¨¢s acreedores, todos europeos y encabezados por Alemania, no quieren ni o¨ªr hablar de alivio, reestructuraci¨®n o quita de la deuda, por lo que pudiera tener de efecto contagio de otros pa¨ªses en dificultades. En la conversaci¨®n citada, Thomsen sugiere a su interlocutora la posibilidad de utilizar la crisis de los refugiados para ablandar a la se?ora Merkel; se la podr¨ªa recordar que la no incorporaci¨®n del FMI al rescate griego le acarrear¨ªa muchas preguntas en el Parlamento alem¨¢n, en el que ya se enfrenta a grandes resistencias dentro y fuera de su partido por la acogida de inmigrantes en territorio germano.
A cambio de ese alivio de la deuda a largo plazo, se exigir¨ªan al Gobierno griego m¨¢s sacrificios a corto plazo, un super¨¢vit primario mayor del previsto, lo que supondr¨ªa recortes superiores. Si Tsipras recibiese la suficiente presi¨®n, al final terminar¨ªa cediendo, como ya sucedi¨® el pasado mes de julio cuando se qued¨® sin dinero: la suspensi¨®n de los cr¨¦ditos de urgencia por parte del BCE oblig¨® al Gobierno a imponer controles de capitales, por lo que se limit¨® la retirada de dinero en efectivo (el corralito).
El FMI suele ser una instituci¨®n odiada por los pa¨ªses en los que impone sus recetas, pero su situaci¨®n en Grecia es doblemente comprometida
Enterado de la conversaci¨®n de los dos aprendices de brujo, Tsipras dirigi¨® una carta a la directora general del FMI, Christine Lagarde, para que le confirmase si la idea de que s¨®lo una nueva crisis llevar¨ªa a una soluci¨®n del tipo planteado era una tesis oficial del FMI. La respuesta fue doble: un comunicado oficial del organismo multilateral que no confirmaba ni desment¨ªa la informaci¨®n, y una contestaci¨®n de Lagarde a Tsipras, en la que ve¨ªa todav¨ªa muy lejos la posibilidad de un acuerdo sobre la deuda del pa¨ªs.
El FMI suele ser una instituci¨®n odiada por los pa¨ªses en los que impone sus recetas (tradicionalmente, pol¨ªticas de rigor mortis), pero su situaci¨®n en Grecia es doblemente comprometida: no s¨®lo por el maquiavelismo de lo ahora conocido sino por las brutales equivocaciones que ha tenido en el pasado. En 2013, en plena Gran Recesi¨®n, se conoci¨® un informe confidencial del FMI en el que se hac¨ªa la autocr¨ªtica ¡ªsin ninguna consecuencia pr¨¢ctica¡ª por haber subestimado el da?o que sus recetas de austeridad causar¨ªan en la econom¨ªa griega: la ca¨ªda del PIB y el incremento del paro hab¨ªan sido muy superiores a lo evaluado por su servicio de estudios. Adem¨¢s, sus c¨¢lculos sobre la evoluci¨®n de la deuda p¨²blica (en aquellos momentos, del 130% del PIB) hab¨ªan fallado por un ¡°amplio margen¡±.
Con estos precedentes no es de extra?ar que tanta gente haya considerado factibles los t¨¦rminos del documento filtrado por Wikileaks. Y un escandalazo m¨¢s.
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