La larga agon¨ªa griega
Pese a los rescates del Eurogrupo, la econom¨ªa helena muestra signos de inanici¨®n tras seis a?os de duros ajustes
Pese al salvavidas que ha supuesto para Grecia el Eurogrupo celebrado este martes, con promesa de reestructuraci¨®n de la deuda en 2018 ¨Csi bien supeditada al calendario electoral alem¨¢n-, la palmada en el hombro a Atenas parece s¨®lo destinada a ganar tiempo. La crisis econ¨®mica, en su s¨¦ptimo a?o de recesi¨®n tras un breve repunte entre 2014 y 2015, se extiende como una mancha de aceite; ya no solo afecta a las clases trabajadoras, laminadas por el paro y la p¨¦rdida de subsidios y ayudas sociales, tambi¨¦n a los profesionales de cuello blanco, representantes de una clase media y media alta crecientemente abismada por los nuevos ajustes fiscales y la imperiosa liberalizaci¨®n del mercado de trabajo.
Tras cuatro meses ininterrumpidos de huelga que han amontonado miles de expedientes en los juzgados, los abogados han decidido prolongar su paro en junio; profesionales con traje y corbata ocupan ahora la vanguardia de las manifestaciones contra las reformas del Gobierno en lugar de los tradicionales sindicatos, que han perdido la cuenta de las huelgas generales convocadas mientras constatan su limitada eficacia. Grecia vive una movilizaci¨®n sin precedentes, de togas y azadones; un descontento transversal y gen¨¦rico, m¨¢s all¨¢ de las clases y las proclamas sindicales. Un sentimiento de cansancio extremo.
Mientras, la monta?a de la deuda ¨C330.000 millones de euros, el 180% del PIB- sigue engordando y dificultando la recuperaci¨®n. Cada griego, clases pasivas, ni?os y beb¨¦s incluidos, adeuda unos 30.000 euros por cabeza, y seguir¨¢ haci¨¦ndolo incluso aunque las condiciones de devoluci¨®n de los pr¨¦stamos mejoren. Abortadas in extremis dos serias amenazas de Grexit, en 2011 y 2015, el ¨²ltimo Eurogrupo ha conjurado el fantasma del tercero, pero apenas si ha aliviado las penurias de la econom¨ªa real, m¨¢s all¨¢ del desembolso de un tramo del tercer rescate (10.300 millones) que se tragar¨¢n por entero los vencimientos de la deuda en junio y julio (unos 11.000 millones).
Para Dimitris Rapidis, analista pol¨ªtico y asesor de Syriza, ¡°la conclusi¨®n de la primera revisi¨®n del programa [de rescate] dar¨¢ algo de tiempo al Gobierno para sacar adelante sus dos m¨¢ximas prioridades: incentivar las inversiones y, sobre todo, la creaci¨®n de empleo¡±. La apuesta enfoca a cuatro sectores, ¡°energ¨ªa, transportes, agricultura y turismo, con el buque insignia de la inauguraci¨®n del gasoducto TAP [Trans Adriatic Pipeline] en Sal¨®nica hace un par de semanas, una se?al positiva para los mercados extranjeros¡±, subraya.
En un pa¨ªs que envejece a marchas forzadas, las pensiones han sufrido este mes su und¨¦cimo recorte desde 2010 ¨Cuna merma de casi el 50% en seis a?os, aunque para m¨¢s de un tercio de las familias helenas suponen el ¨²nico ingreso-, mientras el desempleo se enquista en torno al 25%, porque su componente estructural ronda el 20%, ha recordado esta semana el FMI. ¡°Ello quiere decir que llevar¨¢ tiempo que descienda el paro, y que lo har¨¢ gradualmente: el 18% en 2022, el 12% en 2040 y el 6% s¨®lo en 2060. La contribuci¨®n de la fuerza de trabajo al crecimiento ser¨¢ de ¨²nicamente el -0,3%¡±, es la desoladora sentencia del Fondo. Aunque el primer ministro, Alexis Tsipras, asegura que el crecimiento volver¨¢ a Grecia en 2017 (as¨ª lo cree tambi¨¦n la UE, que prev¨¦ un desarrollo del 2,7%), el balance de este largo purgatorio es p¨ªrrico: s¨®lo el d¨¦ficit p¨²blico ha experimentado cierta mejor¨ªa, pero eso es algo que el ciudadano no nota en el bolsillo.
Tsipras se prepara para elegir corbata
Tras el visto bueno del Eurogrupo a la revisi¨®n del tercer rescate, un moderado optimismo se ha apoderado del Gobierno griego. La positiva se?al de Bruselas es de las primeras alegr¨ªas que el primer ministro Alexis Tsipras se lleva en 16 meses de mandato, pero el hecho de haber podido superar sin da?os dos votaciones muy impopulares ¡ªla reforma de las pensiones, el 8 de mayo, y un nuevo ajuste fiscal, el pasado 22¡ª es tambi¨¦n una victoria. Tsipras dispone de una mayor¨ªa parlamentaria de 153 esca?os, s¨®lo dos por encima de la absoluta, y cualquier brecha en su bancada habr¨ªa sido letal a la hora de cumplir con las exigencias de los acreedores.
En un clima social crispado, entre protestas sindicales y ciudadanas e insistentes demandas de elecciones por la oposici¨®n, Tsipras ha logrado aprobar su ¨²ltima ¡ªhasta el momento¡ª asignatura pendiente sin menoscabo en sus filas, salvo la dimisi¨®n, y la renuncia al acta, de una de sus diputadas tras votar contra dos art¨ªculos el pasado domingo; Syriza conserva el esca?o. Muy pocos confiaban dentro de Grecia en que Tsipras culminara tan entero este calvario. Con la perspectiva de un alivio de la deuda para 2018, ya podr¨¢ ir eligiendo corbata, como prometi¨® al fiar en tal efem¨¦ride la incorporaci¨®n de esa prenda a su vestuario.
Paralelamente, el panorama pol¨ªtico se reorganiza. Aunque en muchas encuestas la conservadora Nueva Democracia (ND, principal fuerza de oposici¨®n) ya supera a Syriza, ha sufrido varias escisiones por su flanco m¨¢s extremo. Dos exdirigentes de ND han creado sendos partidos, uno de tinte nacionalista y euroesc¨¦ptico -un sentimiento creciente tras siete a?os de intervenci¨®n europea- y otro de caracter¨ªsticas extremas, casi filonazis. Por la izquierda, la anterior presidenta del Parlamento, y buena amiga de Tsipras, Zo¨ª Konstantopulu, ha lanzado tambi¨¦n el suyo, Traves¨ªa de Libertad.
¡°El aumento de las contribuciones, hasta el 70% de los ingresos en algunos casos, golpea a las rentas medias, y las consecuencias ser¨¢n terribles, rebajando a muchos profesionales a un nivel de subsistencia¡±, cuenta Vasilis Kampanis, presidente de la federaci¨®n de profesionales liberales, sobre la impopular reforma de la seguridad social -otro requisito de los acreedores- aprobada el 8 de mayo. Para esta asociaci¨®n, ¡°un aumento de la presi¨®n fiscal tendr¨¢ como consecuencia la ruina de muchos negocios, una mayor evasi¨®n fiscal, impago de contribuciones, aumento del paro y fuga de empresas¡±.
¡°El debate m¨¢s importante ser¨ªa averiguar d¨®nde han ido a parar los miles de millones perdidos durante 40 a?os de p¨¦sima gesti¨®n en coberturas sociales y cajas de pensiones¡±, subraya Kampanis. Seg¨²n datos oficiales, el d¨¦ficit del Instituto de la Seguridad Social (IKA, caja de pensiones de los asalariados) se eleva a mil millones; el de la caja de las profesiones liberales, a 540; y a 15.350 millones, el total de cotizaciones impagadas a la seguridad social hasta finales de 2015.
Grecia es tierra quemada, arrasada econ¨®micamente. La producci¨®n industrial declina a?o tras a?o mientras la deslocalizaci¨®n de empresas en los Balcanes contin¨²a su tendencia al alza. Por eso el horizonte lejano de una reestructuraci¨®n de la deuda, o al menos cierta clemencia en los plazos, no va a sacar de pobre al pa¨ªs ni a corto ni a medio plazo (y menos a¨²n, sostienen los cr¨ªticos, con un compromiso de super¨¢vit primario del 3,5%, el caballo de batalla en las negociaciones con los socios y un esfuerzo fiscal sobrehumano para una econom¨ªa ex¨¢nime). S¨®lo la paulatina relajaci¨®n de los controles de capital vigentes desde finales de junio pasado, anunciada esta semana por el Gobierno, y la temporada tur¨ªstica, que aspira a superar el r¨¦cord de 2015, pueden aliviar un poco un desempe?o que en el futuro inmediato seguir¨¢ lastrando la eurozona como si a su flanco suroriental le hubiesen colocado unos grilletes.
Lo que queda de la econom¨ªa griega es poco m¨¢s que el chasis. O, dicho de otra manera, un esqueleto renqueante tras seis a?os de ajustes para remediar las grandes anomal¨ªas estructurales del Estado, aut¨¦nticos pozos sin fondo de gasto p¨²blico. En primer lugar, el gigantesco tama?o del sector p¨²blico, engordado por la corrupci¨®n y el clientelismo pol¨ªtico: en 2004 hab¨ªa 447.000 funcionarios, y en 2010 eran 768.000; desde el primer rescate se han suprimido unos 250.000. Tambi¨¦n se lucha a brazo partido contra la evasi¨®n fiscal, ese agujero negro que al comienzo de la crisis hab¨ªa hecho perder a las arcas p¨²blicas, en tasas impagadas, 60.000 millones de euros, seg¨²n un informe de 2011 de la Comisi¨®n Europea. Por ¨²ltimo, Atenas se ha empleado a fondo para aligerar el deficitario y gravoso sistema de pensiones, que durante a?os ha sido un sumidero en forma de innumerables fondos o cajas sectoriales... Para solventarlo, la reforma de la seguridad social ha introducido una pensi¨®n nacional, m¨ªnima, de 384 euros, y la desaparici¨®n progresiva, hasta 2018, del fondo de solidaridad complementario para las pensiones m¨¢s bajas, as¨ª como los fondos gremiales, homolog¨¢ndolos.
Como contrapartida para los segmentos m¨¢s afectados, ¡°el Gobierno crear¨¢ el Fondo de Solidaridad Social, que esencialmente redistribuir¨¢ el super¨¢vit primario que se logre en 2015 y 2016 en beneficio de los grupos m¨¢s vulnerables, en forma de apoyo financiero a los hogares que no puedan afrontar el pago de impuestos y pr¨¦stamos, u hogares con dificultades para acceder a bienes b¨¢sicos como electricidad, agua o energ¨ªa¡±, explica Rapidis.
La econom¨ªa real, la que mueve el pa¨ªs d¨ªa a d¨ªa, tambi¨¦n renquea, o cuando menos sobrevive. ¡°Tras la introducci¨®n de controles de capital en Grecia, a finales de junio, el n¨²mero de empresas griegas en Bulgaria se multiplic¨® por dos, pasando de 5.500 a 11.500, en paralelo a la apertura de 60.000 cuentas bancarias corporativas. La deslocalizaci¨®n se ha producido por un clima fiscal mucho m¨¢s ventajoso, ya que el impuesto de sociedades es del 10%, casi 20 puntos menos que en Grecia, y los salarios m¨¢s bajos¡±, contaba en enero Panos Kutsigos, presidente de la C¨¢mara de Comercio Greco-B¨²lgara. Muchas de esas empresas deslocalizadas proceden del norte de Grecia. Porque esa regi¨®n se asfixia inexorablemente por un abandono de siglos, con tasas de paro que superan en casi 20 puntos el nacional: alrededor del 40%, y hasta el 70% en el caso del paro entre los j¨®venes de 15 a 24 a?os.
Paralelamente, la crisis de los refugiados se ha solapado con la econ¨®mica, no s¨®lo por el desembolso extra que ha supuesto al Estado su acogida, incluida la provisi¨®n de sanidad gratis para todos, o los planes de Educaci¨®n para garantizar la escolarizaci¨®n de los migrantes desde septiembre, en todos los ciclos formativos. La presi¨®n migratoria ha tenido tambi¨¦n un coste econ¨®mico directo: el corte de las v¨ªas del tren junto al campamento de Idomeni ha supuesto p¨¦rdidas de entre 7.000 y 10.000 euros por cada mercanc¨ªas varado, seg¨²n el diario econ¨®mico Naftemporiki. El bloqueo, que ha durado casi tres meses, ha repercutido tambi¨¦n en la actividad del puerto del Pireo, vendido a la empresa china Cosco, al tener que desviarse la distribuci¨®n de la carga hacia Bulgaria, encareciendo y retrasando el proceso. Es un somero ejemplo de la importante carta de la geoestrategia, para lo bueno (el apetito comercial chino, el trazado del gasoducto TAP) y lo malo.
La persistencia de los citados desequilibrios estructurales han acabado pag¨¢ndola los de siempre, los asalariados de rentas m¨¢s b¨¢sicas. Porque, para lograr la fumata bianca del Eurogrupo, Grecia tuvo que dar una nueva vuelta de tuerca a la austeridad. En virtud del doble paquete de ajustes aprobado en sendas votaciones el 8 y el 22 de mayo pasados, subir¨¢n los impuestos a todos los bienes imaginables, de la propiedad inmobiliaria al turismo. El tipo m¨¢s alto de IVA subir¨¢ un punto, del 23% al 24%, entre el 1 de junio y el 1 de enero pr¨®ximo; adem¨¢s, aumentar¨¢n los impuestos sobre los combustibles (incluido el de calefacci¨®n), el caf¨¦, el alcohol, el tabaco, los bienes de lujo, los servicios de telefon¨ªa fija, los juegos de azar y la televisi¨®n de pago.
Para la familia Adiamandis, cuatro miembros, modesto piso propio y planes de futuro congelados, la presi¨®n fiscal a?ade un lastre m¨¢s a su precaria existencia. ¡°En casa entran s¨®lo 757 euros al mes de mi trabajo como contable en una empresa a punto de echar el cierre. Con el incremento del Enfia [impuesto inmobiliario] y el IVA, calculo que nuestro poder adquisitivo se reducir¨¢ en torno a un 30%, as¨ª que ni so?amos con una semana de vacaciones en el pueblo. S¨®lo la cesta de la compra nos costar¨¢ a partir de ahora como m¨ªnimo un 25% m¨¢s¡±, se?ala Yorgos Adiamandis, economista.
La merma de poder adquisitivo se ha traducido estos a?os en un descenso del consumo interno del 40%, y la consiguiente y prolongada deflaci¨®n. As¨ª que ni pensar en gastos suntuarios, ni siquiera en academias o cursos de posgrado para los dos hijos universitarios de los Adiamandis, que sue?an con emigrar. De entre los 180.000 y 200.000 licenciados y doctores que han dejado el pa¨ªs, s¨®lo el 15,9% ha vuelto a Grecia, seg¨²n datos del Consejo de Europa, lo que implica una descapitalizaci¨®n penosa para los planes de recuperaci¨®n.
El futuro en entredicho, esa es otra consecuencia sorda de la crisis. Varios indicadores muestran una radiograf¨ªa de la sociedad al ralent¨ª, como congelada en sus aspiraciones de proyectarse en el tiempo. La tasa de natalidad ha ca¨ªdo durante la crisis m¨¢s del 10%, de 1,3 a 1,1 hijos por mujer, debido al ambiente de privaci¨®n social y el temor a perder el puesto de trabajo por un embarazo. El 93% de los j¨®venes griegos (de 16 a 30 a?os) ¡°se sienten marginados de la vida econ¨®mica y social¡±, seg¨²n una encuesta encargada por el Parlamento Europeo al instituto TNS Opinion, y el sentimiento de exclusi¨®n empuja al 43% de ellos a buscarse la vida en el extranjero. S¨®lo Chipre, con el 51%, supera en este cap¨ªtulo a Grecia. Si los j¨®venes son el futuro, el de Grecia parece en suspenso.
En s¨®lo siete a?os, Grecia ha sufrido una sacudida s¨ªsmica, un cambio existencial. De la Grecia agr¨ªcola y pobre, ¡°pero decorosa¡± ¨Cen definici¨®n del novelista Petros M¨¢rkaris- de hace unas pocas d¨¦cadas, a la de una econom¨ªa del siglo XXI, funcional y rentable. ¡°Lo que estamos presenciando es una revoluci¨®n cultural a gran escala, por extravagante que pueda parecer a simple vista la apreciaci¨®n. Lo veremos en los pr¨®ximos a?os. Para bien, porque la econom¨ªa se recupere y la gente cure sus profundas y dolorosas heridas, o para mal, con un Estado fallido, un paria europeo o un pa¨ªs arrasado¡±, concluye el analista Rapidis.
Hay algunos brotes verdes, cierto, pero se limitan a Atenas y Sal¨®nica y soslayan completamente los sectores tradicionales, el grueso del tejido productivo griego. En los ¨²ltimos a?os han brotado nidos de startups como Openfund, con una red de 200 emprendedores, o The Cube Athens, mientras languidece el peque?o comercio, que emplea al 85% de los trabajadores del sector privado, con una sola excepci¨®n: los innumerables establecimientos de comida r¨¢pida de calidad, muy barata, que han surgido al calor, o el fr¨ªo, de la crisis. Entre 2014 y 2015 Grecia subi¨® enteros en el ¨ªndice del Instituto de Emprendimiento y Desarrollo Global, que eval¨²a el ecosistema de empresas de la nueva econom¨ªa: e-commerce, ITT, I+D. Al otro lado del espejo, el alica¨ªdo sector del carb¨®n del norte del pa¨ªs entona su canto del cisne: si hace dos d¨¦cadas contribu¨ªa a generar el 70% de la electricidad del pa¨ªs, ahora no pasa del 40%. Un paulatino fundido a negro que deja a oscuras este paisaje despu¨¦s de la batalla, lleno de indicadores como ruinas.
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