Ins¨®lita epidemia financiera
El 'shock' a corto plazo en los mercados no es lo peor. Lo m¨¢s preocupante son las fases de incertidumbre que se van a abrir. Hay un embrollo legal descomunal por delante
El terremoto financiero tras el Brexit habla por s¨ª solo. Brutal desplome en bonos y renta variable. El p¨¢nico no es mayor porque s¨®lo ha mediado un d¨ªa entre el desastre y el fin de semana. Se trata de una ins¨®lita epidemia financiera: un p¨¦simo ejemplo en un mundo globalizado, un vergonzoso precedente y un detonador progresivo de otras tensiones, donde las j¨®venes generaciones y Escocia e Irlanda del Norte tienen mucho que protestar. El shock a corto plazo en los mercados no es lo peor. Lo m¨¢s preocupante son las fases de incertidumbre que se van a abrir. Esta epidemia no tiene precedentes ni hay unas reglas escritas para ordenar y calibrar las consecuencias.
En muchos mercados de activos a caballo entre Londres y la Europa continental, a d¨ªa de hoy, no hay precio. Los precios se forman con contrapartes de oferta y demanda bajo unas reglas conocidas. Pero, ?cu¨¢les son las reglas v¨¢lidas hoy? Es cierto que la legislaci¨®n y acuerdos existentes siguen vigentes -porque una salida de la UE no se produce de la noche a la ma?ana- pero los mercados, los inversores y cualquier persona sensata, trabajan sobre escenarios futuros previsibles. En el divisable, Reino Unido est¨¢ fuera de la UE pero ese supuesto no estaba contemplado en contrato alguno. Para empezar, hay un embrollo legal descomunal por delante.
En Espa?a puede tardar a¨²n en notarse el efecto del leave en la balanza comercial y de servicios pero las inversiones cruzadas y las participaciones empresariales ya se est¨¢n resintiendo
Lo mejor que podr¨ªan hacer los dirigentes pol¨ªticos es afianzar lo que sigue vigente y establecer per¨ªodos urgentes y cre¨ªbles de negociaci¨®n. Dar confianza de forma urgente para hacer la transici¨®n menos da?ina. Pero si establecer un interlocutor v¨¢lido en la UE es complicado, en Reino Unido, en medio de una crisis pol¨ªtica y con la dimisi¨®n de Cameron, a¨²n m¨¢s.
En Espa?a, puede tardar a¨²n en notarse el efecto del?leave en la balanza comercial y de servicios pero las inversiones cruzadas y las participaciones empresariales ya se est¨¢n resintiendo. Muchos ciudadanos quieren conocer qu¨¦ va a suceder tambi¨¦n con sus garant¨ªas laborales, sanitarias y de residencia. Espa?a por muchas razones debe ser parte esencial de la interlocuci¨®n internacional. No es el mejor momento pero parece conveniente establecer un consenso en nuestro pa¨ªs en ese sentido.
Turno, de nuevo, para el BCE y el Banco de Inglaterra pero con efectos limitados. Europa se ha amputado un brazo y eso en Fr¨¢ncfort no lo pueden pegar. Lo que toca es tender puentes de forma r¨¢pida y eficaz y eso ata?e a las autoridades europeas y gobiernos nacionales. Si la crisis de deuda soberana se inici¨® por el temor a que la zona euro se resquebrajase, se divisa una nueva crisis de la que el resto de la UE s¨®lo puede salir, o fortalecida, o definitivamente desintegrada.
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