Una agricultura rentable sin pesticidas

La culpa fue del dolor de cabeza. Luis Ballesteros cuenta que lo sent¨ªa cada vez que utilizaba pesticidas en sus tierras. "Me estaba envenenando", relata este agricultor de 53 a?os y que reside en Illana, en la provincia de Guadalajara. Ahora cultiva alrededor de 390 hect¨¢reas de forma ecol¨®gica, es decir, sustituye los productos qu¨ªmicos sint¨¦ticos por trabajos mec¨¢nicos y cultivos complementarios.

Ballesteros se queda absorto mirando su campo de girasoles. "El regad¨ªo ecol¨®gico es m¨¢s complicado", dice sin dejar de escudri?ar las hileras de plantas de donde saldr¨¢n las pipas. La experiencia con el secano ya la ha adquirido durante los ¨²ltimos cinco a?os.

Ballesteros ha sido uno de los 22 agricultores de cuatro comunidades aut¨®nomas ¡ªCastilla-La Mancha, Castilla y Le¨®n, Arag¨®n y Navarra¡ª que han participado en el proyecto Cultivos para la mejora de suelos, incluido dentro del programa Life de la Uni¨®n Europea y que finaliza este mes despu¨¦s de un lustro de trabajos.

El objetivo del proyecto era demostrar que un cultivo ecol¨®gico en zonas semi¨¢ridas de secano ¡ªmuy presentes en Espa?a¡ª puede ser igual de rentable que uno convencional. "En las condiciones en las que hemos trabajado hemos conseguido la rentabilidad", expone Juan Pablo del Monte, ingeniero agr¨®nomo y profesor de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid.

Igual de rentable

En las conclusiones de este Life se incluye la comparaci¨®n de los balances de un cultivo de garbanzo convencional y de uno ecol¨®gico a partir de los datos suministrados por los agricultores que han participado en el proyecto. En el caso del convencional, se obtendr¨ªan de media 49,7 euros de beneficios por hect¨¢rea. En el de ecol¨®gico, 373,04 euros. La clave de esta diferencia tan considerable est¨¢ en la venta: los consumidores pagan cerca de tres veces m¨¢s por los productos ecol¨®gicos.

Cuando se analizan los costes, el garbanzo convencional es m¨¢s barato: necesita 220,3 euros por hect¨¢rea frente a los 301,9 del cultivado sin emplear los tratamientos qu¨ªmicos. Pero Egbert J. Sonneveld, que ha sido uno de los coordinadores de este Life, insiste en la ventaja que ofrece el mercado a los cultivos ecol¨®gicos. "Los precios son superiores, se paga m¨¢s por ellos", remarca. "Estoy convencido de que hay mercado para productos de m¨¢s calidad", a?ade este holand¨¦s que reside en Palencia.

Durante los cinco a?os que ha durado el programa se sustituyeron los tratamientos y abonos qu¨ªmicos por t¨¦cnicas de manejo del suelo, rotaci¨®n de cultivos y cultivos complementarios. "Son t¨¦cnicas que siempre se hab¨ªan usado pero que se han ido dejando", se?ala Sonneveld.

El profesor Del Monte se ha encargado de asesorar a algunos de los agricultores que han participado en este proyecto, que en total contaba con 400 hect¨¢reas repartidas por esas cuatro comunidades aut¨®nomas. Ahora, este ingeniero agr¨®nomo ¡ªque trabaj¨® durante a?os para una multinacional de fitosanitarios¡ª se declara un converso. "'Pasaros a la ecol¨®gica', le digo a mis amigos con cultivos de secano semi¨¢rido", explica tras su experiencia. "Yo ven¨ªa de la agricultura convencional y era cr¨ªtico con la ecol¨®gica, pero he cambiado mi forma de pensar", reconoce.

Del Monte sostiene que la conciencia social de "respeto por el entorno" es cada vez mayor, por lo que la mentalidad de muchos agricultores est¨¢ cambiando. "Yo ya no vuelvo a los cultivos convencionales", ratifica Ballesteros desde su campo de girasoles.