¡°La mayor¨ªa de universidades del mundo van a desaparecer¡±
El experto en innovaci¨®n y miembro de Singularity University, la universidad de Silicon Valley, cree que la certificaci¨®n ya no es ¨²til
Cuando David Roberts era peque?o, su padre le cont¨® que Thomas Edison hab¨ªa hecho mucho m¨¢s por la humanidad con el descubrimiento de la bombilla que cualquier pol¨ªtico en la historia. Esa idea marc¨® su camino. Roberts es uno de los mayores expertos en tecnolog¨ªa disruptiva del mundo y tambi¨¦n uno de los rostros m¨¢s conocidos de Singularity University, la universidad de Silicon Valley creada en 2009 con el apoyo de la NASA y de Google.
Roberts considera que el negocio de las universidades tiene los d¨ªas contados y que solo sobrevivir¨¢n aquellas que tengan una gran marca detr¨¢s. Singularity University ha roto con el modelo de certificaci¨®n; no expide t¨ªtulos ni existen los cr¨¦ditos. Su ¨²nico objetivo es formar l¨ªderes capaces de innovar y atreverse a romper las normas para alcanzar el ambicioso reto que se ha marcado la universidad desde su creaci¨®n. Sus alumnos est¨¢n llamados a utilizar la tecnolog¨ªa para resolver los 12 grandes desaf¨ªos del planeta: alimentar a toda la poblaci¨®n, garantizar el acceso al agua potable, la educaci¨®n para todos, la energ¨ªa sostenible o cuidar el Medio Ambiente, entre otros. Todo en menos de 20 a?os.
Roberts atiende a EL PA?S en la Oslo Innovation Week, un encuentro organizado por el gobierno noruego estos d¨ªas para detectar las nuevas tendencias en innovaci¨®n que est¨¢n transformando la econom¨ªa.
Pregunta. En Singularity University (SU) los cursos no est¨¢n acreditados. Eso quiere decir que est¨¢n rompiendo con los t¨ªtulos oficiales. Las universidades y los gobiernos hacen negocio con ello. ?Cree que est¨¢n dispuestos a cambiar el modelo?
Respuesta. No, no creo que est¨¦n abiertas a transformarse. Estos a?os estamos viendo la mayor disrupci¨®n de la historia en la educaci¨®n y la mentalidad habitual ante estas transformaciones tan radicales suele ser la de pensar que lo anterior es mejor. Sucedi¨® en el mercado estadounidense cuando llegaron los coches japoneses; eran m¨¢s baratos y todos pensaban que de peor calidad, hasta que se demostr¨® que eran mejores. Con la educaci¨®n va a pasar lo mismo; las grandes universidades no quieren ofrecer sus contenidos online porque creen que la experiencia de los alumnos ser¨¢ peor, que no hay nada que pueda igualar el cara a cara con el profesor en el aula. Mientras ignoran la revoluci¨®n que est¨¢ sucediendo fuera, la experiencia de aprendizaje online ir¨¢ mejorando.
Los programas acad¨¦micos cerrados y la acreditaci¨®n ya no tienen sentido porque en los cinco a?os que suele durar los grados los conocimientos se quedan obsoletos. Nosotros no ofrecemos grados ni cr¨¦ditos porque el contenido que ense?amos cambia cada a?o.
P. ?Hay alguna plataforma de aprendizaje online que est¨¦ destacando sobre las dem¨¢s?
R. Udacity. En 2011 el profesor de la Universidad de Stanford Sebastian Thrun, el mejor experto en Inteligencia Artificial de los Estados Unidos, se plante¨® impartir uno de sus cursos en Internet, gratis y para todo el mundo. Casi 160.000 estudiantes de m¨¢s de 190 pa¨ªses se apuntaron y el porcentaje de alumnos que obtuvo una A (un sobresaliente) fue superior al de las clases presenciales. Thrun dej¨® Stanford y mont¨® Udacity, donde ha desarrollado una metodolog¨ªa de ense?anza totalmente nueva. Adem¨¢s, ha creado un nuevo modelo de negocio: si terminas el curso a tiempo te devuelven tu dinero y si no consigues un trabajo tres meses despu¨¦s, tambi¨¦n. ?Te imaginas esto en una universidad tradicional? Las ¨²nicas universidades que van a sobrevivir son las que tienen una gran marca detr¨¢s, como Harvard o Stanford, o en el caso de Espa?a las mejores escuelas de negocios. Las marcas dan cach¨¦ y eso significa algo para el mundo. El resto, van a desaparecer.
P.?Uno de los programas que ofrece SU, el Executive Program, cuesta 14.000 d¨®lares (unos 12.800 euros) y tiene una duraci¨®n de seis d¨ªas. Ese precio se aleja bastante de uno de sus retos: la educaci¨®n accesible para todos.
R. La nuestra es una universidad excepcional. No se trata solo de adquirir informaci¨®n o aprender algo muy espec¨ªfico online, como sucede, por ejemplo, con Khan Academy. Nosotros vamos m¨¢s all¨¢. Ofrecemos una experiencia que cambia tu mentalidad, que transforma a la gente y cuando se marchan no vuelven a ser los mismos. A m¨ª me sucedi¨®. Unos a?os despu¨¦s del 11-S me puse a disposici¨®n del Gobierno y me incorpor¨¦ como oficial de las fuerzas a¨¦reas. Cuando escuch¨¦ que quer¨ªan crear una universidad para resolver los grandes problemas del mundo, tuve claro que participar¨ªa. Y lo hice; primero como alumno y despu¨¦s como vicepresidente y director del Global Solutions Program. All¨ª te das cuenta de que la vida es corta y de que puedes hacer cosas ordinarias o extraordinarias. Cuando est¨¢s en clase con otras personas, empiezas a darte cuenta del potencial que tienes, tu visi¨®n de ti mismo y de futuro cambia. No llegas a ese punto con el m¨¦todo habitual de recibir informaci¨®n ¨²nicamente.
Software, 3D y drones
Reconocido como uno de los mejores expertos en innovaci¨®n disruptiva del mundo, David Roberts fue vicepresidente de Singularity University y director de su programa Global Solutions Program. Graduado en Ingenier¨ªa Inform¨¢tica por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), m¨¢s tarde se especializ¨® en Inteligencia Artificial e Ingenier¨ªa Bio-Computacional y curs¨® un MBA en Harvard Business School. Es presidente de la compa?¨ªa de drones HaloDrop, de la primera empresa de software para ordenadores quantum 1Qbit y asesor de Made-In-Space, responsable de la creaci¨®n del primer objeto fabricado con una impresora 3D para la Estaci¨®n Espacial.
P. ?Cu¨¢l es hoy es principal problema de la educaci¨®n?
R. La educaci¨®n se ha roto. Hemos ense?ado a la gente de la misma forma durante los ¨²ltimos 100 a?os y, como hemos crecido en ese sistema, creemos que es normal, pero es una locura. Ense?amos en las escuelas lo que los colonialistas ingleses quer¨ªan que aprendiese la gente: matem¨¢ticas b¨¢sicas para poder hacer c¨¢lculo, literatura inglesa¡ Hoy no tiene sentido. Tenemos que ense?ar herramientas que ayuden a las personas a tener una vida gratificante, agradable y que les llene. Algunos son afortunados de tener unos padres que les ofrecen eso, pero la mayor¨ªa no. Los programas acad¨¦micos est¨¢n muy controlados porque los gobiernos quieren un modelo est¨¢ndar y creen que los ex¨¢menes son una buena forma de conseguirlo. Otro de los grandes dramas es la falta de personalizaci¨®n en las aulas. Cuando un profesor habla, para algunos alumnos ir¨¢ demasiado r¨¢pido, para otros muy despacio y para cuatro a la velocidad id¨®nea. Luego les eval¨²an y su curva de aprendizaje no importa, les aceleran al siguiente curso. Hoy sabemos que si nos adaptamos a los diferentes tipos de inteligencias, el 98% de los alumnos obtendr¨¢n el mejor resultado.
P. ?Qu¨¦ materias deber¨ªan ser imprescindibles?
R. La idea de aprender mucho, solo por si alg¨²n d¨ªa hace falta, es absurda. Quiz¨¢s deber¨ªamos sustituir la idea de educaci¨®n por la de aprendizaje y permitir que la gente aprenda en tiempo real, seg¨²n sus necesidades. El verdadero prop¨®sito de la escuela deber¨ªa ser crear curiosidad, gente hambrienta de aprender, ah¨ª es donde los profesores tienen que ser buenos. Las habilidades emocionales van a jugar un papel muy importante en la nueva econom¨ªa. Pongo un ejemplo. Los conductores de Uber en Estados Unidos son puntuados por los clientes de uno a cinco. Si alguno de los conductores tiene menos de 4,6 o m¨¢s de tres opiniones negativas, directamente se le saca de la plataforma. Lo mismo sucede con los usuarios, si tienen menos de 4,6, ning¨²n conductor les recoger¨¢. ?Qui¨¦n me ense?a hoy a ser honesto, ¨ªntegro y a tener compasi¨®n?
P. Se ha hablado mucho de que en menos de 50 a?os los robots terminar¨¢n con la mayor¨ªa de trabajos. ?C¨®mo ser¨¢ el nuevo mercado laboral?
R. Hace 50 a?os ¨¦ramos granjeros. Todos estaban preocupados porque las m¨¢quinas nos quitar¨ªan el trabajo, era la ¨²nica manera de ganar dinero: tener una granja y vender comida. Hoy las cosas cambian 50 veces m¨¢s r¨¢pido; hace 20 a?os nadie sab¨ªa lo que era un desarrollador web y ahora hay miles, es muy f¨¢cil y cualquiera puede hacerlo. Todo el mundo se pregunta en qu¨¦ trabajo seremos mejores que los ordenadores. En ninguno. Esa no es la pregunta correcta. Hay que plantearse qu¨¦ tareas no queremos que hagan, aunque lo puedan hacer mejor. No los queremos como militares, ni como alcaldes, tampoco que decidan qu¨¦ presos pueden abandonar la c¨¢rcel. Eso es lo que tenemos que ense?ar a la gente a decidir.
P. ?C¨®mo podemos estar seguros de que habr¨¢ trabajo para todos?
R. La cuesti¨®n que me preguntas es si el dinero va a ser m¨¢s o menor importante en el futuro. Yo sol¨ªa pensar que la evoluci¨®n de la tecnolog¨ªa hace que los costes bajen y que la gente pague menos por los mismos servicios. Siguiendo esa predicci¨®n, se podr¨ªa pensar que vamos a trabajar menos porque no necesitaremos tanto dinero y vamos a tener m¨¢s ocio. Es incorrecto. El ser humano va a seguir creando productos excepcionales, como el iPhone; todo el mundo querr¨¢ uno. Tendremos que ser capaces de crear valor para generar dinero y poder comprar esas cosas. La realidad virtual, la impresi¨®n 3D, o la salud van a ser algunos de los campos que nos van a sorprender. El mundo seguir¨¢ girando alrededor del dinero, que es la energ¨ªa para hacer cosas o cambiarlas. Esos nuevos inventos te inspirar¨¢n a trabajar para poder comprar.
P. La clave del ¨¦xito, ?est¨¢ en la confianza en uno mismo? ?Se aprende eso en SU?
R. Como alumno, yo aprend¨ª que una sola persona puede impactar positivamente a todo el planeta. Ese don no est¨¢ reservado a personas especiales, sino a gente normal, como t¨² y yo. La gente se convierte en lo que piensa. ?Qu¨¦ potencial tiene un beb¨¦? La mayor¨ªa de la gente responde que es ilimitado, pero si les preguntas sobre su potencial, no responder¨¢n lo mismo. Mi misi¨®n ahora es viajar por el mundo bajo la marca de Singularity University para mostrar a los gobiernos, empresas e instituciones que el poder para innovar est¨¢ ah¨ª, solo tienen que dar el primer paso: cambiar su mentalidad.
P. ?Cree que los universitarios deben cambiar tambi¨¦n su mentalidad?
R. S¨ª. La aspiraci¨®n no debe ser que una empresa te contrate. Eso significa que te van a pagar menos de lo que mereces. No tenemos que ense?ar c¨®mo conseguir un trabajo, sino c¨®mo crearlo.
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