¡°La reforma de la Seguridad Social es ya inaplazable para Espa?a¡±

Donald Trump acaba de poner patas arriba EE UU y el comisario Miguel Arias Ca?ete (Madrid, 1950) especula sobre el compromiso del nuevo Hombre M¨¢s Poderoso Del Mundo en las pol¨ªticas contra el cambio clim¨¢tico, pero sobre todo frunce el ce?o ante la marea populista y antiestablishment que se cierne sobre el Atl¨¢ntico Norte. Sobre su mesa, cubierta de papeles, hay varios libros al respecto. Arias lleva un tiempo agazapado: las malas lenguas dicen que por los esc¨¢ndalos que le han salpicado; ¨¦l se defiende y no evita una sola pregunta. En Espa?a tiene una bien ganada fama de pol¨¦mico; en Bruselas sus superiores ¡ªincluso sus enemigos¡ª le consideran muy, muy trabajador. El comisario admite que Espa?a pinta poco en Europa. Destaca que Bruselas se va a cobrar el ajuste prometido. Y, mucho ojo, considera que solo hay una reforma inaplazable: Seguridad Social.

Pregunta. Espa?a se libr¨® por los pelos de la multa por el d¨¦ficit.

Respuesta. No. La Comisi¨®n dijo que aplicar¨ªa las reglas con flexibilidad e inteligencia. Y lo hizo.

P. Pues a cambio hay que ajustar de 5.500 millones. ?Puede hacerlo un Gobierno en minor¨ªa?

R. Espa?a ha hecho grandes esfuerzos en el d¨¦ficit con una recesi¨®n de por medio. La Comisi¨®n modific¨® la senda fiscal porque el Gobierno en funciones no pod¨ªa adoptar medidas: la meta del 3,1% en 2017 es ambiciosa, pero alcanzable. Es hora de cumplir. En toda la UE hay Gobiernos en minor¨ªa, Espa?a no tiene por qu¨¦ ser diferente. Es responsabilidad de todas las fuerzas pol¨ªticas hacer ese ajuste del 0,5% del PIB con el menor impacto socioecon¨®mico.

P. ?Cu¨¢nto pes¨® el Brexit y la irritaci¨®n creciente con Bruselas para descartar la multa?

R. No se puede negar la incidencia del Brexit. Pero los espa?oles y los portugueses no hubieran entendido una multa despu¨¦s del enorme esfuerzo realizado.

P. ?Se ha perdido un a?o?

R. Es cierto que en un a?o no se han aprobado reformas: se perdi¨® un tiempo precioso.

P. ?No es un fracaso como pa¨ªs una legislatura incumpliendo?

R. La estructura territorial complica las cosas en Espa?a.

P. Alemania es un pa¨ªs federal.

R. Ya, pero su situaci¨®n es muy distinta: lleva mucho tiempo controlando su d¨¦ficit.

P. En 2015, Espa?a creci¨® el 3% y se qued¨® a 10.000 millones de cumplir... por una rebaja fiscal.

R. Tenemos un problema estructural en la Seguridad Social, y administraciones territoriales que han hecho esfuerzos pero siguen generando tensiones.

P. Fue Bruselas quien exigi¨® una reforma laboral que ha reducido el paro a costa de m¨¢s precariedad. Ahora caen las cotizaciones y se sorprenden ustedes.

R. Espa?a es de los pa¨ªses que m¨¢s crecen y m¨¢s empleo crean; algo habremos hecho bien. Pero s¨ª, hay reformas pendientes. Hay problemas de paro juvenil y de larga de duraci¨®n, y los servicios de empleo no funcionan. Pero la m¨¢s acuciante es la reforma de la Seguridad Social, que es ya inaplazable: ese es uno de los grandes problemas de Espa?a.

P. ?Con una recuperaci¨®n tan mediocre en la UE no hay que repensar las pol¨ªticas econ¨®micas?

R. Los mercados son jueces implacables. Si un pa¨ªs quiere volver a un crecimiento sostenible y con generaci¨®n de empleo tiene que ser competitivo. Y en Europa, debe cumplir las reglas.

P. Espa?a pierde influencia: ten¨ªa un vicepresidente en la Comisi¨®n; ya no lo tiene.

R. A cambio, tenemos dos carteras importantes: energ¨ªa y cambio clim¨¢tico eran las carteras de Alemania y Dinamarca.

P. Con un vicepresidente por encima.

R. Los vicepresidentes coordinan, pero los comisarios dise?an las pol¨ªticas; la influencia no se mide por la tarjeta de visita.

P. Se perdi¨® la silla en el BCE. Se perdi¨® el Eurogrupo. Rajoy casi no interviene en las cumbres. ?D¨®nde est¨¢ Espa?a?

R. Es cierto que se han perdido puestos b¨¢sicos tras los incumplimientos del Pacto de Estabilidad y el rescate. Pero si Espa?a vuelve a cumplir, crece y crea empleo tendr¨¢ mayor presencia.

P. La Comisi¨®n parece su peor enemiga, con esc¨¢ndalos como los de Barroso y su fichaje por Goldman Sachs, las cuentas en Bahamas de Kroes, las declaraciones impresentables de Oettinger y sus propios problemas.

R. En plena crisis existencial, eso empa?a la labor de la Comisi¨®n. Pero son casos particulares.

P. No tan particulares. Son muchos. Calan en la opini¨®n p¨²blica. Y no se ve la reacci¨®n de Bruselas. Con Oettinger, por ejemplo: ?Bastan unas disculpas tras expresiones racistas y hom¨®fobas?

R. Los pol¨ªticos somos esclavos de nuestras palabras, pero Oettinger ha dado explicaciones. Una de las cosas que he aprendido, probablemente muy tarde, es que hay que cuidar al m¨¢ximo las palabras ante cualquier foro.

P. ?C¨®mo le ha afectado el revuelo anterior a su llegada a Bruselas, su aparici¨®n en el caso Acuamed e indirectamente en los Papeles de Panam¨¢?

R. Lamentar¨ªa que todo eso me hubiera podido distraer, pero no ha sucedido. 2016 ha sido duro para m¨ª, personalmente. Pero he seguido trabajando al 100% y nunca he incurrido en conflictos de inter¨¦s: eso me da legitimidad moral para seguir.

P. ?Basta con que todo sea legal? ?La pol¨ªtica no debe tener una dimensi¨®n moral?

R. En ning¨²n momento he tenido conductas que fueran en contra del c¨®digo de actuaci¨®n del colegio de comisarios. No he incurrido en conflictos de inter¨¦s. Me he dedicado al 100% a mi cartera. Duermo muy tranquilo.

P. ?Pens¨® en dimitir?

R. Nunca. He sentido que ten¨ªa el apoyo de Jean-Claude Juncker. Y me he pasado dos a?os persiguiendo el acuerdo sobre cambio clim¨¢tico.

P. ?No tiene ese pacto serios riesgos en su aplicaci¨®n con la llegada de Trump?

R. Firmaron 196 pa¨ªses: 195 ya han puesto en marcha planes de acci¨®n en materia clim¨¢tica, entre ellos EE UU. No es un acuerdo para cuatro a?os: es un acuerdo para el siglo. Y s¨ª, los Gobiernos cambian. Pero EE UU no se puede retirar del pacto hasta dentro de tres a?os.