Los asesinos del Medicare
Durante la campa?a, Donald Trump prometi¨® a menudo que ser¨ªa otra clase de republicano, uno que representase los intereses de los votantes de clase trabajadora que depend¨ªan de los grandes programas sociales del Gobierno. ¡°No voy a recortar la Seguridad Social, como han hecho los dem¨¢s republicanos, y tampoco voy a recortar Medicare ni Medicaid¡±, declaraba bajo el titular ¡°Por qu¨¦ Donald Trump no tocar¨¢ sus ayudas sociales¡±.
Era mentira, por supuesto. El responsable de la Seguridad Social dentro del equipo de transici¨®n es un viejo defensor de la privatizaci¨®n, y todo indica que el Gobierno entrante se prepara para eliminar Medicare y sustituirla por cupones que puedan utilizarse para contratar un seguro privado. Ah, y tambi¨¦n es probable que aumente la edad a la que se puede optar a la asistencia de Medicare.
De modo que es importante no permitir que esta tomadura de pelo tenga lugar antes de que los ciudadanos se den cuenta de lo que pasa.
Hay tres argumentos, concretamente, que deben pregonarse tanto como sea posible.
Primero, que el ataque contra Medicare ser¨¢ una de las violaciones de promesa electoral m¨¢s flagrantes de la historia.
Algunos lectores recordar¨¢n el intento de George W. Bush de privatizar la Seguridad Social ampar¨¢ndose en la afirmaci¨®n de que los votantes se lo hab¨ªan ¡°exigido¡±, a pesar de haber centrado toda su campa?a en otros asuntos. Aquello estuvo mal, pero esto es mucho peor, y no solo porque Trump haya perdido la votaci¨®n popular por una diferencia considerable; ser¨ªa peregrino hablar de ¡°exigencia¡±.
El candidato Trump hizo campa?a a favor de una postura diametralmente opuesta a la que el presidente electo Trump parece estar adoptando, afirmando que es un populista econ¨®mico que defiende a la clase trabajadora (blanca). ?Ahora va a destruir un programa que es crucial para esa clase?
La privatizaci¨®n de Medicare violar¨ªa una promesa fundamental de la campa?a de Donald Trump
Lo que me lleva al segundo punto: aunque Medicare sea un programa esencial para la gran mayor¨ªa de los estadounidenses, es especialmente importante para esos votantes blancos de clase trabajadora que apoyaron a Trump con m¨¢s vehemencia. Ello se debe, en parte, a que los beneficiarios de Medicare son bastante m¨¢s blancos que el pa¨ªs en general, precisamente porque son mayores y reflejan la demograf¨ªa de una ¨¦poca anterior.
Aparte de eso, piensen en lo que pasar¨ªa si Medicare no existiese. Algunos estadounidenses mayores probablemente podr¨ªan mantener su cobertura sanitaria permaneciendo en puestos de trabajo que se la proporcionan. Pero, en l¨ªneas generales, solo dispondr¨ªan de esta opci¨®n quienes poseyesen una formaci¨®n muy amplia: entre los mayores, la participaci¨®n en el mercado laboral est¨¢ muy relacionada con la educaci¨®n, en parte porque quienes tienen formaci¨®n superior gozan de mejor salud que los menos formados, y en parte porque sus trabajos les exigen menos esfuerzo f¨ªsico. Los mayores de clase trabajadora quedar¨ªan abandonados, incapaces de conseguir la atenci¨®n m¨¦dica que necesitasen.
Aun as¨ª, ?no hay que hacer algo con Medicare? No (y este es el tercer razonamiento). A menudo, la gente como Paul Ryan, el presidente de la C¨¢mara de Representantes, se las ha arreglado para embaucar a los medios de comunicaci¨®n y hacerles creer que los intentos de desmantelar Medicare y otros programas se deben a inquietudes econ¨®micas v¨¢lidas. No es as¨ª.
Desde hace mucho tiempo, resulta evidente que Medicare es, de hecho, m¨¢s eficaz que los seguros privados, sobre todo porque no dedica grandes sumas a gastos indirectos y publicidad ni, por supuesto, tiene que dejar un margen para beneficios.
Lo que no todo el mundo sabe es que las medidas de ahorro contempladas por la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible, tambi¨¦n llamada Obamacare, han tenido un ¨¦xito considerable en su intento de que ¡°la curva alcance un punto de inflexi¨®n¡± (que se frene la subida a largo plazo de los gastos de Medicare). De hecho, desde 2010, el desembolso de Medicare por beneficiario solo ha subido un 1,4% anual, menos que la tasa de inflaci¨®n. Este triunfo es una de las principales razones por las que las previsiones presupuestarias a largo plazo han mejorado de forma espectacular.
Entonces, ?por qu¨¦ intentar destruir este programa popular, que funciona mejor que nunca en determinados aspectos importantes? La respuesta fundamental, desde el punto de vista de gente como Ryan, probablemente sea que Medicare est¨¢ en el punto de mira justo a causa de su ¨¦xito: a quienes se oponen a la Administraci¨®n, les vendr¨ªa muy bien deshacerse de un programa que deja patente el poder del Gobierno para mejorar la vida de la gente.
Y la privatizaci¨®n de Medicare tendr¨ªa una ventaja adicional para la derecha: generar¨ªa muchas oportunidades de beneficio privado, obtenido mediante el desv¨ªo de unos fondos que podr¨ªan haberse usado para proporcionar asistencia sanitaria.
En resumen, la privatizaci¨®n de Medicare violar¨ªa una promesa fundamental de la campa?a de Trump, perjudicar¨ªa especialmente los intereses de ese grupo de votantes que cre¨ªa haber encontrado un adalid y ser¨ªa una medida pol¨ªtica desastrosa.
A lo mejor piensan que todo esto impedir¨¢ que las idea tenga la m¨¢s m¨ªnima posibilidad. Y esta iniciativa, de hecho, fracasar¨¢ ¡ªal igual que la privatizaci¨®n de la Seguridad Social en 2005¡ª si los votantes se dan cuenta de lo que pasa.
Ahora, lo esencial es asegurarse de que, en efecto, los votantes toman conciencia de lo que sucede. Y esta labor no corresponde solo a los pol¨ªticos. Tambi¨¦n representa una oportunidad para que los medios de comunicaci¨®n, que fracasaron tan estrepitosamente durante la campa?a, empiecen a hacer su trabajo.
Paul Krugman es Nobel de Econom¨ªa.The New York Times Company, 2016 Traducci¨®n de News Clips.
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