?Qu¨¦ debe cambiar en Espa?a para salir a las 6 de trabajar? Casi todo
Razones culturales e hist¨®ricas han contribuido a prolongar una jornada laboral que ahora el Gobierno propone reducir con un pacto pol¨ªtico y social
En la multinacional donde Mar¨ªa trabaja como auditora, uno sabe cu¨¢ndo entra pero nunca cu¨¢ndo sale. ¡°El horario oficial es de 9.00 a 19.00, pero es muy raro que te puedas ir a tu hora¡±, asegura. Lo habitual, explica esta mujer de 30 a?os que prefiere no dar su nombre real, es que hasta las 20.00 nadie se levante de su sitio. Algo extraordinario en Alemania o Francia, pero normal en un pa¨ªs donde las jornadas laborales se extienden hasta lo inveros¨ªmil entre pol¨¦mica y resignaci¨®n. El problema est¨¢ tan vivo que el pasado lunes la ministra de Empleo, F¨¢tima B¨¢?ez, propuso un pacto para que la jornada laboral acabe a las 18.00.
El anuncio pretende cundir en un pa¨ªs donde se pasa de las ¡°buenas tardes¡± a las ¡°buenas noches¡± sin anestesia. Seg¨²n Eurostat, en Espa?a se cena dos horas m¨¢s tarde que en Francia y se acaba la jornada laboral tres horas despu¨¦s que en Alemania. La falta de flexibilidad, la cultura del presentismo y un huso horario que geogr¨¢ficamente no corresponde han modificado las costumbres de los espa?oles y han elevado el problema a algo m¨¢s que una mera cuesti¨®n legislativa.
Pedro Mart¨ªnez, profesor en el m¨¢ster de Recursos Humanos de ICADE Business School, explica que fue con el cambio al huso horario de Alemania y con la necesidad de tener varios empleos en la ¨¦poca de la autarqu¨ªa cuando los horarios empezaron a trastocarse. ¡°Antes se com¨ªa y cenaba en horarios, digamos, europeos¡±.
Desde entonces han pasado m¨¢s de 60 a?os, un tiempo suficiente para sentar costumbres dif¨ªciles de erradicar. Por ello, Jos¨¦ Luis Casero, empresario y presidente de la Comisi¨®n Nacional para la Racionalizaci¨®n de los Horarios en Espa?a (ARHOE), aplaude la propuesta, pero solo la considera un primer paso. ¡°Hay mucho por hacer para romper con esta cultura¡±, asegura.
Casero no es el ¨²nico esc¨¦ptico. Agust¨ªn Nieto, secretario general del Sindicato Profesional Financiero de UGT, recuerda que el sector al que se dedica tiene unos horarios establecidos por convenio. Pero eso no significa que se respeten. ¡°Deber¨ªamos salir a las 15.00, pero a las 19.00 o a las 20.00 todav¨ªa hay gente en las oficinas; el 78% de los trabajadores nos dice que suele prolongar su jornada laboral¡±, cuenta. En su opini¨®n, un decreto ley que fije la jornada laboral hasta las seis solo ser¨ªa ¡°un brindis al sol¡±. Lo que har¨ªa falta, insiste, es reforzar los controles para evitar abusos.
Un pa¨ªs de servicios
Alemania es el pa¨ªs donde menos tiempo se trabaja: 1.371 horas al a?o, seg¨²n la OCDE, frente a las 1.691 horas de Espa?a. Elena Mar¨ªn, que desde 2011 vive en Berl¨ªn, explica que en su empresa el horario es flexible y que el ¨²nico compromiso es cumplir con las 38 horas semanales y estar en la oficina de 9.00 a 15.00. ¡°Si trabajas m¨¢s de 10 horas en un d¨ªa te llega un correo que te dice que est¨¢s al l¨ªmite, y si pasa dos veces en una semana tu jefe te da un toque de atenci¨®n¡±, explica.
¡°Cambiar la jornada laboral no significa reducir las horas de trabajo, sino las horas que se pasan en el trabajo¡±, puntualiza Nuria Chinchilla, experta en conciliaci¨®n y profesora en IESE Business School. Propone que la primera medida sea volver al huso horario de Greenwich para que nuestro reloj biol¨®gico se coordine con el ritmo del sol. ¡°Despu¨¦s, para que de verdad se pueda salir a las seis, hay que orquestar una serie de medidas y trabajar con sectores que son palancas para el cambio, como la industria, la educaci¨®n o el comercio¡±, explica.
Pero no todos van a poder beneficiarse del cambio. Julio Grisales es due?o de Cafelito, una cafeter¨ªa en el centro de Madrid. Durante el primer a?o y medio de actividad, cuando no pod¨ªa permitirse contratar ning¨²n empleado a tiempo completo, no le quedaba m¨¢s remedio que trabajar desde las 7.30 hasta las 21.00. Ahora las cosas no han cambiado mucho. ¡°Lo aguanto porque es mi negocio, pero si fuera dependiente no lo har¨ªa¡±, asegura. Lo que le duele, dice, es ya no tener tiempo para sus pasiones.
Antonio Monta?¨¦s, profesor de Econ¨®mia en la Universidad de Zaragoza, coordin¨® en 2011 un estudio del que emerg¨ªa que la jornada continua puede aumentar la productividad en un 6,5%, y hasta un 9% en el sector servicios, que contribuye el 70% al PIB espa?ol. ¡°El peso de estas actividades es similar al de otros pa¨ªses europeos donde los horarios son diferentes y la productividad tambi¨¦n; por tanto no es solo una cuesti¨®n de estructura econ¨®mica, sino de h¨¢bitos adquiridos¡±, explica. ¡°Hay otras medidas que deber¨ªan adoptarse y que, junto a una racionalizaci¨®n horaria, ayudar¨ªan a ganar productividad¡±, asegura.
Silvia (nombre ficticio) trabaja hasta pasadas las 22.00 cuando le toca el ¨²ltimo turno en la tienda donde es empleada en el aeropuerto de Barajas. ¡°Pero me encantar¨ªa salir un poco antes¡±, admite. A las 20.00 le parecer¨ªa un horario razonable. ¡°Si todos sali¨¦ramos antes creo que se podr¨ªa cambiar¡±, opina. ¡°Es ante todo una cuesti¨®n de costumbre¡±.
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