El menor poder adquisitivo de los salarios amenaza la recuperaci¨®n
La subida de la inflaci¨®n abre la pugna por el aumento de los sueldos ante la menor capacidad de compra de los ciudadanos

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La pugna por el futuro de los salarios est¨¢ que arde. Esta semana, patronal y sindicatos trazaron sus l¨ªneas para la pr¨®xima ronda de negociaciones. Los sindicatos piden una revisi¨®n salarial entre el 1,8% y el 3%, que permita recuperar en parte la capacidad de compra perdida durante la crisis. La patronal CEOE, por su parte, propone una subida de, como mucho, el 1,5% (la inflaci¨®n cerr¨® 2016 en el 1,6%, seg¨²n el INE), a la que se puede sumar hasta medio punto adicional dependiendo de los esfuerzos que hagan las empresas para mejorar la productividad y reducir el absentismo laboral.
Entre los argumentos de la patronal est¨¢ el hecho de que la devaluaci¨®n salarial ha servido para impulsar la econom¨ªa, sobre todo en las exportaciones. Pero sindicatos y economistas alertan que, a medio y largo plazo, el efecto que tiene en la capacidad de los asalariados de gastar y consumir puede acabar haciendo da?o a la misma recuperaci¨®n que contribuy¨® a construir.
El Gobierno espa?ol prev¨¦ que durante 2017 se va a batir una marca simb¨®lica: el producto interior bruto (PIB), la suma del conjunto de la econom¨ªa del pa¨ªs, superar¨¢ la cifra de 1,128 billones de euros con la que cerr¨® 2008. En t¨¦rminos absolutos, la Gran Recesi¨®n, si no ha terminado, est¨¢ a punto de hacerlo. Sin embargo, para millones de familias espa?olas, el documento que refleja realmente el estado de su econom¨ªa, la n¨®mina al final de mes ¡ªcuando la hay¡ª no solo no ha vuelto a los niveles previos a la crisis sino que, en el caso de los trabajadores que menos ganan, ha perdido m¨¢s de una cuarta parte de su poder de compra.
Seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica, el salario bruto medio en Espa?a en 2014 (el ¨²ltimo ejercicio del que tienen datos) fue de 22.858 euros por persona, un 0,7% m¨¢s que el a?o anterior y un 4,4% por encima del dato de 2008. Si se hubiese ajustado por el dato de la inflaci¨®n desde ese a?o, ser¨ªa de 24.466 euros. A la vez, el salario mediano ¡ªes decir, el que recibe un espa?ol en un punto ideal en el que la mitad de los asalariados gana m¨¢s que ¨¦l y la otra mitad menos¡ª fue de alrededor de 16.500 euros.
Pero es precisamente el deterioro de los convenios colectivos consecuencia de la reforma laboral ¡ªal permitir, entre otras medidas, que las empresas se descuelguen unilateralmente de los acuerdos y cambien las condiciones laborales de sus empleados¡ª lo que complica saber qu¨¦ vendr¨¢ ahora.
La persistente brecha salarial de las mujeres
La diferencia entre hombres y mujeres en Espa?a se revela en una cifra: 64,8%. Es el porcentaje del salario medio masculino que cobran las mujeres en Espa?a. Aunque est¨¢ por debajo de la media de la UE (que es de 60,2%), la reducci¨®n de las diferencias sigue siendo uno de los objetivos fundamentales de la pol¨ªtica laboral europea. "Yo creo que es un problema que no tiene soluci¨®n a corto plazo", sopesa Daniel Patricio Jim¨¦nez, de ESIC. "Estamos avanzando poco a poco". Uno de los factores m¨¢s importantes en el tama?o de esa brecha salarial es el hecho de que, mientras solo un 7% de los hombres trabaja a tiempo parcial, esa cifra asciende al 25% entre las mujeres. Eso hace que mientras que apenas un 7,8% de los asalariados varones gana el equivalente a menos de un salario m¨ªnimo interprofesional, esa cifra se dispara a un 18,6% entre las mujeres. En 2013, los consejos de administraci¨®n de las mayores empresas cotizadas de la Uni¨®n Europea ten¨ªan un porcentaje de mujeres de solo un 17,8%. La proporci¨®n de consejeras delegadas era a¨²n menor: un 2,8%. "Todav¨ªa hay m¨¢s gerentes y m¨¢s secretarias", se?ala el economista Diego Barcel¨®.
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"En el momento en el que prevalecen los acuerdos de empresa, eso incentiva la contenci¨®n salarial", considera Daniel Fuentes, economista s¨¦nior de AFI. "Los salarios por convenio colectivo tienen una relaci¨®n muy intensa con la inflaci¨®n, una espiral por convenios y cl¨¢usulas de garant¨ªa salarial, que hasta ahora respond¨ªan a la evoluci¨®n del IPC", apunta Florentino Felgueroso, investigador asociado de Fedea. "Habr¨¢ que ver hasta qu¨¦ punto vamos a ser capaces de controlar esa espiral, porque no sabemos c¨®mo va a responder el modelo de negociaci¨®n colectiva". "No hay ning¨²n s¨ªntoma de que los salarios vayan a subir", considera Fuentes. "Desde un punto de vista meramente coyuntural, los indicadores macroecon¨®micos nos est¨¢n indicando que no se ven tensiones".
Para el a?o que termina, Rafael Dom¨¦nech, economista jefe para Econom¨ªas avanzadas de BBVA, estima una ca¨ªda del poder adquisitivo del 0,5%. "El problema es que con la desaparici¨®n del efecto que produc¨ªan los precios bajos de la energ¨ªa y una inflaci¨®n al alza, el pa¨ªs se est¨¢ empobreciendo frente al resto del mundo, de la misma manera que se ha beneficiado en el pasado".
Puede que para las familias que ten¨ªan que enfrentarse a la cesta de la compra mensual, la contenci¨®n haya sido un desastre, pero su efecto en las cifras macroecon¨®micas, por el contrario, fue positivo. "En la crisis se destruyeron muchos empleos y las empresas se quedaron con las actividades m¨¢s centrales y m¨¢s productivas", explica Dom¨¦nech. "Los salarios perdieron poder adquisitivo, pero esto estaba matizado por la baja inflaci¨®n", apunta Fuentes. "Eso explica el fuerte crecimiento del PIB" (que ha ganado m¨¢s de un 10% desde 2013).
A la vez, si a partir de 2004 la productividad se puso por debajo de la media de la Uni¨®n Europea, en 2009 se puso cinco puntos por encima, seg¨²n Eurostat. La mayor productividad hizo m¨¢s competitivos los productos espa?oles, lo que sumado a la depresi¨®n del mercado interno ¡ªel gasto medio por hogar cerr¨® 2015 en alrededor de 27.000 euros, 4.000 menos que antes de la crisis¡ª lanz¨® a impulsar con ¨¦xito su vertiente exportadora. Sin embargo, el diferencial de productividad se ha ido reduciendo desde entonces, hasta el punto de que en 2014 y 2015 estuvo por debajo del crecimiento de la inflaci¨®n. Y, por supuesto, sigue sin superar la media de la zona euro.
Lo que se discute es saber si el incremento de la productividad provocado por la contenci¨®n salarial justifica una ca¨ªda del consumo. "Si no aumenta la productividad, hablar de aumento de salarios es pegarse un tiro en el pie", considera el economista Diego Barcel¨®. "Cuando los aumentos salariales no vienen acompa?ados de aumentos de la productividad, parad¨®jicamente las rentas salariales, lo que el conjunto de la poblaci¨®n recibe por su trabajo, caen", apunta Dom¨¦nech. Para Jordi Garc¨ªa Vi?a, director de relaciones laborales de CEOE, ese es el motivo por el que la propuesta incluye un segmento aplicable conforme la productividad. "El IPC no tiene nada que ver con la actividad econ¨®mica de las empresas".
Deterioro mal repartido
Seg¨²n los datos del INE, el salario real cay¨® un 1,5% en los tres a?os que van de 2011 a 2014. Sin embargo, ese deterioro ha estado claramente mal repartido en detrimento de los trabajadores que cobran menos: mientras que para el 10% de los asalariados que gana m¨¢s el sueldo real creci¨® un 0,7% en esos tres a?os ¡ªy un 10,4% en los tres a?os anteriores¡ª para el 10% que menos gana la p¨¦rdida de poder adquisitivo acumulada desde el inicio de la crisis ha sido de un apabullante 27,6%. "Se habla mucho de las clases medias, pero quienes realmente han soportado el coste son los trabajadores que ya estaban en el furg¨®n de cola", considera Fuentes.
"La rebaja salarial es m¨¢s intensa donde se concentran los trabajadores menos cualificados", apunta Carlos Mart¨ªn en un informe reciente. "Es donde el ej¨¦rcito de reserva desempleado ejerce m¨¢s presi¨®n y donde la capacidad de protecci¨®n de los sindicatos es m¨¢s baja". El "ej¨¦rcito de reserva" al que se refiere Mart¨ªn es, en palabras de Fuentes, el a¨²n alto porcentaje de espa?oles en paro. "Con las actuales tasas de desempleo, se van a seguir puestos de trabajo sin que crezcan los salarios", se?ala. "Una vez se llegue a ese suelo, generar empleo va a ser m¨¢s costoso y los salarios van a subir. Doy un margen de al menos dos a?os para eso".
Tiempo parcial, tecnolog¨ªa y el futuro de los salarios
El porcentaje de trabajadores de entre 20 y 64 a?os a tiempo parcial en la zona euro ha pasado de 17,6% en 2005 a 21,3% en 2015, seg¨²n Eurostat. En Espa?a, la cifra ha pasado del 11,7% al 15,5%. Aunque a¨²n est¨¢ lejos de la situaci¨®n de pa¨ªses como Holanda, la reducci¨®n de las jornadas laborales ha sido uno de los instrumentos de contenci¨®n salarial m¨¢s potentes de las empresas espa?olas.
Para Daniel Patricio Jim¨¦nez, profesor del ESIC, la situaci¨®n no va a ir a mejor, por el avance tecnol¨®gico y las econom¨ªas que est¨¢n, poco a poco, recortando el trabajo a tiempo completo. "Lo que yo veo es que, al final, no hay trabajo para todos", considera. "Independientemente de las modalidades de producci¨®n, la gente tendr¨¢ que acostumbrarse a compartir puestos de trabajo".
"Lo que ha quedado demostrado estos ¨²ltimos a?os es que el empleo no es suficiente para salir de la pobreza laboral", desarrolla Florentino Felgueroso, de Fedea. "El efecto de las nuevas tecnolog¨ªas es que se contrata de forma m¨¢s puntual. El gran problema no es realmente el salario-hora, sino lo que van a recibir los trabajadores a lo largo del a?o. Hay seis millones de personas cobrando menos que el salario m¨ªnimo. Es por eso que habr¨ªa que sentarse y debatir ideas como complementos salariales y rentas b¨¢sicas. Porque lo que est¨¢ en juego son las prestaciones sociales del futuro".
Otros que est¨¢n en la lista de los perjudicados son los que se incorporan a un nuevo puesto de trabajo. Si la ca¨ªda de salarios promedio de los trabajadores a tiempo parcial ha sido, de media, de un 6,5%, para los que llevan menos de un a?o en la empresa esta es de un 11,3%. Las cosas no mejoran para los puestos a jornada completa: los sueldos para los reci¨¦n incorporados han ca¨ªdo de media un 5,3%, a pesar de que los salarios en general se han incrementado en un 6%.
Las sucesivas reformas laborales en 2010 y 2012 no hicieron sino reforzar este proceso. "La reforma fue muy dura", se?ala Mart¨ªn. "No solo ha hecho muy f¨¢cil que cuando lleguen las crisis el ajuste caiga sobre los trabajadores, sino que adem¨¢s ha hecho m¨¢s dif¨ªcil que, cuando la situaci¨®n econ¨®mica cambie, esa mejor¨ªa se transmita a los asalariados".
Pero, para Felgueroso, la reforma no es el origen del problema. "El error es culpar a la reforma laboral del fen¨®meno de la precariedad", considera. "El proceso de deterioro ya ven¨ªa aumentando de antes". "Es dif¨ªcil separar en qu¨¦ medida la flexibilidad salarial con la situaci¨®n econ¨®mica se debe a la reforma laboral y cu¨¢nto al acuerdo de los agentes sociales para la negociaci¨®n colectiva en 2012", apunta Dom¨¦nech. "Los dos hechos ocurrieron simult¨¢neamente y es dif¨ªcil distinguir qu¨¦ viene de qu¨¦. Lo que s¨ª sabemos es que los dos han contribuido. De 2013 en adelante, los salarios nominales crecieron poco, pero crecieron, y por encima de la productividad", se?ala Dom¨¦nech. En ese per¨ªodo, los sueldos pactados por convenio colectivo tambi¨¦n subieron por encima de la inflaci¨®n, una tendencia que se ha roto en 2016, con un aumento del 1,06%.
"Vemos una desaceleraci¨®n del crecimiento por el canal de los salarios", indica Fuentes. "Se va a debilitar la capacidad de consumo de los hogares y las aportaciones a la Seguridad Social. Econ¨®micamente, esto no es sostenible a largo plazo. Como no adoptemos medidas de mejora real, volveremos a tener un problema similar dentro de cinco a?os. La soluci¨®n tiene que ser permanente".
Y, seg¨²n los sindicatos, la respuesta est¨¢ clara. "Las empresas han obtenido unos beneficios extraordinarios que les han permitido amortizar una losa de endeudamiento", indica Carlos Mart¨ªn, responsable del gabinete econ¨®mico de Comisiones Obreras. "Pero el apalancamiento de las empresas ya est¨¢ en l¨ªnea con la media de la eurozona. Ese es uno de los motivos por los que ya va siendo hora de cambiar de tercio y apostar por una subida salarial que consolide el consumo". "La pol¨ªtica salarial de 2017 debe ser una pieza clave para solucionar las necesidades m¨¢s acuciantes de la econom¨ªa espa?ola, para aumentar la productividad y para garantizar que el crecimiento llega a las personas", complementan desde UGT. "Lo normal es que ahora se pida un aumento salarial coherente con la recuperaci¨®n econ¨®mica", se?ala Felgueroso.
Adem¨¢s, a finales de 2016 el empleo registraba sus mejores cifras de la serie estad¨ªstica al reducirse en 390.534 personas, para cerrar el ejercicio con 3.702.974 parados. Ante estas circunstancias, consecuencia del recalentamiento de la econom¨ªa ¡ªlas previsiones de crecimiento del PIB espa?ol para el a?o reci¨¦n terminado rondan el 3,2%, uno de los mayores de la zona euro¡ª cabr¨ªa esperar una subida de salarios que transmitiese esa recuperaci¨®n a los bolsillos de los trabajadores espa?oles y mantuviese su capacidad de comprar y consumir.
Sobre todo, porque es lo que est¨¢ pasando en la mayor¨ªa de pa¨ªses similares a Espa?a. "El crecimiento del salario real se ha acelerado en los pa¨ªses desarrollados", apuntaba el ¨²ltimo informe sobre salarios de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo. "En los pa¨ªses del G-20, el alza pas¨® del 0,2% en 2012 a un 1,7% en 2015, la mayor de los ¨²ltimos diez a?os. La aceleraci¨®n en Estados Unidos y en Alemania explica una parte importante de esas tendencias".
El cors¨¦ del euro
?C¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª? Uno de los motivos ha sido el cors¨¦ de la moneda ¨²nica, que impidi¨® recurrir a la forma tradicional de enfrentarse a los ajustes: devaluando la moneda. "Ha sido una crisis muy larga, con un impacto tanto en el n¨²mero de puestos de trabajo como en las condiciones laborales", se?ala Florentino Felgueroso. "En la primera fase de la crisis hubo una destrucci¨®n de empleo temporal importante, tanto as¨ª que el salario medio lleg¨® a subir. La siguiente fase fue de congelaci¨®n salarial y, luego, de ajuste".
Pero saber cu¨¢nto ganan realmente los asalariados ha sido desde siempre una tarea complicada por la diversidad y la temporalidad del mercado de trabajo. Las cifras del INE contrastan con las de la Agencia Tributaria, que indican que en 2015 los 17,3 millones de asalariados que hay en Espa?a cobraron de media 18.645 euros al a?o, un 1,2% m¨¢s que en el ejercicio de 2014.
Adem¨¢s, se?ala Fuentes, en las estad¨ªsticas de los asalariados espa?oles ni est¨¢n todos los que son ni son todos los que est¨¢n. "Con mucha frecuencia nos centramos en los salarios, pero en este pa¨ªs la figura del aut¨®nomo es muy importante, tanto en la fase de destrucci¨®n de empleo como en la recuperaci¨®n", apunta Fuentes.
La distribuci¨®n por sectores y las distorsiones
El ?ndice de Precios del Trabajo (IPT) es el ¨²ltimo intento del Instituto Nacional de Estad¨ªstica para abrir una ventana m¨¢s precisa sobre las remuneraciones de los espa?oles. Sin embargo, a la hora de entrar en los detalles, se hace patente el 'efecto composici¨®n': las ¨¢reas en las que los salarios han subido en promedio son, precisamente, las que m¨¢s han ajustado a trav¨¦s de la reducci¨®n de puestos de trabajo, por lo que los que quedan son los trabajadores m¨¢s productivos (o antiguos) y mejor remunerados. Por ejemplo: las grandes empresas (de m¨¢s de 250 empleados) son las que m¨¢s han reducido sus sueldos: un 2,8% en 2012 y un 2,2% en 2011. De hecho, el ¨ªndice salarial de las pymes est¨¢ por encima del nivel de 2008. Pero son las peque?as y medianas empresas las que m¨¢s sufren con la crisis, como explica Florentino Felgueroso, de Fedea. "Nuestras pymes son demasiado pymes como para aprovechar econom¨ªas de escala y ganancias de eficiencia, as¨ª como para invertir en innovaci¨®n". Igualmente, cuando divididos por ocupaciones, donde el ¨ªndice m¨¢s se ha reducido es en el ep¨ªgrafe de directores y gerentes, que cerr¨® 2014 casi siete puntos por debajo de los datos del inicio de la crisis. Por otro lado, el ¨ªndice de los empleados de hosteler¨ªa ha crecido tres puntos desde 2008. "Podemos tener los mejores alba?iles o camareros del mundo, pero su productividad es la que es", considera Daniel Fuentes, de AFI.
Es para intentar mejorar esa perspectiva que el INE lanz¨® el pasado mes de noviembre el ?ndice de Precios del Trabajo (IPT), con el que intenta despejar distorsiones de los datos como el efecto composici¨®n: dado que los primeros empleos en eliminarse son los m¨¢s precarios y de menor remuneraci¨®n, el aumento del paro explica la subida de los salarios medios, un efecto que se ha notado, sobre todo, en la construcci¨®n. Con ese ¨ªndice en la mano, si el nivel de salarios de 2008 era de 100, en 2014 ¡ªde nuevo, el ¨²ltimo a?o del que hay datos¡ª era de 99,3.
El nuevo ¨ªndice nos acerca m¨¢s a conocer realmente cu¨¢nto ganan los espa?oles, pero para Felgueroso sigue sin ser suficiente. "El IPT intenta controlar el 'efecto composici¨®n' pero nunca es del todo posible", se?ala. "Tenemos m¨¢s fuentes que antes para conocer los salarios de los espa?oles. Pero todas tienen algo en com¨²n: vienen de declaraciones de los empresarios. Nos faltan informaciones que vengan de los trabajadores, informaciones que nos indiquen qu¨¦ salarios tienen realmente las personas".
Y pone un ejemplo con las horas extraordinarias realizadas pero no percibidas. "Siempre es importante recalcar que los salarios no se han comportado igual dependiendo de las distintas unidades de tiempo. La crisis no solo ha afectado los salarios, sino el tiempo trabajado". Y, de hecho, el incremento del salario bruto medio por hora trabajada entre 2008 y 2014 fue del 9,3%, una cifra mucho m¨¢s cercana al desplazamiento real de la inflaci¨®n.
Y la informaci¨®n se hace a¨²n m¨¢s imprecisa conforme se va entrando en detalles. "Cuando vamos a los datos microecon¨®micos, puede haber y hay una dispersi¨®n enorme", se?ala Dom¨¦nech. "Hay empresas grandes, con tasas de crecimiento de dos cifras, cuyas productividades est¨¢n creciendo mucho y sus salarios van aumentando en consecuencia. Pero la mayor¨ªa de las empresas son peque?as y no recogen esos beneficios de productividad".
El resultado es, en suma, incertidumbre. "El que los convenios colectivos vuelvan a ser una palanca para el crecimiento de los salarios depende de cada sector", apunta Daniel Patricio Jim¨¦nez, profesor del ESIC. "No sabemos qu¨¦ va a pasar si hay de nuevo un shock como en 2007", considera Felgueroso.
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