Espa?a interrumpe 39 meses de ganancias de competitividad
Un alza puntual del precio del petr¨®leo empuja la inflaci¨®n espa?ola por encima de la europea, sembrando dudas sobre el proceso de devaluaci¨®n interna
Delante de un nutrido grupo de inversores, la jefa de la oficina econ¨®mica de Moncloa, Eva Valle, destac¨® el pasado 10 de enero que Espa?a sumaba 39 meses consecutivos con una menor inflaci¨®n que la zona euro, por debajo incluso del pa¨ªs m¨¢s competitivo de Europa, Alemania. ¡°Esa competitividad es la base de la creaci¨®n de empleo¡±, sentenci¨® durante el Spain Investors Day. Sin embargo, en diciembre la variaci¨®n de precios ha roto con esta tendencia por primera vez en tres a?os. Justo cuando hab¨ªamos restablecido la competitividad perdida con Alemania desde la entrada en el euro, un alza puntual del petr¨®leo dispara las alarmas.
Casualidad o causalidad, el Gobierno siempre ha subrayado que el vigente periodo de creaci¨®n de empleo coincide pr¨¢cticamente con el de una inflaci¨®n por debajo de la media de la eurozona. Tan s¨®lo dos meses despu¨¦s de que el ¨ªndice de precios cayese por debajo del europeo, la econom¨ªa empez¨® a generar empleo. Seg¨²n este diagn¨®stico, la devaluaci¨®n permiti¨® ir ganando competitividad con la zona euro y aumentar las exportaciones.
Solo que en diciembre se ha interrumpido este proceso de ganancias de competitividad v¨ªa precios. Mientras que en Espa?a la inflaci¨®n aument¨® un 1,4% en t¨¦rminos comparables, en Europa solo repunt¨® un 1,1%. Y la perspectiva es que la inflaci¨®n contin¨²e as¨ª durante al menos varios meses, espoleada por una cotizaci¨®n del crudo al alza. Una vez m¨¢s, Espa?a se revela mucho m¨¢s sensible al precio del oro negro: ¡°La econom¨ªa espa?ola es muy dependiente e intensiva en el uso de petr¨®leo. El IPC baj¨® m¨¢s cuando la cotizaci¨®n del petr¨®leo ca¨ªa, y ahora que el crudo se encarece tambi¨¦n sube en mayor medida. Este salto en la inflaci¨®n obliga a preguntarse si hace falta m¨¢s competencia que abarate los precios en los sectores de productos energ¨¦ticos¡±, afirma Jos¨¦ Domingo Rosell¨®, analista del Flores de Lemus.
En principio, los expertos coinciden en que este dato no tendr¨ªa por qu¨¦ suponer una repercusi¨®n inmediata sobre la competitividad. La competitividad no se mide s¨®lo por precio. ¡°El IPC no es la cesta que exportamos. Hay bienes de esa cesta que no se exportan. Pero s¨ª que puede afectar si termina presionando al alza sobre los salarios y los m¨¢rgenes empresariales. Se trata de un indicador indirecto de competitividad¡±, sostiene Mar¨ªa Jes¨²s Fern¨¢ndez, economista de Funcas.
Y ¨¦se es el riesgo sobre el que alertan los economistas: los llamados efectos de segunda ronda. Se considera que el encarecimiento del petr¨®leo tendr¨¢ un impacto transitorio sobre la inflaci¨®n, en parte por el efecto estad¨ªstico de comparar con un periodo de precios ultrabajos. Sin embargo, durante el primer trimestre de este a?o se prev¨¦ que la cotizaci¨®n del petr¨®leo empuje la inflaci¨®n hasta rondar incrementos puntuales del 3%. Con la econom¨ªa creciendo y la inflaci¨®n tocando esas cotas, las presiones a comienzos de a?o para recuperar salarios y m¨¢rgenes empresariales ser¨¢n enormes. Se corre el riesgo de romper con la moderaci¨®n que ha imperado en los ¨²ltimos tres a?os, la clave de b¨®veda que ha permitido que Espa?a sea uno de los pocos pa¨ªses occidentales que haya ganado cuota exportadora durante los ¨²ltimos a?os. Solo Alemania ha logrado ese mismo hito.
La devaluaci¨®n se nota en las exportaciones
Las empresas espa?olas reaccionaron ante la crisis elevando sus ventas fuera del euro. Sin embargo, desde que comenz¨® la recuperaci¨®n europea y la inflaci¨®n espa?ola se ha situado por debajo, las exportaciones han aumentado sobre todo con la zona euro. Entre 2013 y 2016, estas han engordado en unos 18.000 millones, de los que 15.000 millones se corresponden con la eurozona. De ah¨ª la importancia de las diferencias en precios respecto a la moneda ¨²nica.
Antes de la existencia del euro, cuando escalaban los precios internos, entonces la peseta se devaluaba, se perd¨ªa poder adquisitivo y la financiaci¨®n se encarec¨ªa sustancialmente. Pero la competitividad sufr¨ªa algo menos. Sin embargo, dentro del euro no hay una divisa nacional que nos proteja y, para colmo, competimos contra la econom¨ªa m¨¢s competitiva del mundo, la alemana. Por eso, los analistas advierten del peligro de que una subida de los precios internos se acabe trasladando a los precios de exportaci¨®n. Sobre todo se?alan la importancia de los costes laborales unitarios, esto es, el coste por unidad de producci¨®n de una econom¨ªa. Seg¨²n los datos de Eurostat y el INE, a fecha de septiembre de 2016 la econom¨ªa espa?ola ha conseguido restablecer toda la competitividad perdida con Alemania desde la entrada del euro. Y precisamente Alemania representa el pa¨ªs de referencia por su extraordinaria competitividad.
El ejemplo teut¨®n
Dicho esto, hay una diferencia fundamental en c¨®mo han preservado la competitividad los germanos y c¨®mo lo han hecho los espa?oles. En Alemania, los sueldos y los costes del Estado de Bienestar resultan altos. As¨ª que todos se han concertado para contener la evoluci¨®n de los costes salariales y las transferencias p¨²blicas. Lo primero se hace moderando las reivindicaciones salariales a cambio de una inflaci¨®n baja. Lo segundo se logra poniendo al mayor n¨²mero de gente a trabajar, incluso con salarios bajos como ocurre con los minijobs. Todo con tal de no perder competitividad. En cambio, en Espa?a la competitividad se recuper¨® a fuerza de despidos en masa. Cada vez se produc¨ªa con menos gente. Y solo en una fase avanzada de la crisis se recurri¨® m¨¢s a la moderaci¨®n salarial, explica Josep Oliver, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la UAB.
Pero esta estrategia podr¨ªa ponerse en duda ahora que la inflaci¨®n sube. ¡°El encarecimiento del petr¨®leo supone una transferencia de los pa¨ªses importadores a los productores. Tenemos que aceptar que somos m¨¢s pobres. No tiene sentido que caigamos en la tentaci¨®n de querer compensar el repunte del crudo con alzas de salarios y m¨¢rgenes que deshagan lo que nos ha costado tantos sacrificios. Las subidas solo se justifican cuando hay aumentos de la productividad¡±, razona Rafael Domenech, economista de BBVA.
Algunas voces apuntan la necesidad de fijar como referencia a Europa: ¡°En el ¨²ltimo acuerdo de negociaci¨®n colectiva se puso como techo la inflaci¨®n europea. No se pod¨ªan subir los sueldos m¨¢s que en la zona euro. Habr¨ªa que incluir siempre ese tope si no queremos volver a las andadas¡±, defiende un alto cargo del Gobierno.
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