La econom¨ªa creci¨® un 3,2% en 2016 y recupera el 80% de lo perdido con la crisis
El PIB ha batido todas las previsiones que se hicieron el a?o anterior pero en la segunda mitad de 2016 se atisban se?ales de desaceleraci¨®n
El Producto Interior Bruto (PIB) de Espa?a avanz¨® en 2016 un 3,2%, justo el mismo ritmo que el a?o anterior seg¨²n las cifras provisionales publicadas este lunes por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Entre septiembre y diciembre, el PIB creci¨® un 0,7%, una tasa igual a la del trimestre precedente pero por debajo de los seis trimestres anteriores, lo que deja entrever una leve ralentizaci¨®n durante la segunda mitad del a?o pasado.
Estos datos implican que la econom¨ªa espa?ola encadena el tercer a?o consecutivo de crecimiento y que recupera en esos tres a?os en torno a un 80% de todo lo perdido con la crisis en t¨¦rminos reales. Si se tiene en cuenta la evoluci¨®n de los precios y por lo tanto se descuenta la inflaci¨®n, el PIB pr¨¢cticamente ha recuperado un 95% de lo perdido o incluso un cien por cien si se toman las previsiones de inflaci¨®n del Ejecutivo para cierre de 2016.?
"De estos n¨²meros se infiere que durante este a?o recobraremos los niveles de actividad previos a la crisis", explica Jos¨¦ Domingo Rosell¨®, analista del Flores de Lemus. El ministro de Econom¨ªa, Luis de Guindos, ya adelant¨® que a mediados de 2017 se alcanzar¨¢ el PIB de 2008.
Casi una d¨¦cada m¨¢s tarde, la econom¨ªa espa?ola se dispone a restablecer las cotas de producci¨®n desvanecidas. Solo que ahora la configuraci¨®n del PIB se antoja muy distinta. Por una parte, hay muchas m¨¢s exportaciones que en 2008. En cambio, por otra, hay menos empleo, menos masa salarial y menos inversi¨®n. Tan solo se ha recuperado la mitad de lo perdido en masa salarial, y el n¨²mero de trabajadores todav¨ªa se sit¨²a en 18,5 millones, 2,25 millones por debajo de su m¨¢ximo seg¨²n la EPA. Aunque la inversi¨®n en bienes de equipo se encuentra en niveles parejos a la bonanza, la inversi¨®n total dista de cuando la construcci¨®n tiraba de todo. De hecho, 1,6 millones de los empleos que faltan se corresponden con el sector de la construcci¨®n.
As¨ª que el motivo de que el PIB retorne al tama?o de 2008 estriba sobre todo en las exportaciones de bienes y servicios. Estas se han disparado desde el entorno del 25% del PIB hasta el 33%, impulsadas por la devaluaci¨®n competitiva, la b¨²squeda de mercados fuera y la reciente mejora de la econom¨ªa europea. Los ingresos por turismo marcaron en 2016 cifras r¨¦cord. Y las ventas de servicios no tur¨ªsticos incluso superaron las del turismo. Comparado con 2009, las exportaciones de mercanc¨ªas han engordado en cerca de 90.000 millones, tocando m¨¢ximos hist¨®ricos a pesar del frenazo en el comercio global. Por dar una idea, las exportaciones representan el 12% del PIB de EE UU, el 18% en Jap¨®n; el 22% en China o el 45% en Alemania.
Un a?o extraordinario
En 2016, la econom¨ªa ha batido todas las expectativas que organismos y expertos estimaban antes del inicio del ejercicio. A comienzos del a?o pasado, los analistas vaticinaban una ralentizaci¨®n que finalmente no se ha producido. Y las razones se resumen en cuatro vientos de cola que han impulsado la econom¨ªa espa?ola: el primero, un precio del petr¨®leo a la baja que ha inyectado m¨¢s renta en los bolsillos de los espa?oles. Segundo, un comportamiento excepcional del turismo debido a los riesgos de otros destinos competidores, el bajo precio del crudo y un euro en m¨ªnimos frente al d¨®lar. Tercero, las compras del BCE han llevado los tipos a m¨ªnimos nunca conocidos, rebajando la carga financiera de las hipotecas a tipos variables y facilitando el proceso de desendeudamiento. Por ¨²ltimo, en lugar de ajustarse el d¨¦ficit p¨²blico en unos 20.000 millones tal y como exig¨ªa Bruselas, las Administraciones han aumentado ligeramente el consumo p¨²blico y han dado un impulso fiscal rebajando impuestos por valor de 5.000 millones de euros. La relajaci¨®n del d¨¦ficit que concedi¨® la Comisi¨®n Europea ha permitido que la econom¨ªa crezca mucho m¨¢s de lo que cab¨ªa esperar.
Y todo ello se ha combinado para propulsar el proceso de creaci¨®n de empleo. Aunque los salarios sean precarios, el salto de cobrar cero a 800 euros brinda un fuerte empuj¨®n al consumo, el cual a su vez retroalimenta el empleo empujado por los vientos de cola antes mencionados como la baja cotizaci¨®n del crudo, el turismo, las inyecciones del BCE o la relajaci¨®n fiscal. Y ese c¨®ctel ha insuflado una fuerte inercia a la actividad, que entra en 2017 duplicando el crecimiento de la mayor parte de los socios europeos.
Suave desaceleraci¨®n
A pesar del inusitado crecimiento exhibido, durante la segunda mitad de 2016 ya se atisbaron algunas se?ales de desaceleraci¨®n. La ¨²ltima encuesta de poblaci¨®n activa sorprendi¨® de forma negativa al destruir 19.400 empleos, el peor registro en un cuarto trimestre de los ¨²ltimos tres a?os. "En contra de lo esperado, el mercado laboral perdi¨® impulso entre octubre y diciembre", reza una nota de BBVA Research. Si en 2015 se crearon 521.900 empleos, en 2016 se pierde un poco de vigor y se crean 475.500. Por m¨¢s que los datos de consumo sean buenos, estos han ido de m¨¢s a menos, han mejorado a costa de la tasa de ahorro y anuncian una cierta moderaci¨®n. Adem¨¢s, la inversi¨®n en bienes de equipo ha perdido bastante fuelle.
"La mayor¨ªa de las previsiones anticipan este a?o una desaceleraci¨®n del crecimiento hasta la zona del 2,5% por un empeoramiento del contexto externo, a lo que habr¨¢ que a?adir otros factores que est¨¢n cambiando, como el comportamiento de la inflaci¨®n que puede terminar afectando a la competitividad o las condiciones de financiaci¨®n", sostiene Jos¨¦ Ram¨®n D¨ªez Guijarro, economista jefe del servicio de estudios de Bankia.
Durante este a?o, el BCE seguir¨¢ comprando deuda, pero probablemente se empezar¨¢n a ver algunos repuntes de los tipos de la deuda a largo plazo a medida que avance 2017. El petr¨®leo ya se ha encarecido, y la consiguiente inflaci¨®n drenar¨¢ competitividad. El mercado laboral perder¨¢ activos por el envejecimiento de la poblaci¨®n. Y, sobre todo, el impulso fiscal se volver¨¢ contractivo y penalizar¨¢ el crecimiento. En definitiva, el PIB gravitar¨¢ lentamente hacia una senda cada vez m¨¢s moderada de crecimientos conforme se vayan diluyendo los extraordinarios vientos de cola vividos en 2016.
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