El crecimiento y la inflaci¨®n de la eurozona cogen velocidad
El encarecimiento de la energ¨ªa lleva el IPC del euro al 1,8% en enero, siete d¨¦cimas m¨¢s que en diciembre
Europa recupera poco a poco las constantes vitales. La econom¨ªa coge fuelle: el PIB de la eurozona creci¨® el 1,8% en 2016, con un avance trimestral del 0,5% en la ¨²ltima parte del a?o, por encima de las expectativas. El PIB del euro resiste a tasas m¨¢s que decentes las incertidumbres globales ¡ªel Brexit y Donald Trump con sus tentaciones proteccionistas¡ª y los riesgos en casa, que en todas partes son eminentemente pol¨ªticos. Tanto el centro como la periferia se recuperan, y el paro est¨¢ en el menor nivel desde mayo de 2009, pero a¨²n rozando el 10%, pr¨¢cticamente el doble que en Estados Unidos. Y hasta la inflaci¨®n empieza a dar alguna que otra alegr¨ªa: el encarecimiento de la energ¨ªa elev¨® los precios hasta el 1,8% en enero dentro de la zona euro, un salto espectacular de siete d¨¦cimas respecto a diciembre y la tasa m¨¢s alta en cuatro a?os, siempre seg¨²n los datos de Eurostat, la agencia estad¨ªstica de la UE. Sin los elementos m¨¢s vol¨¢tiles todo es menos llamativo: quitando la energ¨ªa y los alimentos, la inflaci¨®n se queda en el 0,9%, igual dato que en diciembre y muy, muy lejos del objetivo del 2% de la zona euro.
Los halcones llevan ya meses --y algunos incluso a?os-- alertando acerca de una inflaci¨®n que no termina de aparecer y que durante trimestres estaba m¨¢s cerca del riesgo de deflaci¨®n que de cualquier otra cosa. Las presiones sobre el BCE arreciar¨¢n despu¨¦s de ese dato, eso es seguro. Pero salvo may¨²scula sorpresa, es altamente improbable que Mario Draghi mueva una sola ceja: en su ¨²ltima rueda de prensa, el jefe del Eurobanco subray¨® que para empezar a retirar sus medidas extraordinarias deben juntarse cuatro factores. Uno: la inflaci¨®n es un objetivo a medio plazo, la pol¨ªtica monetaria no depende de un dato mensual; lo importante para el BCE es ese difuso medio plazo, no el dato de enero. Dos: la convergencia hacia la meta del BCE debe ser duradera, no transitoria. Tres: el alza de precios debe ser sostenida, incluso si Draghi retirara sus medidas excepcionales. Y cuatro: el objetivo es para toda la eurozona, no para algunos pa¨ªses. Espa?a est¨¢ ya claramente por encima de la meta del 2%, pero muchos otros pa¨ªses rondan el 1%. Ninguno de esos cuatro factores se cumple a¨²n con claridad. "Ser¨ªa muy sorprendente que el BCE actuara al menos hasta final de a?o", concluye el analista Lorenzo Codogno.
El BCE activ¨® en marzo de 2015 las compras de deuda a la americana. Ha puesto en marcha varias subastas de liquidez. Ha multiplicado su balance. Ha rebajado los tipos de inter¨¦s a cero o incluso a tasas negativas, para desesperaci¨®n de los alemanes, que critican con dureza ese tipo de decisiones. Ha disparado, en fin, con casi toda su artiller¨ªa pesada. Sin ning¨²n tipo de est¨ªmulo fiscal desde que estall¨® la crisis del euro, la pol¨ªtica monetaria ha sido la ¨²nica muleta en la que se ha apoyado la recuperaci¨®n. Los analistas alemanes ya empezaban a saltar hoy a la yugular del BCE, pero algo de inflaci¨®n le viene de perlas a una eurozona altamente endeudada y con dificultades para cuadrar las cuentas p¨²blicas en algunos pa¨ªses (una subida del IPC suele traducirse en mayor recaudaci¨®n de impuestos). La clave del repunte del IPC del euro es la energ¨ªa, y sobre esa base deber¨ªa ser un fen¨®meno transitorio --siempre que no provoque alzas salariales autom¨¢ticas y otros efectos de segunda ronda.
Pero los riesgos para Europa y el mundo no proceden de la inflaci¨®n, a pesar de los halcones que revolotean alrededor de la sede del BCE en Fr¨¢ncfort. Las incertidumbres proceden de la posibilidad de un largo periodo de estancamiento o bajo crecimiento, y sobre todo de los riesgos pol¨ªticos, con elecciones en Holanda, Francia, Alemania y quiz¨¢ incluso en Italia. Y del Brexit, siempre el Brexit. La crisis migratoria sigue ah¨ª, pese a la relativa tregua que da el fr¨ªo invernal. Los bancos siguen con problemas en varios pa¨ªses, pero especialmente en Italia. Y los populismos ganar¨¢n peso en la Europa de 2017, aunque quiz¨¢ no hasta el punto de instalarse en las canciller¨ªas de los pa¨ªses fundadores de la Uni¨®n. Los riesgos, en definitiva, siguen ah¨ª. Aunque por el momento las sorpresas positivas sean la norma, y casi una bendici¨®n tras casi una d¨¦cada de crisis.
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