¡°Habr¨¢ una nueva guerra de precios del petr¨®leo¡±
El director del programa de Energ¨ªa para Am¨¦rica Latina de la Universidad de Texas habla del futuro del sector bajo Trump
Jorge Pi?¨®n (Cuba, 1947) es un viejo lobo de mar. Desde hace 34 a?os navega en las aguas del mercado energ¨¦tico. Y como buen marinero sabe cu¨¢ndo el precio del petr¨®leo subir¨¢ por las nubes o caer¨¢ de manera estrepitosa. Hace un par de a?os asegur¨® que el "oro negro" tendr¨ªa una bajada hist¨®rica. Acert¨®. El barril brent toc¨® los 27,88 d¨®lares en enero de 2016, su m¨¢s bajo nivel en la ¨²ltima d¨¦cada. Sus previsiones no est¨¢n sacadas de una bola de cristal. Pi?¨®n tiene una visi¨®n privilegiada gracias a la silla que ocupa en la Universidad de Texas (EE UU), que tiene una larga historia de formaci¨®n de ingenieros petroleros, incluido Rex Tillerson, actual secretario de Estado y exdirector ejecutivo de Exxon Mobil. En esta instituci¨®n, Pi?¨®n dirige el programa de energ¨ªa y medioambiente para Am¨¦rica Latina y el Caribe. De paso por la capital de Espa?a, donde participa en un foro de energ¨ªa organizado por el IESE Business School, Pi?¨®n habla sobre una pr¨®xima guerra de los precios del crudo, de los riesgos que enfrenta el mercado, y da su punto de vista sobre el nuevo inquilino de la Casa Blanca: "En mi opini¨®n personal, [...] el presidente Trump es un ignorante en pol¨ªticas energ¨¦ticas, econ¨®micas y medioambientales".
Pregunta. La OPEP y otros pa¨ªses han recortado la producci¨®n de petr¨®leo a finales del a?o pasado para frenar la ca¨ªda de precios. ?Qu¨¦ se?al lanza a los mercados?
Respuesta. Los mercados est¨¢n asimilando el acuerdo, que es una buena noticia. Pero tambi¨¦n es un cuchillo de doble filo: la producci¨®n de esquisto ha crecido en EE UU durante los ¨²ltimos tiempos, porque la rentabilidad de muchos proyectos est¨¢ entre los 52 y los 55 d¨®lares el barril [cotizaci¨®n en la que oscila actualmente el petr¨®leo]. Esto llevar¨¢ al pa¨ªs, en los pr¨®ximos seis o nueve meses, a incrementar su producci¨®n hasta llegar nuevamente a los nueve millones de barriles diarios. En abril de 2015 la producci¨®n estadounidense lleg¨® a los 9,4 millones, despu¨¦s baj¨® a 8,4 en 2016 y ahora est¨¢ a 400.000 barriles de volver a las cifras de hace dos a?os.
P. ?Habr¨¢ una nueva guerra de precios?
R. La respuesta es s¨ª. Vamos a ver un segundo asalto en esta peque?a pelea de boxeo. El problema de la OPEP es que la producci¨®n estadounidense por fracturaci¨®n hidr¨¢ulica (fracking) es un proceso bastante r¨¢pido de monetizar: en menos de 12 meses se puede perforar un pozo vertical, comenzar la fracturaci¨®n horizontal y tener producci¨®n.
P. Entonces... ?el precio del crudo volver¨¢ a bajar?
R. S¨ª. Existen m¨¢s probabilidades de tener, otra vez, precios bajos. Me arriesgo a decir que regresaremos a un rango de entre 40 y 45 d¨®lares por barril, tanto el brent como el WTI [petroleo de referencia para Europa y EEUU, respectivamente].
P. ?Este escenario es conveniente para Estados Unidos?
R. Creo que el consumidor norteamericano va a demandar precios bajos. Lo que conviene es un precio del petr¨®leo que no tenga las altas volatilidades que tenemos hoy en d¨ªa.
P. Donald Trump ha echado a funcionar la maquinar¨ªa para acelerar la independencia energ¨¦tica y ha revivido la construcci¨®n del oleoducto Keystone XL que Barack Obama hab¨ªa parado. ?Va a lograr su objetivo?
R. Estados Unidos ha dado pasos importantes para lograr su seguridad energ¨¦tica. El pa¨ªs quiere importar crudo de d¨®nde sea y tener la libertad de explotar sus recursos naturales. En ese escenario, Trump va a acelerar la independencia, al permitir la explotaci¨®n en ¨¢reas que hasta ahora estaban cerradas. Ya relaj¨® la regulaci¨®n ambiental para impulsar la producci¨®n de crudo. El proyecto del oleoducto Keystone significa seguridad energ¨¦tica. Hay un debate sobre su construcci¨®n pero, ?qui¨¦n se opone? Los grupos ambientalistas, que reclaman que la producci¨®n de crudo de Canad¨¢ viene de arenas bituminosas [cuyo proceso de extracci¨®n y refinado es muy contaminante], que tienen un alto coste social. El problema no es de EE UU, sino del que produce.
P. ?El proyecto no va en contra de los acuerdos de Par¨ªs?
R. No. En comparaci¨®n con otros pa¨ªses, nuestras refiner¨ªas, que recibir¨¢n el crudo de Canad¨¢, tienen una capacidad de alta conversi¨®n para producir combustibles limpios. El malo de la pel¨ªcula es el que est¨¢ produciendo. Lo podemos equiparar con las drogas: ?qui¨¦n tiene la culpa, el que produce o el que consume? Los ecologistas acusan a EE UU de ser c¨®mplice, pero no es as¨ª. Yo les digo: toquen la puerta de Canad¨¢ para contrarrestar el alto costo ambiental. En EE UU, los operadores trabajan de una manera sostenible, conocen los altos riesgos econ¨®micos. Recordemos el Deepwater Horizon [el vertido masivo de crudo en el golfo de M¨¦xico ocurrido en 2010, que caus¨® un gran da?o al medio ambiente y por el que la petrolera BP tuvo que pagar una sanci¨®n por m¨¢s de 20.000 millones de d¨®lares].
P. Una de las promesas de Trump era reanimar a la industria del carb¨®n. Esto s¨ª es un problema de EE UU.
R. En mi opini¨®n personal, y no como representante de la Universidad, el presidente Trump es un ignorante en pol¨ªticas energ¨¦ticas, econ¨®micas y medioambientales. Su intenci¨®n de reavivar la producci¨®n de carb¨®n es extremadamente dif¨ªcil, porque son elementos econ¨®micos los que van a determinar su regreso. Hoy se produce gas natural, que ser¨¢ uno de los factores econ¨®micos competitivos para el pa¨ªs. Adem¨¢s, la sociedad americana est¨¢ cada vez m¨¢s concienciada sobre las consecuencias medioambientales y va a impedir que Trump aumente la producci¨®n del carb¨®n.
P. M¨¦xico consume una gran cantidad de gas natural que viene del norte y EE UU compra una buena parte del crudo mexicano. Ahora que la relaci¨®n entre los dos pa¨ªses pasa por un momento complicado, ?el intercambio de hidrocarburos est¨¢ a salvo?
R. Los combustibles no van a ser un comod¨ªn o no van a tener un papel importante en lo que es la batalla comercial y pol¨ªtica entre los dos pa¨ªses. No les conviene. M¨¦xico no puede producir combustibles porque no tiene la infraestructura y EE UU va a seguir importando petr¨®leo. Recordemos que en el NAFTA no se incluyeron los productos energ¨¦ticos y en una renegociaci¨®n no se tocar¨¢n. En esa guerra, el sector energ¨¦tico no va a salir lastimado.
P. ?Venezuela se est¨¢ quedando atr¨¢s en el escenario petrolero?
R. Venezuela deber¨ªa ser el ejemplo de la industria. Tiene las mayores reservas de petr¨®leo del mundo, m¨¢s que Arabia Saud¨ª, y produce solo dos millones de barriles diarios. Compra petr¨®leo a EE UU, lo lleva a las terminales del Caribe y lo mezcla con su propio crudo para despu¨¦s exportarlo a India o a China. Hoy Venezuela deber¨ªa de estar produciendo 5,3 millones de barriles al d¨ªa. Pero para llegar all¨ª hay que poner orden en la casa.
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