El Banco de Espa?a en la crisis
El supervisor evit¨® que una liquidaci¨®n de las entidades d¨¦biles contaminara a todo el sector
El pasado 4 de febrero, EL PA?S public¨® un editorial titulado ¡°El prestigio del Banco¡± en el que, refiri¨¦ndose a las ¡°controversias y acusaciones cruzadas¡± sobre el papel del Banco de Espa?a en la crisis bancaria que se desarrolla a partir de 2008, se?alaba que hasta ahora ¡°no ha existido una explicaci¨®n convincente¡± de su papel en la supervisi¨®n y que, puesto ¡°que es imperativo mantener la credibilidad de la instituci¨®n, no parece una buena idea que permanezca en silencio o no haga las aclaraciones necesarias¡±.
En los l¨ªmites de este art¨ªculo no puedo intentar dar una respuesta suficiente, ni siquiera resumida a esas y otras reflexiones del editorial. Pero s¨ª puedo se?alar cu¨¢les deben ser, en mi opini¨®n, las l¨ªneas fundamentales de esa explicaci¨®n de conjunto que se echa en falta.
El origen de la crisis
No se puede entender nuestra crisis bancaria sin referencia a la burbuja crediticia e inmobiliaria que precede a la crisis, que fue, obviamente, una de sus causas, aunque no la ¨²nica.
El cr¨¦dito a hogares y empresas hab¨ªa pasado de representar el 81% del PIB a finales de 1999 a suponer el 166% al cierre de 2008. Algunas partidas crediticias, como la hipotecaria o la destinada a la promoci¨®n inmobiliaria aumentaron su peso durante ese periodo desde el 35% del PIB, en el primer caso, hasta el 95%; y desde el 4% hasta el 28%, en el caso del cr¨¦dito a promotor.
No tengo ninguna raz¨®n para pensar que el Banco de Espa?a no actuase en funci¨®n del inter¨¦s general y respetando la normativa vigente
La crisis internacional tuvo un impacto muy significativo en la econom¨ªa espa?ola. La pr¨¢ctica desaparici¨®n de algunos de los principales mercados de capitales mayoristas a lo largo de 2007 y 2008, como el interbancario o el de titulizaciones, dificult¨® la normal financiaci¨®n de las entidades de cr¨¦dito espa?olas, que, en aquellos momentos, presentaban cuantiosas necesidades de financiaci¨®n exterior. La traslaci¨®n de estas tensiones a la econom¨ªa real no se hizo esperar y, a lo largo de 2009, el PIB y el empleo retrocedieron un 3,6% y un 6,1%, con gran impacto negativo en las entidades de cr¨¦dito, que comenzaron a sufrir p¨¦rdidas en un entorno de desplome de los precios inmobiliarios y fuerte aumento del desempleo.
La estabilizaci¨®n que parec¨ªa lograda en 2010 se interrumpi¨® en 2011. Todas las instituciones, nacionales e internacionales, incurrieron en grandes errores de previsi¨®n, tambi¨¦n el Banco de Espa?a. Esto, unido a la crisis en los mercados de deuda p¨²blica en la zona euro, que lleg¨® a poner en cuesti¨®n la supervivencia de la moneda com¨²n, llev¨® a un intenso deterioro de nuestras entidades de cr¨¦dito, especialmente del sector de cajas. Hay un dato que es un buen indicador del grave colapso de financiaci¨®n que sufri¨® nuestra econom¨ªa en 2012: en agosto de 2012 las entidades de cr¨¦dito espa?olas llegaron a tener una deuda con el Eurosistema de casi 412.000 millones de euros, lo que equival¨ªa a m¨¢s del 34% de la liquidez inyectada por el Eurosistema a los bancos del conjunto del ¨¢rea euro. El Eurosistema se hab¨ªa convertido en el principal y, en algunos momentos, casi ¨²nico proveedor de liquidez de nuestra banca.
C¨®mo se enfrent¨® la crisis
La estrategia adoptada para hacer frente a la crisis buscaba evitar la quiebra en cadena de un buen n¨²mero de instituciones financieras. Esa estrategia persegu¨ªa, utilizando recursos privados y p¨²blicos y cambios legales e institucionales, evitar la contaminaci¨®n de todo el sector bancario espa?ol, haciendo posible su posterior reestructuraci¨®n, eliminando el riesgo de que se produjera una crisis de confianza, tanto en los mercados como entre los depositantes.
Otra opci¨®n posible, la liquidaci¨®n mediante concurso de acreedores de las entidades con problemas, habr¨ªa tenido un efecto demoledor sobre la estabilidad del sistema financiero y habr¨ªa supuesto la asunci¨®n de gran parte de las p¨¦rdidas por los depositantes, o por el contribuyente, en la medida en que el Estado hubiera cubierto esos dep¨®sitos, pues el importe que hubiera podido cubrir el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos (FGD) en aquellos momentos habr¨ªa quedado muy por debajo del total a compensar. Dejando aparte el caso de Lehman, que era un banco de inversi¨®n, en ning¨²n pa¨ªs de los que se han enfrentado en los ¨²ltimos a?os a una crisis bancaria se ha optado por dejar caer a los bancos que no pudieran hacer frente a la situaci¨®n por s¨ª solos.
Quiz¨¢ no se acert¨® siempre, pero es obligado distinguir entre insuficiencias y actuaciones susceptibles de reproche legal
En la estrategia adoptada primaron las soluciones privadas, mediante el saneamiento del balance de las entidades con sus propios recursos, a trav¨¦s de operaciones corporativas, acudiendo al propio sector a trav¨¦s del FGD y, solo en ¨²ltima instancia, mediante la inyecci¨®n de fondos p¨²blicos ¡ªincluida la ayuda europea asociada al programa de asistencia financiera firmado en 2012¡ª. No hay que olvidar que entre 2008 y 2013 las entidades de cr¨¦dito espa?olas realizaron saneamientos por un total cercano a los 270.000 millones de euros, asumidos en su mayor parte por los accionistas de esas entidades. Hay que subrayar que los dep¨®sitos de clientes no sufrieron p¨¦rdida alguna.
Tambi¨¦n hay que recordar que, en nuestro caso, no se consider¨® una soluci¨®n a la inglesa, a la alemana o a la holandesa, consistente en la inmediata nacionalizaci¨®n de las entidades en crisis, incluso entidades de gran tama?o. Aun as¨ª, el coste de la crisis en t¨¦rminos de recursos p¨²blicos, del que el Banco de Espa?a viene informando con detalle desde 2013, ha sido elevado, si bien, en t¨¦rminos de PIB se sit¨²a cerca del registrado en otros pa¨ªses de la zona euro.
El Banco de Espa?a 2008-2012
No tengo ninguna raz¨®n para pensar que el Banco de Espa?a no actuase en funci¨®n del inter¨¦s general y respetando la normativa vigente en cada momento. Pero esto no quiere decir, naturalmente, que acertase siempre, que adoptase siempre las decisiones ¨®ptimas, bien por insuficiencias propias, bien por restricciones pol¨ªticas e institucionales ¡ªseveras en el sector de cajas de ahorro¡ª, bien por deficiencias de informaci¨®n en casos que despu¨¦s, cuando han podido ser estudiados con mejor informaci¨®n, han tenido derivaciones, judiciales o de otro orden. Pero creo que es obligado distinguir entre insuficiencias o, incluso, errores, y actuaciones susceptibles de reproche legal.
En relaci¨®n con la valoraci¨®n que merece la transparencia del Banco de Espa?a como supervisor, una cuesti¨®n que no puede ser ignorada es el deber legal de confidencialidad ¡ªid¨¦ntico o muy parecido al que existe en el Mecanismo ?nico de Supervisi¨®n del BCE y el resto de los supervisores nacionales¡ª, que no le permite ofrecer una explicaci¨®n p¨²blica de sus actuaciones cuando afectan a entidades concretas.
La actuaci¨®n del Banco de Espa?a en la crisis est¨¢ recogida y explicada con mucho detalle en la ampl¨ªsima documentaci¨®n que se ha ido publicando desde 2008 y que puede consultarse en Internet, en el portal del Banco de Espa?a sobre Reestructuraci¨®n Financiera. Pero, superada la crisis y estabilizada la nueva supervisi¨®n europea y, en el marco de esta, la supervisi¨®n del Banco de Espa?a, es, seguramente, el momento de ofrecer una visi¨®n de conjunto de cu¨¢l fue la actuaci¨®n del Banco durante el periodo 2008-2012.
Luis M. Linde es gobernador del Banco de Espa?a.
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