Guerra en China por el control del pago por m¨®vil
Las entidades financieras tradicionales buscan recuperar terreno perdido ante las tecnol¨®gicas
Cuando es momento de pagar, los chinos tienen m¨¢s a mano el m¨®vil que el monedero. La rapidez con la que los consumidores del gigante asi¨¢tico han adaptado esta forma de pago a su vida diaria ha cogido desprevenidos a los propios bancos, que ven c¨®mo se les escapa de las manos un negocio suculento y con excelentes perspectivas. Las entidades financieras tradicionales tratan de apuntarse a esta revoluci¨®n con campa?as m¨¢s agresivas, pero est¨¢n a a?os luz de alcanzar a Alibaba y Tencent, gigantes l¨ªderes en comercio electr¨®nico y redes sociales, respectivamente.
Los datos oficiales muestran que el a?o pasado 469 millones de personas en China utilizaron en alguna ocasi¨®n el pago por m¨®vil, aproximadamente un tercio de la poblaci¨®n del pa¨ªs. El volumen de transacciones realizadas a trav¨¦s de los smartphones lleg¨® a los 5,8 billones de euros, el triple que la cifra del a?o anterior, seg¨²n c¨¢lculos de la consultora iResearch. Hace apenas un lustro tanto el n¨²mero de usuarios como el valor de las operaciones a trav¨¦s del m¨®vil era irrisorio.
La clave de este salto la tienen Alipay y WeChat Pay, las dos plataformas de pago virtual propiedad de Alibaba y Tencent. Fueron los primeros en lanzar aplicaciones f¨¢ciles de usar y un sistema de pago a trav¨¦s de c¨®digo QR, que solamente necesita ser escaneado para realizar la transacci¨®n. UnionPay (el equivalente de Visa o MasterCard en China, cuyos accionistas son los principales bancos del pa¨ªs) opt¨® hace unos a?os por la tecnolog¨ªa NFC (sin contacto), pero no ha tenido la misma aceptaci¨®n.
La capacidad de las dos grandes tecnol¨®gicas de incluir estas plataformas de pago en su vasto ecosistema (compras por internet y mensajer¨ªa instant¨¢nea) ha condenado al ostracismo a los sistemas ofrecidos, m¨¢s tarde y menos atractivos, por los bancos. Tencent y Alibaba cuentan con una cuota de mercado de casi el 85%. Y, aunque en las ¨¢reas rurales del pa¨ªs queda mucho mercado por cubrir, los habitantes de esas aldeas se desenvuelven mejor con un smartphone que con una tarjeta de cr¨¦dito.
Solamente en 2015 los bancos dejaron de ingresar unos 20.700 millones de euros por este concepto. Pero lo peor, seg¨²n los analistas, es la p¨¦rdida de datos de sus clientes, que pasan a engordar la ingente base de datos de Alibaba y Tencent. Los usuarios financian sus monederos virtuales vincul¨¢ndolos con sus cuentas bancarias, pero cuando los usan las entidades no reciben los detalles de la operaci¨®n. "El pago por m¨®vil en s¨ª mismo no genera grandes beneficios, pero ayuda a estas grandes compa?¨ªas a acumular datos valios¨ªsimos claves para desarrollar otros servicios de valor a?adido que s¨ª son muy rentables", asegura Oliver Rui, profesor de finanzas de la escuela de negocios CEIBS.
Con el objetivo de recuperar el terreno perdido, desde hace pocos meses los principales bancos chinos y UnionPay han dado un empuj¨®n considerable a su estrategia de pago por m¨®vil acogiendo la tecnolog¨ªa de c¨®digos QR y suscribiendo alianzas con operadores menores. "Han sido lentos, pero son conscientes de que no entrar les supondr¨ªa la p¨¦rdida de ventajas competitivas", dice Rui. Y recuerda que, cuando se trata de grandes transacciones y finanzas que van m¨¢s all¨¢ de los peque?os pagos del d¨ªa a d¨ªa, los bancos siguen mandando.
Otro factor externo podr¨ªa, si no cambiar las tornas, ajustarlas. El Banco central est¨¢ ultimando un nuevo marco regulatorio que obligar¨¢ a las plataformas de pago por m¨®vil a depositar los fondos de los monederos virtuales en cuentas estatales que no generen intereses. En otras palabras, Alibaba y Tencent ya no podr¨¢n usar el dinero de sus usuarios para expandir su negocio. La medida est¨¢ destinada oficialmente a "garantizar que las instituciones no utilicen el dinero para desarrollar otros servicios financieros arriesgados", pero a nadie se le escapa que a Pek¨ªn le interesa que las empresas p¨²blicas desempe?en un papel m¨¢s relevante en el sector.
En ¨²ltima instancia, el principal accionista de las entidades financieras y de UnionPay es el Estado chino. Los de Tencent y Alibaba son, en cambio, sus fundadores e inversores privados. Los azotados, de momento, mantienen las formas: "acataremos cualquier normativa", dicen desde Tencent, sin querer entrar en detalles.
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