El futuro: mano de obra flexible e invisible
La revoluci¨®n digital multiplica las formas de contrataci¨®n y aumenta la precariedad si no se regula eficazmente
Nuevos actores ponen en entredicho viejos modelos y empujan a algunos trabajos a la extinci¨®n. El ejemplo del taxista sometido a la legislaci¨®n social y fiscal que se enfrenta a Uber; los hosteleros contra Airbnb, los restauradores con Men¨² Next Door en pa¨ªses como B¨¦lgica o Francia... ¡°Adem¨¢s de la inobservancia del derecho laboral, preocupa mucho la tendencia a la desregulaci¨®n insidiosa impulsada por las plataformas de servicios¡±, describe en la gaceta sindical de CC OO Christophe Degryse, analista del Instituto Sindical Europeo.
The Economist alertaba hace unos d¨ªas del impacto del cami¨®n sin conductor en un pa¨ªs como EE UU, con 3,5 millones de camioneros, una profesi¨®n que es la primera en 29 Estados. Paralelamente surgen an¨¢lisis que rebaten la supuesta cat¨¢strofe, como el del think tank europeo Bruegel, que recuerda que hay 34.000 muertes por accidentes en la carretera en ese pa¨ªs y muchas se evitar¨¢n gracias a esta nueva tecnolog¨ªa.
Otra de las derivadas de la revoluci¨®n industrial 4.0 tiene que ver con el empobrecimiento de las ocupaciones. Amazon, por ejemplo, tiene un portal llamado Mechanical Turk que pone a disposici¨®n de quien lo solicite una enorme red de teletrabajadores no especializados dispuestos a realizar en su tiempo libre peque?as tareas por muy poco dinero. En la publicaci¨®n monogr¨¢fica sobre la robotizaci¨®n del trabajo editada por Comisiones Obreras, el sindicalista y matem¨¢tico Javier Doz se pregunta sobre estas nuevas ¡ªy aparentemente infinitas¡ª modalidades de empleo precario. Los ¡°contratos de cero horas, por llamada, los miniempleos, el trabajo por vales a cambio de trabajo, el trabajo compartido¡±. F¨®rmulas de miseria que se acompa?an de un abanico de contratistas como ¡°empresas matrices, agencias de empleo por cuenta propia, coempleadores, plataformas de trabajo en l¨ªnea en r¨¦gimen de externalizaci¨®n abierta [crowdsourcing]¡±. Todo este universo, llamado ¡°gig economy¡±, parece pensado para desdibujar derechos de una clase trabajadora no agrupada y casi invisible.
El pobre presente
Hay quien podr¨ªa pensar que el presente tampoco es una fiesta. El salario bruto anual promedio en Infojobs se situ¨® en 23.678 euros el a?o pasado. La categor¨ªa de ingenier¨ªa, la mejor pagada ¡ªy supuestamente la profesi¨®n m¨¢s demandada en el futuro¡ª, est¨¢ en los 28.835 euros brutos anuales. Los contratos con fecha de caducidad, seg¨²n la estad¨ªstica del Ministerio de Empleo, representan m¨¢s del 90% de los 3,1 millones firmados en los dos primeros meses de 2017.
El riesgo de que se cree un mercado laboral paralelo, precario y no sujeto a impuestos es evidente. Y no solo eso, las personas que realicen esas tareas, como transportar paquetes o comida como freelances, siempre pendientes de su tel¨¦fono m¨®vil, podr¨ªan ser sustituidas en un futuro no muy lejano por m¨¢quinas, advierte Martin Boehm, decano del IE. ¡°La gran pregunta es si el trabajo del futuro tendr¨¢ los mismos derechos. Ante eso podemos adoptar una visi¨®n negativa o positiva. Seguro que la primera revoluci¨®n industrial fue muy dura, pero al final ha sido positiva para la sociedad, porque los derechos se han hecho cada vez m¨¢s fuertes¡±.
Hay quien cree que la mejor herramienta es incentivar el esp¨ªritu emprendedor, incluso entre los profesionales por cuenta ajena. ¡°Esto ayudar¨¢ a los ejecutivos a poder desarrollarse en un contexto de permanente cambio, donde hoy puedes formar parte de un determinado proyecto y ma?ana no¡±, afirma Stein Jacobsen, director general en la pen¨ªnsula de la escuela de negocios suiza IMD. ¡°Cada vez habr¨¢ m¨¢s aut¨®nomos, profesionales que trabajar¨¢n por proyectos espec¨ªficos de mayor o menor duraci¨®n¡±, pronostica.
En ese nuevo mercado laboral, ¡°tener m¨¢s competencias no significar¨¢ tener ocupaciones m¨¢s cualificadas¡±, advierte Arturo Lahera S¨¢nchez, profesor de Sociolog¨ªa del Trabajo en la Universidad Complutense. ¡°Si comparamos la situaci¨®n actual con la crisis de los a?os 90, el n¨²mero creciente de falsos aut¨®nomos es el mismo. La crisis ha afectado a la poblaci¨®n menos cualificada y hay una parte importante de personas que se quedan en los m¨¢rgenes del sistema. A ellos hay que darles respuestas¡±. El profesor del Iese Jos¨¦ Ram¨®n Pin propone dos soluciones: ¡°A largo plazo, el reciclaje. Y para los que no puedan reconvertirse, la renta b¨¢sica universal¡±.
La sociedad ya est¨¢ buscando otros caminos frente a la robotizaci¨®n. Victoria Legaz, especialista en econom¨ªa creativa, cree que parte de la respuesta la tiene la industria cultural. ¡°El dinero va a tener importancia, pero m¨¢s la tendr¨¢ el aporte de valor que le vayamos a dar a la sociedad con lo que hagamos. ?Seremos m¨¢s pobres en el futuro? No lo s¨¦, solo s¨¦ que en los proyectos en los que trabajo, el dinero pasa a un segundo plano. Las redes son la herramienta, pero lo importante es la persona que est¨¢ detr¨¢s¡±. Es lo que el director del CEU Jos¨¦ Luis Guill¨¦m, llama ¡°la necesidad de formar personas¡±, antes que t¨¦cnicos, cient¨ªficos o consejeros delegados.
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