Agua para una econom¨ªa cada vez m¨¢s sedienta
El cambio clim¨¢tico obliga a replantearse el uso del recurso en una Espa?a hist¨®ricamente seca
Si el agua es dinero, Espa?a nunca ha sido un pa¨ªs rico; es m¨¢s, es cada vez m¨¢s pobre, debido al cambio clim¨¢tico. Los datos del Centro de Estudios y de Experimentaci¨®n en Obras P¨²blicas (CEDEX) estiman una reducci¨®n de la capacidad de recarga de los acu¨ªferos espa?oles (es decir, cu¨¢nto la lluvia es capaz de reponer el agua que se retira de ellos) de un 8% hasta 2040 y hasta un 27% hasta 2100. El estr¨¦s h¨ªdrico (el cociente entre los recursos utilizados y el total disponible a largo plazo) es uno de los mayores de la Uni¨®n Europea, solo por detr¨¢s de peque?as naciones insulares como Chipre y Malta.
El problema no solo es medioambiental. Espa?a genera la mayor parte de su producto interior bruto en regiones hist¨®ricamente secas, especialmente en el litoral mediterr¨¢neo y las islas. "El crecimiento econ¨®mico es un negocio sorprendentemente sediento", explicaba un reciente informe del Banco Mundial sobre el futuro de la econom¨ªa del agua, que estimaba que en determinadas regiones del planeta la falta del l¨ªquido sobre la econom¨ªa puede tener un impacto sobre el crecimiento equivalente a un 6% del PIB. El cambio clim¨¢tico y sus potenciales efectos sobre los ciclos del agua en todo el globo no han hecho sino acelerar esa preocupaci¨®n.
En 2007, un estudio del Ministerio de Medio Ambiente estimaba que cada metro c¨²bico de agua que se entregaba a los sectores econ¨®micos espa?oles aportaba 27,50 euros de valor a?adido. En 2015, los negocios que m¨¢s recurren al l¨ªquido elemento representaron un 22,7% del PIB y m¨¢s de un tercio de las exportaciones. En la ¨²ltima Encuesta de Poblaci¨®n Activa, uno de cada cinco espa?oles ocupados lo estaba en un sector intensivo en agua.
Seg¨²n Carlos Mario G¨®mez, profesor de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares (Madrid) y coautor del estudio de 2007, la propia legislaci¨®n europea de aguas tuvo que adaptarse a las circunstancias espa?olas. "Estaba hecha en funci¨®n de las demandas del norte de Europa, donde los problemas son de calidad", recuerda. "Los problemas de sequ¨ªa se incluyeron m¨¢s tarde". Esa legislaci¨®n, la Directiva Marco del Agua, fue aprobada en 2000 y sus efectos se extender¨¢n alrededor de otros diez a?os m¨¢s.
Lo siguiente es saber qui¨¦n y c¨®mo va a pagar por ello. La directiva ha impulsado un pol¨¦mico modelo basado en que los usuarios han de cubrir los costes ambientales, de captaci¨®n y depuraci¨®n del agua, basado en el principio de "quien contamina paga". El problema en Espa?a, seg¨²n los expertos, es que el pa¨ªs ya tiene las infraestructuras h¨ªdricas necesarias para cumplir con muchos de los objetivos de la directiva, pero no lo hace por no cargar a los consumidores con los costes, tal y como obliga Bruselas. "Espa?a podr¨ªa recoger el 99% de las aguas residuales y dar tratamiento al 82%", calcula Gonzalo Delac¨¢mara, coordinador de Econom¨ªa del Agua de IMDEA y director acad¨¦mico del Foro de la Econom¨ªa del Agua. "En la pr¨¢ctica, solo se hace con uno de cada tres metros c¨²bicos. Todo esto ya nos est¨¢ suponiendo sanciones". En 2015, la Comisi¨®n Europea demand¨® a Espa?a por no cumplir la directiva de depuraci¨®n en siete puntos "sensibles": cinco en Catalu?a, uno en Andaluc¨ªa y otro en Galicia.
La dificultad de definir precios
?Cu¨¢nto cuesta un metro c¨²bico de agua en Espa?a?. La respuesta m¨¢s obvia ser¨ªa los 1,89 euros que registra el INE en su ¨²ltima encuesta, pero esa estad¨ªstica no solo es para usos dom¨¦sticos, sino que ya registra la espectacular diferencia entre comunidades aut¨®nomas: entre los 95 c¨¦ntimos por mil litros de Castilla y Le¨®n y los 2,75 euros de Catalu?a. Ese dato, adem¨¢s, no registra la colcha de retales del precio del recurso para el regad¨ªo, que fluct¨²a respecto a la cuenca, la ¨¦poca del a?o y, sobre todo, las formas de venta. Estas fluctuaciones no son sino un reflejo de las diferentes formas de propiedad y organizaci¨®n de la industria del agua en Espa?a, que va de grandes multinacionales ¡ªtanto espa?olas (como el Canal de Isabel II en Madrid) como extranjeras¡ª hasta peque?as mancomunidades de aguas, ayuntamientos y pymes. El sector del agua da trabajo a algo m¨¢s de 60.000 personas y representa un 0,45% del PIB.
Atrasos considerables
No solo hay atraso en la depuraci¨®n. "Las desaladoras del Mediterr¨¢neo se est¨¢n utilizando a una capacidad promedio del 17%, suficiente para que la UE pueda pedirnos devolver los fondos usados para construirlas", recuerda Delac¨¢mara. "Lo mismo pasa con el trasvase Tajo-Segura, que opera normalmente al 35% de su capacidad". "Una de nuestras pol¨¦micas con Europa es el bajo nivel de recuperaci¨®n de costes", considera G¨®mez. "No solo subsidiamos mucho el agua, sino que adem¨¢s no incluimos en la tarifa ni el coste de oportunidad de la escasez ni los costes ambientales. Solo recuperamos los costes pasados, y no tenemos c¨®mo financiar las obras h¨ªdricas del futuro".
"Seguimos gestionando el agua como si el futuro fuera previsible", afirma G¨®mez. "La pol¨ªtica est¨¢ pensada para un tiempo en que se pensaba que una contenci¨®n pod¨ªa ser un freno para el desarrollo econ¨®mico. Y ha tenido tanto ¨¦xito que ahora ese cambio de ciclo es institucionalmente muy dif¨ªcil". "Tenemos montado un modelo de desarrollo muy dependiente de los recursos naturales", considera Eva Hern¨¢ndez, directora del programa de agua de WWF. "Es un modelo de acceso infinito, dise?ado pensando que el agua no va a faltar nunca, por lo que es dif¨ªcil concienciar. Tienen que llegar las situaciones de crisis para que tomemos medidas". Soluciones que suelen tener un gran coste econ¨®mico y que hasta ahora se han podido financiar con fondos propios o europeos. "Hemos tenido mucha suerte de que lo m¨¢s agudo de la crisis econ¨®mica no haya coincidido con una sequ¨ªa", complementa G¨®mez.
"Gestionar el agua es gestionar riesgos", considera Delac¨¢mara. "Hay regiones donde se recupera solo un 30% de los costes del agua para la agricultura. Hay que ver cu¨¢nto del gasto se le traslada al usuario v¨ªa tarifa, cu¨¢nto v¨ªa impuestos, cu¨¢nto al sector privado y cu¨¢nto al sector financiero".
Porque hablamos de grandes inversiones. "El coste de la modernizaci¨®n de los regad¨ªos que queda por hacer est¨¢ entre 6.000 y 12.000 millones de euros", se?ala Andr¨¦s del Campo, presidente de la Federaci¨®n Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore). "Hacen falta inversiones muy importantes para ponernos al d¨ªa en la calidad del agua", apunta Delac¨¢mara. "El Ministerio [de Agricultura, Pesca, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente] dice que son 2.900 millones". Fernando Arg¨¹ello, director general del Foro de la Ingenier¨ªa de Excelencia (FIDEX), es m¨¢s pesimista: "Poner la depuraci¨®n de aguas a nivel de la directiva europea implicar¨ªa una inversi¨®n de m¨¢s de 5.000 millones de euros en m¨¢s de 200 instalaciones".
El desaf¨ªo del sector tur¨ªstico
Espa?a tiene 47 millones de habitantes, pero en 2016 llegaron 75 millones de turistas, que beben, se duchan y (muchos) van a la piscina."En la pr¨¢ctica, un turista consume entre tres y cuatro veces m¨¢s agua que un habitante de la zona", considera Gonzalo Delac¨¢mara, de IMDEA. "Hay que tener en cuenta que los turistas vienen sobre todo en verano, un pico de demanda en un valle de disponibilidad". Los ¨²ltimos a?os, adem¨¢s, han visto la llegada de un factor adicional:"En el sector hotelero la tendencia es ofrecer cada vez m¨¢s servicios de valor a?adido a su cliente, en los que el agua es un elemento imprescindible, como balnearios o piscinas", se?ala Coral¨ªa Pino, responsable del ¨¢rea de Sostenibilidad y Eficiencia Energ¨¦tica del Instituto Tecnol¨®gico Hotelero.
Al sector le azuza el problema de imagen que supondr¨ªa el no tener agua que ofrecer a los clientes, especialmente en las islas, donde el estr¨¦s h¨ªdrico es mucho mayor. Ibiza, por ejemplo, tiene problemas end¨¦micos con la depuraci¨®n de aguas. "Es un coste sobre el medio ambiente que acaba pagando toda la ciudadan¨ªa", indica Delac¨¢mara.
"Los cartelitos de los hoteles que piden reutilizar las toallas est¨¢n bien, pero hay que hacer algo m¨¢s", considera Eva Hern¨¢ndez, de WWF. "El sector tur¨ªstico, por su propia supervivencia, deber¨ªa hacer un esfuerzo para convencer al visitante de que este no es un pa¨ªs con agua de sobra". "Cada vez es menos habitual encontrar establecimientos que no hayan instalado sistemas para reducir el uso de agua, como grifos inteligentes y perlizadores en las duchas", responde Pino, pero advierte:"El hotelero no puede repercutir a su cliente el coste correspondiente a las mejoras necesarias para garantizar el suministro de agua. Esto no permitir¨ªa ni al hotel, ni al destino en s¨ª mismo, ser competitivo frente a otros destinos y establecimientos tur¨ªsticos".
"Hablamos much¨ªsimo de la sobreexplotaci¨®n. Pero si el agua desalada le cuesta al agricultor un euro el metro c¨²bico y la puede sacar del acu¨ªfero por 25 c¨¦ntimos, ?qu¨¦ va a hacer?", se?ala Delac¨¢mara. "Tenemos la capacidad de producir el agua pero seguimos sacando 460 hect¨®metros c¨²bicos de los acu¨ªferos todos los a?os", apunta. "Somos expertos en construir obra p¨²blica, pero no en operarla". Pero para Arg¨¹ello, no va a ser tan sencillo. "La teor¨ªa de que todo est¨¢ hecho es bastante falsa", considera. "Las exigencias medioambientales crecen a una velocidad bastante mayor que las de otros ¨¢mbitos".
Por supuesto, el estr¨¦s h¨ªdrico no es igual en todas las cuencas. Seg¨²n datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA, en sus siglas en ingl¨¦s), en el verano del 2014 la captaci¨®n de agua en el alto J¨²car y el Cabriel super¨® el 80% de los recursos disponibles totales para el periodo. De hecho, seg¨²n la propia EEA, de las 10 cuencas europeas que m¨¢s agua sacaron en relaci¨®n al total disponible, siete est¨¢n en Espa?a y ocho en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica.
Seg¨²n la estad¨ªstica del uso del agua del INE (que mide el balance entre el agua que se extrae del medio ambiente y que se devuelve) la inmensa mayor¨ªa del l¨ªquido elemento que se utiliza en Espa?a (un 82,1% en 2010) va a la agricultura y a la ganader¨ªa. "Hay que reflexionar lo que supone tener una agricultura intensiva e internacionalizada en la zona de mayor estr¨¦s h¨ªdrico de la Uni¨®n Europea", apunta Delac¨¢mara.
Agua dulce
En 2012, ¨²ltimo a?o del que Eurostat tiene cifras, Espa?a retir¨® de todas sus fuentes de agua dulce 37.349 millones de metros c¨²bicos, una cifra similar a las registradas anualmente las dos d¨¦cadas anteriores. "En t¨¦rminos agregados, Espa?a consume b¨¢sicamente el mismo agua", confirma?Delac¨¢mara. "Los diferentes usos se han ido reduciendo; en ciertos casos, como en los hogares, de forma radical".
Para Del Campo, su sector est¨¢ cumpliendo a la hora de prepararse para un futuro con menos agua. "Se ha hecho un esfuerzo important¨ªsimo para modernizar y hacer m¨¢s eficiente el uso del agua en la agricultura espa?ola", considera. "Hemos pasado a ser el primer pa¨ªs por superficie con riego localizado y el segundo por porcentaje (despu¨¦s de Israel). De m¨¢s de la mitad de los riegos por superficie, hemos pasado a menos de 27%". El resultado es una eficiencia casi sin parang¨®n: "El regad¨ªo ocupa el 15% de la superficie agraria ¨²til y representa un 60% de la producci¨®n final", considera Del Campo. "Para comparar, a nivel mundial la proporci¨®n es de un 20% de superficie regada con un 40-45% de la producci¨®n".
Para los expertos, esos datos excelentes traen consigo su propio peligro; la paradoja que defini¨® el economista brit¨¢nico William Stanley Jevons hace m¨¢s de 150 a?os y que lleva su nombre. "La mejora de la eficiencia al utilizar un bien aumenta su escasez porque aumenta la demanda", explica G¨®mez. Es, precisamente, lo que ha pasado con el agua en la agricultura. "Hasta ahora, el conseguir mayor productividad ha servido m¨¢s para mejorar la viabilidad econ¨®mica de los cultivos que para ahorrar agua", indica. "La cuenca del Segura puede ser todo lo productiva que haga falta, pero sigue sacando m¨¢s agua de lo que es sostenible". "La eficiencia es deseable, pero en un contexto de sostenibilidad econ¨®mica, social y ambiental", considera Hern¨¢ndez.
Del Campo coincide con esa evaluaci¨®n de las prioridades del sector. Y las justifica: "Organismos como la OCDE y la FAO nos dicen que tenemos que aumentar m¨¢s de un 40% la producci¨®n de alimentos antes de 2030, y m¨¢s de un 70% antes de 2050", considera. "Hay un axioma: cada d¨ªa tenemos menos agua y menos tierra por cada uno de nosotros, y tenemos que producir m¨¢s utilizando el m¨¢ximo de tecnolog¨ªa".
Las hidroel¨¦ctricas se declaran preparadas
Con 39.053 gigavatios hora de energ¨ªa aportada al sistema en 2016 (seg¨²n los datos provisionales de Red El¨¦ctrica de Espa?a) la energ¨ªa hidroel¨¦ctrica fue el a?o pasado la tercera m¨¢s importante en el 'mix' el¨¦ctrico despu¨¦s de la nuclear y la e¨®lica y sigue siendo fundamental para el sistema el¨¦ctrico espa?ol, tanto por su pr¨¢ctica ausencia de emisiones de gases de efecto invernadero como, sobre todo, por tener una disponibilidad que no tienen otras energ¨ªas renovables.
Esto se sostiene en una red de embalses, la mayor¨ªa de ellos de m¨¢s de 30 a?os. "Con un r¨¦gimen ya de por si irregular de pluviosidad, tenemos una ratio de presa por superficie m¨¢s elevada", explica Javier Palacios, director de Generaci¨®n Hidr¨¢ulica de Iberdrola. "Aqu¨ª guardamos agua para los momentos de escasez".
Agua que queda almacenada y no tiene otros usos, lo que puede suponer un problema, especialmente en las centrales de bombeo, que mueven agua utilizando energ¨ªa externa durante las horas valle para poder generar electricidad en horas punta. "Hoy en d¨ªa, son el ¨²nico almacenamiento masivo de energ¨ªa que conocemos", afirma Palacios. "Nuestra visi¨®n es que se pueden compatibilizar los distintos usos", afirma Isidro Pescador, responsable de Hidr¨¢ulicas de Enel Green Power Espa?a. "Una soluci¨®n de compromiso es sentarnos con los diferentes usuarios del agua". El sector, sin embargo, se encuentra seguro de su capacidad de adaptarse a un futuro m¨¢s seco. "Estamos bastante bien situados para defendernos de una irregularidad h¨ªdrica", se?ala Palacios. "Hacemos inversiones continuamente para ser m¨¢s eficientes". "Gastamos 50 millones de euros para cumplir con las normativas y seguir mejorando la eficiencia", complementa Pescador.
El 'mix' energ¨¦tico
En ese mix, las energ¨ªas renovables tendr¨¢n un papel esencial. "Hay que conseguir la m¨¢xima eficiencia en el binomio agua y energ¨ªa", se?ala Del Campo. Respecto a los recursos necesarios para esa expansi¨®n, el presidente de la federaci¨®n de regantes es optimista en tanto en cuanto los precios agr¨ªcolas resistan, especialmente en lo que respecta a los grandes cultivos comerciales mediterr¨¢neos. "Se acabar¨¢ utilizando agua desalada y aguas de las ciudades".
El sector presume de buenos datos de eficiencia, pero para Maite Aldaya, consultora para el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), las cifras tienen algo de trampa. "Lo que hace Espa?a para decir que son sostenibles se basa solo en el uso del agua dentro del pa¨ªs", explica, y pone un ejemplo: "Tenemos una industria c¨¢rnica de mucho valor a?adido, pero los cereales que utiliza para alimentar al ganado vienen de pa¨ªses como Brasil o Estados Unidos, donde el d¨¦ficit h¨ªdrico es menor".
Despu¨¦s de los hogares, la tercera en importancia en el uso del agua es la industria; pero este gasto, en t¨¦rminos de balance de flujo de agua, es solo de un 2,25%. "La industria tiene ciclos cerrados para gastar menos", apunta Aldaya. "Eso en la agricultura no se puede hacer". "Son lo que se llaman usos no consuntivos", complementa Delac¨¢mara. "El agua para la industria y energ¨ªa se acumula pero no se consume". En todo caso, la experiencia de las factor¨ªas espa?olas en la gesti¨®n del l¨ªquido elemento lo convierte en destino de campo de pruebas ideal: por ejemplo, la multinacional qu¨ªmica estadounidense Dow ha instalado en Espa?a su centro de tecnolog¨ªa de agua mundial, con una inversi¨®n de 20 millones de euros y 50 empleos.
La industria de la alimentaci¨®n, bebidas y tabaco es el l¨ªder en consumo de agua, por razones evidentes: rara es la receta que no la incluya en alguna de sus fases. Le sigue en importancia el del papel y cart¨®n. En los a?os sesenta del siglo pasado la cantidad de agua utilizada por este ¨²ltimo sector era del orden de 120 metros c¨²bicos por tonelada de papel producido. Hoy, la cifra ronda los cinco metros c¨²bicos. Nueve de cada diez litros que utiliza el sector vuelven al medio ambiente; seg¨²n la patronal Aspapel, el 95% de esa cantidad regresa depurada.
Aspapel tambi¨¦n afirma que el sector ha reducido su consumo de agua un 32% en los ¨²ltimos 15 a?os al tiempo que incrementaba su producci¨®n un 20%. Y, seg¨²n Carmen S¨¢nchez-Carpintero, directora de Medio Ambiente y Energ¨ªa de la patronal, la tecnolog¨ªa actual da a¨²n m¨¢s margen. "Hay que tener en cuenta que muchas de las normativas de emisiones se miden por la concentraci¨®n", explica. "As¨ª que no podemos ahorrar m¨¢s agua sin emitir m¨¢s contaminantes".
Impacto qu¨ªmico
La qu¨ªmica es otra industria que recoge mucha agua del entorno. "Somos eficientes en el uso del agua por la cuenta que nos trae", considera Niurka Sancho, directora de desarrollo e innovaci¨®n de Cepsa. "Cualquiera que quiera estar a largo plazo en este negocio tiene que tener grabado a fuego el tema de la eficiencia". "Hemos reducido el consumo de agua un 10% en los ¨²ltimos cuatro a?os, dentro de nuestra estrategia de cuidado responsable del medio ambiente", considera Ant¨®n Valero, presidente de la patronal qu¨ªmica Feique. "En Tarragona hemos construido algo que creo que es un ejemplo a nivel mundial: una planta de tratamiento terciario que permite reutilizar agua de los afluentes urbanos en el polo petroqu¨ªmico".
El sector del autom¨®vil necesita agua de primera calidad (depurada y acondicionada en f¨¢brica) sobre todo para los procesos de pintado, que se hacen con el l¨ªquido como aglutinante. La multinacional Suez (cuando a¨²n se llamaba Aqualogy) asesor¨® en el dise?o de un plan para reducir un 25% el consumo de agua en una gran f¨¢brica de autom¨®viles en la provincia de Barcelona hasta 2018. Con el objetivo casi cumplido, a¨²n colaboran para llevar a cabo la siguiente meta, la de elevar esa reducci¨®n hasta un 50% en 2025. Pero para una de las responsables del proyecto, el principal impulso no es econ¨®mico: "En algunos casos, resulta m¨¢s caro instalar y operar un equipo de recuperaci¨®n que sacar el agua de la red", explica.
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