Parar el reloj para detener el tiempo
Innovar es una actividad arriesgada, pero que un Estado no lo haga es directamente temerario
Durante la primera d¨¦cada de siglo Espa?a experiment¨® una notable convergencia con Europa en inversi¨®n en I+D. El esfuerzo conjunto de administraciones y empresas logr¨® recortar en pocos a?os 20 puntos porcentuales de desventaja hist¨®rica respecto al promedio europeo. Un progreso de esta naturaleza en cualquier variable econ¨®mica o social es poco habitual. Tambi¨¦n lo es la ca¨ªda dram¨¢tica que hemos sufrido desde entonces. A la intensa crisis econ¨®mica, que fren¨® el esfuerzo privado en I+D, se sum¨® desde 2010 una pol¨ªtica de recortes en los presupuestos p¨²blicos que se ha ensa?ado con las partidas dedicadas a ciencia e innovaci¨®n.
Una revisi¨®n r¨¢pida de los Presupuestos Generales del Estado de los ¨²ltimos a?os evidencia la falta de compromiso con la I+D+I del Gobierno actual ¡ªtanto en la crisis, actuando al rev¨¦s de Europa, que en ese periodo aument¨® la inversi¨®n, como ahora que la recuperaci¨®n econ¨®mica es s¨®lida¡ª. Si la revisi¨®n es pausada, la conclusi¨®n es todav¨ªa m¨¢s dr¨¢stica. Primero se promete poco gasto p¨²blico en I+D, luego ni siquiera se cumple lo que se promete.
Esta semana public¨® EL PA?S datos sobre el descenso progresivo de la ejecuci¨®n del presupuesto de I+D. En 2015 ¡ª¨²ltimos datos disponibles¡ª alcanz¨® su m¨ªnimo hist¨®rico. El Ministerio de Econom¨ªa, Industria y Competitividad dej¨® de invertir en 2016 dos de cada tres euros comprometidos con la ciencia y la innovaci¨®n. Detr¨¢s de ese ahorro asoman las m¨²ltiples argucias y trabas con las que el Ministerio de Hacienda y Administraciones P¨²blicas sabe aplazar o cancelar proyectos de otros ministerios. Es el habitual juego sucio de la burocracia, que solo un contrapeso pol¨ªtico fuerte podr¨ªa vencer.
Esa trayectoria a la baja de la ejecuci¨®n presupuestaria en I+D obliga a valorar con mucha prudencia el anunciado aumento del 4,1% en los Presupuestos de 2017. En realidad solo aumentan los recursos destinados a los cap¨ªtulos de gasto financiero ¡ªlos cr¨¦ditos¡ª, cuyo uso se restringe pr¨¢cticamente a financiar empresas con proyectos tecnol¨®gicos de riesgo moderado. En paralelo se reducen los recursos destinados a cap¨ªtulos de gasto no financiero ¡ªsalarios, inversiones o aportaciones a organismos p¨²blicos de investigaci¨®n como el CSIC o el Instituto de Salud Carlos III, subvenciones a empresas de alta tecnolog¨ªa¡ª. Es decir, sube lo que no se gasta mientras se recorta un a?o m¨¢s el combustible fundamental del sistema p¨²blico de investigaci¨®n.
Sorprende, por ejemplo, que la Red Cervera, la medida estrella en materia de innovaci¨®n, una de las claves del pacto entre los grupos parlamentarios Popular y Ciudadanos, que se anunci¨® como una inversi¨®n de 500 millones de euros para impulsar una red de centros de investigaci¨®n en diferentes tecnolog¨ªas y sectores, est¨¦ dotada solo con 20 millones de gasto real ¡ªel resto son cr¨¦ditos¡ª. Todos los expertos a los que hemos consultado al respecto desde Cotec han coincidido en afirmar que el proyecto ser¨¢ inviable si se aprueba as¨ª esta partida.
Innovar es una actividad arriesgada, pero no hacerlo es directamente temerario. Sacrificar la innovaci¨®n para ahorrar gastos es como parar el reloj para detener el tiempo. Es as¨ª para las empresas, las instituciones, los Estados. El Parlamento tiene ahora la oportunidad de rectificar este proyecto de Presupuestos. Ojal¨¢ est¨¦ a la altura del reto. Est¨¢ en juego el futuro de Espa?a.
Jorge Barrero, director general de la Fundaci¨®n Cotec
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