En busca del aperitivo perfecto
La firma valenciana Grefusa supera los 100 millones de facturaci¨®n y pone en marcha un gran plan de exportaci¨®n
Uno de los pegadizos anuncios de Pipas G de Grefusa fue el m¨¢s visto en YouTube en enero, con m¨¢s de un mill¨®n de reproducciones. El marketing, un ¨¢rea donde la marca invierte 10 millones anuales, puede marcar la diferencia entre que comer pipas est¨¦ de moda, o se vea como una desagradable costumbre de los a?os ochenta. La firma familiar valenciana gestionada por la tercera generaci¨®n super¨® el a?o pasado la barrera de los 100 millones en ventas, lo que significa sacar al mercado 350 millones de bolsas de frutos secos y snacks.
¡°El germen de la empresa lo puso mi abuelo [Jos¨¦ Gregori Furio] en 1929 vendiendo frutos secos a granel. En los a?os sesenta siguieron mi padre y mi t¨ªo [Agust¨ªn y Alfredo], que son gemelos¡±, explica Agust¨ªn Gregori, actual consejero delegado. En los ochenta se les ocurri¨® tostar cacahuetes en un horno de pan y en 1986 Grefusa ya facturaba 400 millones de pesetas (2,4 millones de euros). ¡°Ah¨ª fue cuando mi t¨ªo tuvo su primera visi¨®n: se le meti¨® en la cabeza que los frutos secos iban a ir mal. Sab¨ªa que no eran un producto diferenciado, no hab¨ªa denominaciones de origen¡ Viendo que la venta se concentraba en grandes superficies, pens¨® que acabar¨ªamos en manos de marcas de distribuci¨®n¡±, contin¨²a Gregori.
Se plantearon entonces entrar en el campo de los aperitivos, para lo que invirtieron 600 millones de pesetas, 200 millones m¨¢s de lo que facturaban. ¡°Hoy nos habr¨ªan tachado de locos. La estrategia entonces pasaba por dirigirnos al p¨²blico infantil y juvenil con precios de bolsillo: a 25 pesetas por bolsa y en los quioscos¡±.
En 1986 naci¨® Grefusito (extrusionado de ma¨ªz), la mascota de la marca; m¨¢s adelante los tri¨¢ngulos de patata Papadelta, los Glubins de ma¨ªz, MisterCorn¡ ¡°Luego vino Piponazo, una pipa que desarrollamos en Israel, un h¨ªbrido sin manipulaci¨®n gen¨¦tica. Busc¨¢bamos la pipa ideal para el adulto, porque cuando los chavales se hacen mayores no es muy cool comerlas, y pensamos en una que se pelase fuera de la boca. Para eso buscamos una semilla mucho m¨¢s larga¡±. Fue en el a?o 1990 y supuso el despegue de esa divisi¨®n. ¡°El ¨¦xito fue tal que monopolizamos la cosecha de esa variedad¡±.
En el a?o 1994 ya facturaban 4.000 millones de pesetas, pero segu¨ªan siendo una empresa de nicho que pasaba inadvertida. En ese momento comenzaron a aparecer en los estudios de mercado que peri¨®dicamente realiza la consultora Nielsen y la competencia se lanz¨® a por ellos. ¡°Fue el a?o de los primeros tazos de Matutano¡ Nos barrieron con productos que eran similares, pero nos dimos cuenta de que los alimentos en los que hab¨ªamos innovado siguieron creciendo¡±, reconoce Gregori. Pensaron entonces en que nunca entrar¨ªan en las categor¨ªas donde est¨¢n los grandes fabricantes, como Pepsico. ¡°Por ejemplo, las patatas fritas son m¨¢s del 50% del mercado, pero ya no las hacemos. En frutos secos los cacahuetes, pistachos, almendras y anacardos suponen m¨¢s del 80%, pero tampoco estamos ah¨ª. Hacemos pipas y ma¨ªz. Hemos elegido unas categor¨ªas donde poder innovar y ser los mejores con marca¡±.
Una carrera de fondo
El actual gestor ocupa la m¨¢xima responsabilidad desde 2001, pero cuando entr¨® odiaba Grefusa, donde trabajaba los veranos descargando camiones con su padre. Tampoco quer¨ªa identificarse como el heredero de la familia. ¡°Empec¨¦ en la divisi¨®n comercial de Campo de Gibraltar con 24 a?os. Era un lugar donde pod¨ªas pasar inadvertido. Despu¨¦s pas¨¦ a las delegaciones [centros de distribuci¨®n]. Ten¨ªamos 12 pero no funcionaban y fuimos cambiando el modelo¡±. Con 33 a?os Gregori lleg¨® a la cima de la administraci¨®n con una condici¨®n impuesta por su t¨ªo, al que califica como el gran innovador de la empresa: profesionalizar el consejo, completar el protocolo familiar para garantizar la sucesi¨®n y evaluar por dentro la pyme, en la que trabajan 632 personas. Dos hermanos y dos primas ocupan puestos en Grefusa y en el consejo de administraci¨®n se sent¨® Marcos de Quinto, que despu¨¦s se convertir¨ªa en vicepresidente ejecutivo y responsable mundial de marketing de Coca-Cola, compa?¨ªa que abandonar¨¢ el pr¨®ximo 1 de mayo. ¡°Hemos tenido a gente muy potente que nos ha aportado mucho. Vienen de empresas con procesos muy bien establecidos y han pasado lo que t¨² vas a pasar¡±. Cuando De Quinto abandon¨® el puesto fue sustituido por Javier Robles, actual presidente de honor en Danone.
En la pasada d¨¦cada tomaron otras decisiones importantes: en 2008 dejaron de ser interproveedores de Mercadona y tuvieron que vender una de las tres f¨¢bricas que ten¨ªan, manteniendo las de Alzira (Valencia) y Aldeamayor (Valladolid). ¡°Podr¨ªa contar la historia de Grefusa en negativo, porque nos han salido muchas cosas mal, pero las buenas las compensaron con creces¡±. Tuvieron una fase de diversificaci¨®n (el grupo est¨¢ compuesto por otras cuatro empresas: Macrosnacks, Masquepan Corporaci¨®n Industrial, Productos Artesanos Alba y Greland) durante la ¨¦poca dorada de la econom¨ªa que les pas¨® factura cuando lleg¨® la crisis por el elevado endeudamiento (ahora tienen un pasivo de 12 millones sobre un Ebitda similar).
Arriesgaron demasiado en algunos negocios, como el de querer tener una compa?¨ªa de aerotaxis y jets privados. Ahora las exportaciones siguen suponiendo solo el 4% de las ventas, lo que les deja a expensas del mercado nacional. ¡°El snack no se exporta, es un producto de poco valor, mucho volumen que tiene que adaptarse al consumidor y requiere de mucha inversi¨®n en publicidad. En el sector la exportaci¨®n supone menos del 1%. Nosotros vend¨ªamos en 30 pa¨ªses, pero perd¨ªamos dinero. Decidimos que eso no era una forma s¨®lida de crecer¡±. Su objetivo ahora es crecer en mercados como Italia, pero a trav¨¦s de la compra de empresas locales. En cinco a?os quieren vender 20 millones fuera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.