Retratos de un pa¨ªs dual
La falta de oportunidades es una de las herencias de los a?os de plomo de la econom¨ªa
Durante los ¨²ltimos d¨ªas se han dado dos im¨¢genes complementarias del pa¨ªs, s¨®lo aparentemente contradictorias: el ¡°lleno hasta la bandera¡± de la Semana Santa y el hecho de que cuatro de cada 10 ciudadanos viven en hogares sin capacidad para afrontar gastos imprevistos. Son ¡°los invisibles¡±. Este es un s¨ªntoma de una sociedad m¨¢s dual que nunca, instalada en un crecimiento mal repartido: la desigualdad no s¨®lo se mantiene despu¨¦s de la Gran Recesi¨®n sino que aumenta, y los caminos de la movilidad social son cada vez m¨¢s intransitables, sobre todo para los j¨®venes.
Lo refleja Markaris en su ¨²ltima novela (Offshore, Tusquets). En ella los griegos, devastados, han comenzado a salir del infierno hacia un leve crecimiento e inmediatamente ¡ªsiguiendo las ense?anzas de Kindleberger y Galbraith de que el recuerdo de las cosas mal hechas en econom¨ªa dura como mucho una generaci¨®n¡ª empiezan a hacer lo mismo que antes, colapsando las carreteras durante la Semana Santa. El comisario Jaritos piensa que antes de morirse, las personas suelen experimentar muchas veces una corta mejor¨ªa.
Acaba de hacerse p¨²blico el Informe sobre el estado social de la naci¨®n 2017, que elabora la Asociaci¨®n de Directores y Gerentes de Servicios Sociales. Ya el anterior trabajo, correspondiente a 2015, fue imprescindible para analizar de un modo alternativo los rasgos del modelo social en el que se encontraba Espa?a. La mayor parte de los datos son conocidos (la renta media de los hogares se redujo un 13% de 2009 a 2015; m¨¢s de ocho millones de trabajadores est¨¢n por debajo del umbral de pobreza; casi 700.000 hogares no tienen ning¨²n ingreso; la mala alimentaci¨®n o el hambre son situaciones reales que afectan a m¨¢s de un mill¨®n de personas; en uno de cada 10 hogares se pasa fr¨ªo o exceso de calor por no poder mantener la vivienda a la temperatura adecuada; el 24,7% de los parados llevan m¨¢s de cuatro a?os en esa situaci¨®n; etc¨¦tera), pero conviene evaluarlos juntos para filmar las cicatrices de la crisis y el car¨¢cter estructural de la pobreza y su transmisi¨®n generacional.
Los denominados populismos que han surgido en nuestras sociedades han sido posibles gracias a una austeridad mal repartida y a la negligencia e indiferencia hacia los ciudadanos que se han quedado en el camino. Vamos a ver qu¨¦ comportamientos se desarrollan en el momento del ciclo en el que la recesi¨®n se convierte en crecimiento y cada uno empieza a revindicar qu¨¦ hay de lo suyo. Hasta ahora, muchos se conforman con sobrevivir en condiciones de precariedad estructural, practicando el consumo low cost y asumiendo que cualquier empleo es mejor que el paro, aunque sea un puesto de trabajo demediado en cuanto a seguridad, salario y dem¨¢s condiciones laborales.
?Esta reacci¨®n es permanente? El informe citado entiende que superada la recesi¨®n y la emergencia, la sociedad se ha instalado en un nuevo escenario marcado por la precariedad y la falta de oportunidades. Estas ¨²ltimas son, en el caso de que existan, individuales. Se pone en cuesti¨®n el car¨¢cter universal de las prestaciones sociales, que ha sido el principal avance social y el referente de nuestro modelo de convivencia. La beneficencia, con su desprecio por la dignidad humana, con su exhibicionismo imp¨²dico de campa?as y recogida de dinero, ropa y alimentos para ¡°los m¨¢s necesitados¡± vuelve del pasado para sustituir al Estado de Bienestar.
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