¡°Una buena idea ser¨ªa ralentizar la automatizaci¨®n. ?Qu¨¦ prisa tenemos?¡±
El profesor em¨¦rito de Pol¨ªtica Econ¨®mica en la Universidad de Warwick cree que "la tecnolog¨ªa "va una velocidad enorme y es m¨¢s destructiva¡±
Robert Skidelsky cree que la profec¨ªa que John Maynard Keynes lanz¨® en Madrid en 1930 de que los nietos de su generaci¨®n trabajar¨ªan 15 horas semanales puede cumplirse con la revoluci¨®n tecnol¨®gica. Este economista y lord brit¨¢nico, nacido en Manchuria en 1939, autor archipremiado por la biograf¨ªa del gran economista ingl¨¦s, piensa que esta vez los cambios que trae la digitalizaci¨®n no van a generar m¨¢s empleo: ¡°Va a una velocidad enorme y es mucho m¨¢s destructiva [que anteriores avances tecnol¨®gicos]. Adem¨¢s, est¨¢ penetrando en muchas ocupaciones y tareas mentales. Antes, en la revoluci¨®n industrial era solo un suplemento f¨ªsico. El coche es una mejora sobre el caballo, pero es un sistema de transporte y es solo un servicio para la actividad humana. Ahora [con la inteligencia artificial] mucho empleo cognitivo y mental de la clase media puede ser automatizado. No hay barreras ni obst¨¢culos¡±.
Desarrolla sus ideas en una conversaci¨®n en el patio de la cafeter¨ªa de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, donde este diario ha viajado invitado por el organismo internacional. Acaba de dar la conferencia inaugural del evento El Futuro del Trabajo organizado los pasados 6 y 7 de abril por la OIT, inmersa en un proceso largo y ambicioso de reflexi¨®n sobre hacia d¨®nde se dirige el mundo laboral con la revoluci¨®n tecnol¨®gica y la globalizaci¨®n que culminar¨¢ en 2019, cuando este organismo tripartito (Gobiernos, sindicatos y empresarios) cumpla 100 a?os de existencia.
Est¨¢ tan convencido de que esta vez la tecnolog¨ªa s¨ª que va a destruir empleo que afirma que los luditas ¡ªlos seguidores de Ned Lud que en el siglo XIX destru¨ªan m¨¢quinas porque tem¨ªan perder su empleo¡ª ¡°no estaban completamente equivocados¡±. Entonces ¡°hubo un gran aumento del desempleo¡±. Pero ¡°en la segunda mitad del siglo XIX 30 ¨® 40 millones de europeos fueron a tierras deshabitadas del nuevo mundo. Los espa?oles fueron a Sudam¨¦rica y los ingleses y los alemanes a Norteam¨¦rica. D¨®nde van a ir ahora los desocupados¡±.
La velocidad a la que van los cambios ahora es una de los argumentos que repite. Y afirma: ¡°La idea de ralentizar la automatizaci¨®n ser¨ªa una buena idea. ?Qu¨¦ prisa tenemos?¡±.
Cree que ha llegado el momento de pensar qu¨¦ hacer cuando baje el n¨²mero de horas de trabajo: ¡°La gente quiere trabajar, pero no cualquier n¨²mero de horas. T¨² puedes encontrar sentido a la vida sin trabajar 60 horas a la semana¡±, prosigue. ¡°Necesitamos ser ¨²tiles, sentirnos ¨²tiles. El trabajo por un salario ha sido la forma tradicional en que la gente ha contribuido, pero hay otras formas¡±. Aunque admite, como ya hab¨ªa apuntado ante el auditorio, que en este argumento hay un problema: ¡°La gente prefiere trabajar menos, pero siempre que no gane menos¡±. No obstante, rechaza que esto sea porque ¡°las personas sean insaciables¡± sino por ¡ªy aqu¨ª toma una idea de otro gran economista del siglo XX, John K. Galbraith¡ª el papel de la publicidad y su estimulo del consumo.
Y si la gente trabaja menos y cobra menos por ese trabajo, ?c¨®mo sustituir esos ingresos? ¡°Una renta b¨¢sica universal dar¨ªa a la gente la posibilidad de elegir cu¨¢nto trabajar¡±. Mentar este argumento en la OIT, en su sede central, no es inocuo. Recibir un ingreso, ¡°independientemente¡± de la renta o la edad, sin haber trabajado para recibir ese derecho, abriendo la posibilidad a pagar salarios m¨¢s bajos o a desplazar determinados costes de la precariedad al erario p¨²blico no suele gustar en una de las tres partes que componen la organizaci¨®n, los sindicatos, de la que procede su actual director general, el brit¨¢nico Guy Ryder. De hecho, este ¨²ltimo se revolvi¨® inc¨®modo cuando en broma, jugando con su idea, el profesor em¨¦rito de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la Universidad de Warwick propuso a?adir al nombre de la organizaci¨®n la palabra ¡°ocio¡±.
La financiaci¨®n de esta puede salir ¡°de una combinaci¨®n de crecimiento y redistribuci¨®n¡±. Porque Skidelsky ya no es partidario de un impuesto sobre los robots: ¡°Es una idea atractiva, pero tiene la dificultad de decidir qu¨¦ es un robot, que es humano y qu¨¦ es un sistema mixto¡±.
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