Moscovici: ¡°Espa?a mejora, pero nadie puede estar satisfecho con un paro del 18%¡±
Pierre Moscovici, comisario europeo de Asuntos Econ¨®micos, asegura que los pa¨ªses que han hecho reformas han obtenido resultados
En la historia todo es transici¨®n; en Bruselas a menudo parece que todo sean reformas. Pierre Moscovici (Par¨ªs, 1957) recibe a EL PA?S en su despacho la v¨ªspera de su primer viaje a Espa?a como comisario de Asuntos Econ¨®micos. Camino de Madrid ¡ªdonde tiene previsto acudir al Parlamento¡ª y Sevilla ¡ªvisitar¨¢ a la presidenta Susana D¨ªaz¡ª, en su maleta hay al menos un par de ideas-fuerza para Moncloa. ¡°La econom¨ªa espa?ola ha mejorado, pero nadie puede estar satisfecho con un paro del 18% que crea tensiones sociales¡±. ?Su receta es otra reforma laboral despu¨¦s de tres en un lustro? ¡°Combato la presunci¨®n de que reforma significa dolor y castigo. Espa?a va en la direcci¨®n correcta, pero tiene trabajo por hacer. Con cuatro millones de parados y tanta temporalidad, hay que plantear seriamente medidas como la mejora de los servicios de empleo auton¨®micos, o ver c¨®mo mejorar algunos esquemas de garant¨ªa contra la pobreza¡±, a?ade con un discurso en el que la melod¨ªa socialdem¨®crata envuelve los argumentos cl¨¢sicos de la ortodoxia europea.
La econom¨ªa espa?ola, en fin, ya no es el principal motivo de preocupaci¨®n en la UE. Bruselas es consciente de los problemas internos ¡ªuna situaci¨®n pol¨ªtica marcada por una fr¨¢gil mayor¨ªa de Gobierno, l¨ªos internos en los partidos de la oposici¨®n y el posible refer¨¦ndum catal¨¢n¡ª, pero la Comisi¨®n vende optimismo con Espa?a. El legado de la crisis sigue ah¨ª: un d¨¦ficit que supera el sacrosanto 3% del PIB, una deuda preocupante, un paro que no tiene parang¨®n en el Atl¨¢ntico Norte y unos problemas bancarios que nunca terminan de decir la ¨²ltima palabra. Pero el meollo del mensaje es positivo: ¡°Los pa¨ªses que hacen reformas, como Espa?a, han conseguido resultados¡±, reitera el comisario. Y sin embargo alguien tan poco sospechoso como Mario Draghi, del BCE, lleva meses alertando de los efectos secundarios de esa cura. La industria hotelera, por ejemplo, crea empleo a un ritmo del 8%, y en ese sector los salarios caen el 3%. ?C¨®mo se explica esa din¨¢mica de precarizaci¨®n? ¡°No voy a entrar en ese asunto: estoy en contra de que la Comisi¨®n sea demasiado intrusiva¡±, dice Moscovici en la ¨²nica respuesta en que parece decantarse por el f¨²tbol brit¨¢nico y su tradicional balones fuera.
¡°Espa?a est¨¢ en el vag¨®n de cabeza del crecimiento en Europa tras a?os de esfuerzos. Y aun as¨ª le dir¨ªa al Gobierno que haga todo lo que est¨¦ en su mano por reforzar las bases de la recuperaci¨®n, por seguir creando empleo y por encontrar la manera de luchar contra la pobreza y la desigualdad¡±, subraya el comisario.
Macron y las reformas. M¨¢s all¨¢ de Espa?a, la canciller alemana Angela Merkel acaba de abrazar la idea de un presupuesto para la eurozona. Berl¨ªn le pone as¨ª la alfombra roja al presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, pero todo el mundo es consciente en Europa de que Merkel es implacable y solo pasar¨¢ de las musas al teatro si Macron hace las reformas prometidas. ¡°Hay una ventana de oportunidad que se ha abierto tras las elecciones holandesas y francesas. Pero se cerrar¨¢ a la altura de las elecciones italianas: no hay tiempo que perder. Las palabras de Merkel son bienvenidas, un presupuesto del euro permitir¨ªa hacer pol¨ªticas en favor de recuperar la convergencia en la eurozona. Y el contexto geopol¨ªtico exige una respuesta europea: la agresividad de la Administraci¨®n Trump y el Brexit reclaman a voces reforzar el euro¡±.
Francia no ha conseguido equilibrar su presupuesto desde los a?os setenta; no ha hecho verdaderas reformas en a?os. La duda ¡ªleg¨ªtima¡ª es si Macron puede cambiar esa din¨¢mica. ¡°Macron se encuentra una econom¨ªa con m¨¢s crecimiento y menos paro que la que hered¨® Fran?ois Hollande [con Moscovici como ministro]. Y no es cierto que Francia no haya hecho reformas; lo que s¨ª es cierto es que debe hacer m¨¢s. Si Macron logra rebajar el d¨¦ficit y dar una vuelta de tuerca a la legislaci¨®n laboral, tanto la econom¨ªa como la pol¨ªtica francesas dar¨¢n una imagen de seriedad y estar¨¢n en condiciones de obtener resultados¡±.
Moscovici, eso s¨ª, descarta que las reformas espa?olas sean el modelo a seguir. ?Recomendar¨ªa la v¨ªa espa?ola a Macron? ¡°No: cada pa¨ªs debe seguir su propio camino en funci¨®n de sus condiciones¡±, responde con ir¨®nica finezza. ¡°La situaci¨®n de Francia es distinta: el paro est¨¢ en el 10%, y Francia ya ha dado pasos en lo laboral. Hay que hacer m¨¢s, pero con una aproximaci¨®n equilibrada¡±.
Socialismo en crisis. Europa respira tras el fiasco populista en Holanda y Francia, y con el Brexit ha acabado por traspasar parte de su angustia existencial a Reino Unido. Moscovici, sin embargo, tiene motivos de preocupaci¨®n: es una de las voces de la socialdemocracia en Bruselas, y admite sin ambages el pinchazo de su familia pol¨ªtica. ¡°La socialdemocracia ha sufrido mucho en esta crisis: el socialismo es luchar contra la desigualdad, en favor del crecimiento y la redistribuci¨®n, y los votantes creen que no hemos hecho lo que deb¨ªamos¡±. ¡°Hay que reinventar la socialdemocracia y encajar, desde un punto de vista de izquierdas, una visi¨®n sobre Europa, sobre la desigualdad, sobre la globalizaci¨®n, sobre el cambio clim¨¢tico¡±. ¡°Somos la izquierda, pero a la vez somos realistas y europeos: como socialdem¨®crata no veo contradicci¨®n entre encontrar un nuevo relato que consiga cambiar la pol¨ªtica dentro de las reglas¡±, a?ade.
Las reglas son las reglas (?salvo para Berl¨ªn?). Las reglas: las reglas aparecen siempre cuando uno se topa con el comisario econ¨®mico. Dan mucho poder a Bruselas para tutelar a pa¨ªses con problemas de d¨¦ficit, pero no tienen la misma tracci¨®n con los socios que violan las metas de super¨¢vit. ¡°Est¨¢ claro que Espa?a, Francia e Italia deben hacer esfuerzos fiscales. Pero los super¨¢vits comerciales en Alemania y Holanda tambi¨¦n les exigen invertir m¨¢s: por ellos mismos y porque tenemos una insuficiencia de demanda cr¨®nica en Europa¡±. ¡°Draghi y el BCE no pueden ser los ¨²nicos que hagan pol¨ªticas de est¨ªmulo¡±, cierra.
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