Hipotecas subprime: La crisis con la que empez¨® todo
El 8 de agosto se cumplen 10 a?os del colapso de los mercados por las hipotecas basura, el pre¨¢mbulo de Lehman Brothers
Hace diez a?os que estall¨® la crisis de las hipotecas subprime o hipotecas basura conocidas as¨ª porque se concedieron a personas de escasa solvencia a altos tipos de inter¨¦s. El colapso de los mercados fue tan dr¨¢stico que oblig¨® a la Reserva Federal (Fed) ¡ªy al Banco Central Europeo, (BCE)¡ª a inyectar cientos de miles de millones y a bajar los tipos de inter¨¦s. Los bancos centrales se adentraron en aguas nunca exploradas en la pol¨ªtica monetaria y fiscal. Fueron medidas de choque que no atajaron las ra¨ªces del problema: los bancos estaban infectados con unos productos dise?ados por matem¨¢ticos financieros que se basaban en cr¨¦ditos de escasa solvencia.
Eran hipotecas basura porque se concedieron a personas que ten¨ªan trabajos basura: malas condiciones sanitarias, carencia de seguro m¨¦dico o violaciones de la legislaci¨®n, como cobrar por debajo de los m¨ªnimos legales. Mientras el mercado de la vivienda crec¨ªa sin sentido, parec¨ªa un negocio rentable. Pero hace diez a?os estall¨® la crisis de liquidez y de confianza en la solvencia de las entidades y se? provoc¨® la mayor depresi¨®n desde la II Guerra Mundial.
El com¨²n de los inversores se sumerg¨ªa entonces en un curso acelerado en finanzas para familiarizarse con nuevos t¨¦rminos como las hipotecas subprime, CDOs sint¨¦ticos, conduits, los SIV o veh¨ªculos estructurados. El experimento de la Fed contin¨²a porque la crisis sigue viva, aunque mitigada. Ha entrado en una nueva fase, la del desmontaje de todo el andamiaje que fue necesario para evitar el colapso de la econom¨ªa.
Este d¨¦cimo aniversario no lo celebra nadie en Wall Street pese a la que marc¨® la conciencia de los reguladores y de los inversores. El Dow Jones cerr¨® aquel 8 de agosto de 2007 con la mayor ca¨ªda en cuatro a?os por el temor a la crisis hipotecaria, ante la que las autoridades no actuaron con firmeza y termin¨® convirti¨¦ndose en el peor monstruo imaginado. El Dow Jones cay¨® hasta los 13.270 puntos, aunque hoy ha superado el bache y est¨¢ en 22.000 puntos, un r¨¦cord hist¨®rico. Un buen ejemplo de la volatilidad de los mercados para unos y, para otros, el caso t¨ªpico de que se ha llegado a un nivel irracional previo a otro derrumbe.
El derrumbe del mercado de cr¨¦dito estuvo marcado por la desaparici¨®n del banco de inversi¨®n Bear Stearns, los fondos de BNP Paribas, los bancos hipotecarios de EE UU y los problemas de la mayor aseguradora del mundo, AIG, que acab¨® sucumbiendo m¨¢s adelante.
Multas de 325.000 millones de d¨®lares
La crisis financiera se produjo porque los grandes bancos ten¨ªan un sistema inadecuado de gesti¨®n de riesgos y unas pol¨ªticas de compensaci¨®n que incentivaron pr¨¢cticas como el empaquetado de deuda insolvente que se vend¨ªa como un producto rentable. La reprimenda de los reguladores a las firmas de inversi¨®n y bancos se tradujo en m¨¢s de 325.000 millones de d¨®lares en multas. En paralelo, se han triplicado las exigencias de capital para que puedan asumir sus p¨¦rdidas.
A diferencia de Europa, donde todav¨ªa hay bancos con problemas, en EE UU han amasado ya m¨¢s de un bill¨®n de d¨®lares en beneficios desde la crisis. Solo el pasado ejercicio la ganancia neta ascendi¨® a 171.300 millones, seg¨²n el fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos de EE UU. El tercer trimestre de 2016 fue el mejor de la historia, con 45.600 millones en beneficios. Y ahora los principales bancos son m¨¢s grandes que antes de la crisis.
Pero siguen los fraudes, como las cuentas falsas de Wells Fargo. ¡°Los grandes bancos enga?an a sus clientes y a nadie se le ha exigido responsabilidades¡±, lamenta la senadora dem¨®crata Elizabeth Warren.
Fue la peor calamidad financiera desde 1930. Durante los 19 meses que dur¨® se perdieron 8,7 millones de empleos, m¨¢s de la mitad de los adultos vio perder su trabajo, recortado su sueldo o forzado a trabajar a tiempo parcial. El consumo y el producto interior bruto se contrajeron por la escasez de cr¨¦dito y el incremento del coste de los pr¨¦stamos. El S&P 500 perdi¨® la mitad de su valor.
Este movimiento s¨ªsmico fue de tal envergadura que hizo tambalear los resortes del sistema financiero global y lo de dej¨® expuesto ante eventos como la ruptura del euro, la crisis de la deuda soberana de Grecia o otras consencuencias pol¨ªticas como e? Brexit y el surgimiento de los populismos. Una d¨¦cada despu¨¦s, los tipos de inter¨¦s permanecen hist¨®ricamente bajos y los bancos centrales siguen comprando deuda para sostener la econom¨ªa.
"Los bancos prestaban en cualquier cosa"
Janet Yellen recuerda como se cocin¨® la crisis. ¡°Los bancos pon¨ªan dinero en cualquier cosa¡±, coment¨® hace unas semanas. La presidenta de la Fed estaba entonces al frente del banco regional de San Francisco. ¡°Nadie se paraba a analizar que pasar¨ªa si se dejaba de pagar la deuda¡±, explic¨®. En realidad, lo que se hac¨ªa era empaquetarla para ofrecerla a inversores que buscaban altos retornos.
Todas las crisis financieras tienen caracter¨ªsticas comunes. Los bancos invierten en activos de alto riesgo por su alta rentabilidad, que funcionan hasta que alguien dice que son t¨®xicos y pierden su valor y liquidez. El desencadenante llega cuando la gente pide recuperar el dinero en masa ante la p¨¦rdida de confianza y el efecto contagio se acelera. La de 2007 no fue diferente. Empez¨® con las hipotecas subprime, se extendi¨® a otros productos y los bancos se quedaron sin capital para absorber las p¨¦rdidas.
El primer aviso de la recesi¨®n que ven¨ªa lo dio el banco m¨¢s grande de Europa, el HSBC, uno de los m¨¢s agresivos en el mercado inmobiliario de EE UU. En febrero de 2007 anunci¨® que las p¨¦rdidas en las carteras de deuda hipotecaria iban a ser mayores de lo esperado. Los desahucios se estaban disparando y la entidad no pudo anticipar cu¨¢ntos propietarios ser¨ªan incapaces de pagar sus cr¨¦ditos.
Los tipos de inter¨¦s estaban entonces en el 5,25%. Las hipotecas subprime se ofrecieron a clientes que no cumpl¨ªan los requisitos m¨¢s estrictos. HSBC mezcl¨® esa deuda con otra entre 2005 y 2006, en pleno auge inmobiliario. Un mes despu¨¦s de reconocer los problemas la firma New Century Financial, especializada en ese mercado, cay¨® en bancarrota.
Las cosas se pusieron feas cuando los primeros fondos estructurados con hipotecas subprime reventaron en Bear Stearns, en junio de ese mismo a?o. Los problemas se propagaron a grandes firmas financieras como Merrill Lynch, JPMorgan Chase, Citigroup y Goldman Sachs. Al poco era el banco franc¨¦s BNP Paribas el que anunciaba el cese de las actividades en tres fondos especializados en deuda hipotecaria porque eran insolventes. Alguno de ellos hab¨ªan vendido participaciones en Espa?a.
Ben Bernanke, presidente en aquella ¨¦poca de la Reserva Federal, lleg¨® tarde. Al principio entendi¨® que el creciente n¨²mero de impagos de hipotecas no representaba un riesgo para la econom¨ªa. ¡°Se dio por hecho de que el sistema se ajustar¨ªa solo¡±, admiti¨® despu¨¦s. Pero luego temi¨® que se desencadenara una segunda Gran Depresi¨®n y recurri¨® a todo lo que estaba en su poder para estabilizar la econom¨ªa.
La respuesta a la crisis financiera se hizo de dos maneras. Se intervino primero para que socorrer a las instituciones sist¨¦micas, incluidas firmas que no supervisadas por la Fed como AIG y Bear Stearns. Despu¨¦s, se establecieron mecanismos para facilitar la liquidez que necesitaban los operadores financieros para sostener sus actividades y que as¨ª el dinero llegara a la econom¨ªa.
En dos d¨ªas la Fed inyect¨® 87.500 millones de d¨®lares y el BCE 156.000 millones m¨¢s. A la semana se recort¨® en medio punto el tipo de inter¨¦s y por primera se reconoc¨ªa que el riesgo era real. Ese pesimismo repentino llev¨® al banco central recortar el precio del dinero medio punto porcentual m¨¢s, hasta el 4,75% el 18 de septiembre.
?Puede repetirse?
Las medidas no frenaron el colapso. El lunes 17 de septiembre de 2007, miles de clientes de Northern Rock, un banco ingl¨¦s especializado en hipotecas, hac¨ªan cola para sacar su dinero. El banco finalmente no pudo afrontar las retiradas, y el Gobierno decidi¨® nacionalizarlo en febrero de 2008. Bear Stearns acab¨® absorbida por JPMorgan en marzo de 2008 para evitar su quiebra, como antesala al desastre del 15 de septiembre de 2008, la ca¨ªda de Lehman Brothers y la compra de Merrill Lynch por parte de Bank of America.
?Puede repetirse esta crisis? Yellen admite que no se puede descartar pero asegura que no ser¨¢ como la de 2008 porque el sistema es mucho m¨¢s seguro, gracias a los colchones de capitalizaci¨®n que se exigen a los bancos. Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional matiza: ¡°Por d¨®nde vendr¨¢, en qu¨¦ forma y su alcance es algo que est¨¢ por ver porque llegan por donde menos te lo esperas¡±. La normalizaci¨®n de la pol¨ªtica monetaria en EE UU est¨¢ en marcha: en diciembre de 2015 los tipos de inter¨¦s empezaron a subir y est¨¢n entre el 1% y el 1,25%. Pero la Fed tiene que desprenderse de 4,5 billones de d¨®lares que adquiri¨® en bonos del Tesoro y t¨ªtulos hipotecarios. La econom¨ªa de EE UU, pese a estar en pleno empleo, crece por debajo del potencial previo a la crisis, los salarios no aumentan como antes de la recesi¨®n y la desigualdad ha crecido. Son las heridas abiertas de la crisis con la que empez¨® todo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.