El desaf¨ªo del corcho gaditano
Nuevas empresas intentan revalorizar un sector que carece de competitividad para hacer frente a la rivalidad de Portugal
En el parque natural de Los Alcornocales nada es lo que parece. Sus 167.767 hect¨¢reas de extensi¨®n, enclavadas en plenas monta?as de C¨¢diz, bien podr¨ªan pasar por un bosque virgen si no fuera porque el hombre lo model¨® para explotarlo. El corcho que se extrae de sus ¨¢rboles, de aspecto rugoso, oscuro y le?oso, se hace pesado a la vista aunque es gr¨¢cil, resistente al fuego y aislante. De sus alcornoques se sacan cada a?o 14.376 toneladas, el 15% de lo que se genera en Espa?a y m¨¢s del 4% del mundo. Cabr¨ªa pensar que C¨¢diz lidera el sector empresarial en Espa?a si no fuera porque exporta el 97% de su producci¨®n en bruto y apenas subsisten 10 industrias corcheras en la provincia. Sin embargo, hay quien est¨¢ dispuesto a poner su grano de arena para dar la vuelta a esta realidad para generar m¨¢s valor a?adido. Nuevas empresas del mundo textil, equino y del propio sector aumentan su apuesta por la innovaci¨®n.
"Si est¨¢ aqu¨ª mismo, si tenemos tanta materia prima y la especializaci¨®n en el descorche, ?por qu¨¦ no lo aprovechamos?", se pregunta el arquitecto jerezano Jos¨¦ Mar¨ªa Vega. Ha patentado una cuadra modular transportable para caballos producida con ese material. No es el ¨²nico que se ha dejado cautivar por el corcho, Mar¨ªa Beltr¨¢n y su firma The Pez lleva tres a?os demostrando que la moda y los complementos tambi¨¦n casan con ese tejido vegetal. Otros, como Eladio S¨¢ez, due?o de Cork Spain, han decidido dar un paso al frente en el sector al que ha dedicado toda su vida. Adem¨¢s del cocedero que ya ten¨ªa con el que daba un primer tratamiento a la corteza, ha decidido abrir su propia taponera para llevar hasta el final la l¨ªnea de producci¨®n.
Sus iniciativas son un soplo de aire fresco en un sector que lleva d¨¦cadas en decaimiento, azuzado por el monopolio de multinacionales y por la p¨¦rdida de mano de obra cualificada en el campo. Pero no siempre fue as¨ª. A principios del siglo XX llegaron a trabajar en C¨¢diz hasta 100 empresas de tratamiento, como recuerda el director del parque, Juan Manuel Fornell. Con la guerra civil en Espa?a, Portugal tom¨® impulso y se convirti¨® en el primer productor del mundo. Hoy conserva intacta su hegemon¨ªa: produce el 49,6%, frente al 30,5% del corcho mundial que genera Espa?a. Los datos son de Corticeira Amorim, la empresa portuguesa l¨ªder del sector que es capaz de facturar 534 millones de euros.
Buena parte de las 14.376 toneladas que salen de C¨¢diz acaban en sus instalaciones. En total, la venta de corcho genera en la provincia espa?ola 7,4 millones de euros (5 millones al natural y el resto manufacturado), una cifra 25 veces menor de los 179,3 millones de euros que genera Catalu?a, donde se concentran 138 empresas pese a que en la comunidad aut¨®noma se producen solo entre 3.500 y 5.000 toneladas anuales. Los datos, condensados en el Plan Estrat¨¦gico del Corcho de la provincia de C¨¢diz de la Asociaci¨®n de Amigos de Los Alcornocales, facilitan las conclusiones: "La falta de industria en la provincia y la dependencia casi absoluta del exterior a nivel de mercado provocan que todo el valor a?adido de los diferentes productos corcheros se vaya fuera".
Plan de choque
Ante esta realidad, en el plan establecen un camino para salir del atolladero: recomiendan organizar y unificar a los productores, incentivar la industria y recuperar la producci¨®n de corcho que se pierde cada a?o. "Tenemos que conseguir que el beneficio generado por las econom¨ªas de escala se quede en el territorio, que el productor se d¨¦ cuenta de que tiene un materia prima de alta calidad", reconoce Francisco Romero, presidente de la entidad de amigos del parque. Y aporta otra clave para conseguirlo: "Incorporar el conocimiento a la f¨¢brica para generar proyectos empresariales".
Fue justo eso lo que hizo Mar¨ªa Beltr¨¢n cuando se anim¨®, en 2014, a recuperar la f¨¢brica de marroquiner¨ªa de su padre, pero con un giro: "Ten¨ªa que hacer algo diferente porque en la piel ya estaba todo inventado. Investigamos nuevos materiales y apostamos por el corcho por sus extraordinarias cualidades y porque es de nuestro parque". Ahora presumen de estar presentes en el mundo de la moda sostenible gracias a sus bolsos y complementos en corcho, c¨¢?amo y yute.
La misma inquietud por los materiales ten¨ªa Jos¨¦ Mar¨ªa Vega cuando ide¨® un transporte para caballos que a su vez sirviese de cuadra. Tras darle muchas vueltas, descubri¨® que el corcho era el material id¨®neo "por su capacidad aislante, su durabilidad y su poco peso". Tras patentar la idea, Vega ya est¨¢ inmerso en la fabricaci¨®n del primer prototipo, para el que necesita hasta 8.000 kilos de hierro y 250 metros cuadrados de planchas de corcho aglomerado. Para poner en pr¨¢ctica sus ideas, tanto Beltr¨¢n como Vega han tenido que comprar el material fuera de la provincia, ante la carest¨ªa de manufactura. La primera ha adquirido el corcho textil en Barcelona, el segundo recibe las planchas de Amorim.
El problema de trazabilidad impide a Beltr¨¢n certificar sus creaciones como productos ecol¨®gicos, ya que no puede controlar el origen del corcho. Eladio S¨¢ez conoce bien su problema. Es la tercera generaci¨®n familiar dedicada a la saca y primer tratamiento del corcho. Ahora, con su firma Cork Spain, ha apostado por llegar hasta el final en la producci¨®n y crear tapones. "Puedo venderlo con certificaci¨®n ecol¨®gica porque s¨¦ de d¨®nde viene", reconoce S¨¢ez ante una nueva l¨ªnea empresarial que no est¨¢ siendo sencilla. "Estoy intentando abrir mercado, y cuesta. No es nada f¨¢cil llegar a la bodega", reconoce.
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