D¨¦ficit p¨²blico decepcionante
Los desequilibrios en varias comunidades aut¨®nomas alejan el cumplimento del objetivo
El d¨¦ficit p¨²blico disminuye, pero menos de lo que cabr¨ªa esperar teniendo en cuenta el dinamismo de la econom¨ªa. El d¨¦ficit acumulado hasta junio alcanz¨® 27.300 millones de euros para el conjunto de las administraciones p¨²blicas, salvo las corporaciones locales. Esto es apenas nueve millones menos que el objetivo de d¨¦ficit p¨²blico fijado por el Gobierno para todo el a?o. Lo m¨¢s probable es que el 2017 se cierre con una nueva desviaci¨®n, a no ser que se adopten nuevas medidas.
Sin duda, el d¨¦ficit ha ca¨ªdo un 22% con respecto al mismo periodo del 2016. La mejora se debe sobre todo al contexto favorable que ha conocido la econom¨ªa espa?ola en los ¨²ltimos tiempos. Un crecimiento econ¨®mico superior al 3%, como el que se registr¨® durante la primera parte del a?o provoca autom¨¢ticamente un aumento de la recaudaci¨®n y una disminuci¨®n del peso del gasto p¨²blico. Adem¨¢s, el coste financiero de la deuda p¨²blica se ha reducido significativamente, gracias a la generosa pol¨ªtica de compras de bonos por parte del Banco Central Europeo.
As¨ª pues, la bajada del d¨¦ficit refleja exclusivamente el ciclo econ¨®mico y la ca¨ªda del pago por intereses sobre la deuda p¨²blica. Es decir, las medidas de correcci¨®n de los desequilibrios (endurecimiento del impuesto de sociedades, elevaci¨®n de impuestos especiales, etc.) apenas se han notado en la evoluci¨®n del d¨¦ficit.
La explicaci¨®n est¨¢ en los n¨²meros rojos en las cuentas de la mayor¨ªa de las comunidades aut¨®nomas. Todas, excepto Navarra, Cantabria, Extremadura, Castilla y Le¨®n, Madrid y Pa¨ªs Vasco, arrojan un d¨¦ficit cada vez m¨¢s abultado. En su nota de esta semana, Hacienda atribuye esta evoluci¨®n a un descenso de las transferencias del Estado a las administraciones territoriales, as¨ª como un aumento del gasto en consumo p¨²blico, educaci¨®n y sanidad.
Con todo, un cambio en la pol¨ªtica fiscal parece justificado. La econom¨ªa crece por su propia din¨¢mica. Ese crecimiento, para mantenerse, no necesita un apoyo por parte de los presupuestos. La situaci¨®n es pues radicalmente distinta de a?os anteriores, caracterizados por la rarefacci¨®n del cr¨¦dito y la ca¨ªda del gasto de empresas y de los hogares sobreendeudados. Ese hubiera sido el momento de apoyar la recuperaci¨®n, pero la estrategia de austeridad y las reglas de Bruselas lo impidieron.
Adem¨¢s, el endeudamiento p¨²blico se mantiene inexorablemente. Apenas se ha notado la revisi¨®n al alza del PIB realizada por el INE. La deuda sigue rondando un a?o de PIB, un valor que vulnera la situaci¨®n financiera del pa¨ªs. Sobre todo teniendo en cuenta que Espa?a, seguido de cerca por Francia, ostenta el r¨¦cord europeo en materia de d¨¦ficit p¨²blico.
Tambi¨¦n hay factores estructurales a la necesaria inflexi¨®n de la pol¨ªtica fiscal. La inversi¨®n est¨¢ en m¨ªnimos hist¨®ricos, lo que provocar¨¢ carencias en las infraestructuras y cuellos de botella en el crecimiento. Las comparaciones internacionales en materia de educaci¨®n apuntan a un deterioro preocupante en la posici¨®n de Espa?a, tanto en formaci¨®n inicial como de adultos.
Numeras exenciones y desgravaciones (para la vivienda, los contratos indefinidos, determinados bienes de consumo, etc.), de dudosa utilidad econ¨®mica y social, merman la capacidad recaudatoria. La financiaci¨®n auton¨®mica merece una reforma, como lo exigen los expertos en su reciente informe a Hacienda. Hay espacio para incentivar la eficiencia del gasto auton¨®mico, y a la vez cubrir las necesidades b¨¢sicas en sanidad, educaci¨®n y otros servicios esenciales.
En suma, la contenci¨®n de los desequilibrios presupuestarios ayudar¨ªa a apuntalar la recuperaci¨®n y facilitar¨ªa la salida del ¡°procedimiento de d¨¦ficit excesivo¡±, relajando la presi¨®n que mantiene Bruselas sobre nuestra econom¨ªa. El esfuerzo es relativamente peque?o, si se realiza a corto plazo. Sin embargo el continuismo conllevar¨ªa ajustes traum¨¢ticos en un futuro pr¨®ximo. Los Presupuestos Generales del Estado para el 2018 ofrecen la oportunidad para un debate sobre una cuesti¨®n ineludible.
Raymond Torres es director de Coyuntura de Funcas. En Twitter, @RaymondTorres
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