¡°La demanda china ayuda a equilibrar el precio del petr¨®leo¡±

En su visita de dos d¨ªas a Espa?a, Abdal¨¢ Bin Hamad al Attiyah (Qatar, 1952) ha hablado sobre todo de dos asuntos: el petr¨®leo y la crisis de su pa¨ªs con un grupo de Estados liderado por Arabia Saud¨ª. En el primer asunto, este exministro de Energ¨ªa y ex vice primer ministro se muestra optimista por el alza de precios. En el segundo, responsabiliza a los enemigos de Qatar de propagar mentiras contra la reputaci¨®n de su pa¨ªs, al que califica en varias ocasiones de ¡°para¨ªso¡±. ¡°Pregunte a Xavi. ?l juega en el equipo que yo presido, y adora vivir all¨ª con su familia¡±, asegura en un hotel madrile?o.

¡°Arabia Saud¨ª nos acusa de fomentar el terrorismo. Pero no tiene pruebas¡±

Tras las dudas sobre el acuerdo de la OPEP el a?o pasado para reducir la producci¨®n, el barril de brent lleg¨® el mi¨¦rcoles a los 59 d¨®lares, su m¨¢ximo desde julio de 2015. En esta subida del precio del petr¨®leo jug¨® un importante papel la incertidumbre ante el refer¨¦ndum de independencia reci¨¦n celebrado en el Kurdist¨¢n iraqu¨ª, y las amenazas turcas. ¡°Si Turqu¨ªa proh¨ªbe las exportaciones de esa zona, desaparecer¨¢n del mercado 500.000 barriles al d¨ªa, una cantidad muy importante. El precio del petr¨®leo no se explica solo por la oferta y la demanda, sino tambi¨¦n por especulaciones y factores psicol¨®gicos¡±, explica Al Attiyah.

Entre los hechos constatables que contribuyen a la subida de precios, cita la recuperaci¨®n de la demanda en pa¨ªses claves de Asia, dado el estancamiento del consumo en Europa. ¡°Tras dos a?os de debilidad, China vuelve al mercado y, en menor medida, India. Es una buena se?al. Ayuda a equilibrar el sector. El crudo a 50 o 55 d¨®lares es muy razonable para consumidores y productores¡±, explica. Al Attiyah dice que pese a llevar 40 a?os en el sector prefiere no hacer pron¨®sticos de precios. ¡°Las crisis no se pueden predecir¡±, argumenta. Tampoco se moja a la hora de valorar el ¨¦xito o fracaso de la pol¨ªtica de reducci¨®n de oferta de la OPEP, aunque s¨ª aventura que si la tendencia actual contin¨²a, este cartel de productores de crudo podr¨ªa dar marcha atr¨¢s y aumentar la oferta.

M¨¢s controvertido es el conflicto que enfrenta a Qatar con Arabia Saud¨ª, Emiratos ?rabes Unidos (EAU), Bahr¨¦in y Egipto, pa¨ªses que este verano decretaron un bloqueo contra su vecino. Qatar respondi¨® con el anuncio de un aumento important¨ªsimo de la producci¨®n de gas natural licuado, del que es primer exportador mundial. El objetivo de pasar en siete a?os de 77 a 100 millones de toneladas anuales no responde, seg¨²n Al Attiyah, a la crisis pol¨ªtica con Riad y sus aliados, sino solo a motivos econ¨®micos. ¡°Simplemente, es que el gas catar¨ª es muy competitivo¡±, a?ade lac¨®nico.

Este antiguo dirigente pol¨ªtico y actual presidente de la fundaci¨®n que lleva su nombre reconoce su sorpresa ante esta crisis. ¡°Nos acusan de fomentar el terrorismo, pero nunca han presentado ni una prueba. Lanzaron esta acusaci¨®n bas¨¢ndose en un discurso de nuestro emir que m¨¢s tarde se demostr¨® que nunca existi¨®. Nos exigieron cerrar el canal Al Yazira, pero es como si un Gobierno extranjero reclama a Espa?a que cierre EL PA?S. Quieren acabar con la libertad de prensa¡±.

Sobre las cr¨ªticas de las ONG: ¡°Qatar es un para¨ªso para los trabajadores¡±

Sobre Mohamed Bin Zayed, el l¨ªder de EAU que se sospecha que puede ser el cerebro tras este conflicto, Al Attiyah se limita a responder: ¡°Lo veo como la cabeza de la serpiente. Quiere desempe?ar un papel m¨¢s importante del que corresponde a su pa¨ªs¡±.

Human Rights Watch acaba de publicar un informe en el que reclama a las autoridades catar¨ªes que investiguen la situaci¨®n de los trabajadores extranjeros, muchos de ellos contratados para el Mundial de F¨²tbol de 2022. La ONG habla de condiciones extremas de calor y humedad que en 2013 originaron la muerte de 520 trabajadores de India, Nepal y Bangladesh. Al Attiyah niega estas acusaciones.

¡°Somos muy abiertos. Que vengan y vean lo que hay. Qatar es un para¨ªso para los trabajadores internacionales. Llegan a un pa¨ªs sin impuestos ni restricciones para transferir dinero a sus pa¨ªses. No estamos en tiempos de la esclavitud. Si no les gusta su contrato, pueden irse cuando quieran. Tenemos 150 nacionalidades de trabajadores y adoran estar aqu¨ª¡±, responde.