El gran reto de los quioscos
En los ¨²ltimos cuatro a?os han cerrado el 15% de los puestos de venta de prensa y revistas. Las asociaciones reclaman que les permitan diversificarse, flexibilidad de las normativas y una revisi¨®n de sus impuestos
Basta observar media hora para ver c¨®mo una mujer se acerca a Juan Jos¨¦ Gonz¨¢lez para preguntarle en qu¨¦ direcci¨®n est¨¢ Ventas, si tiene un mosqu¨¦ton nuevo para el llavero, y que le pidan tabaco. Es quiosquero en la avenida Arturo Soria. ¡°Y no solo eso. Como todos por aqu¨ª saben que me gusta la inform¨¢tica, muchos vienen cada d¨ªa a preguntarme dudas o la gente mayor directamente a que les arregle algo. Tambi¨¦n es normal que les guarde la bolsa con la compra¡±, explica dentro de su puesto. Los quioscos son desde hace a?os el lugar al que los vecinos acuden en busca de mil soluciones y ahora los que las necesitan son los propios vendedores. Son una de las caras de la crisis de los medios impresos, la econ¨®mica y la era de la digitalizaci¨®n. En los ¨²ltimos cuatro a?os han cerrado en toda Espa?a m¨¢s de un 15% de los puntos de venta de peri¨®dicos y revistas, seg¨²n datos de la Agrupaci¨®n Nacional de Vendedores de Publicaciones (ANVP).
¡°Tuvimos que luchar mucho para que las diferentes ordenanzas municipales nos permitieran ampliar nuestro cat¨¢logo e incluir golosinas, agua, juguetes, recargas del metrobus¡ Adaptarnos a todo lo que los clientes necesitan al fin y al cabo¡±, explica Javier Larrea, presidente de la Asociaci¨®n de Vendedores Profesionales de Prensa de Madrid (que agrupa al 80% de los puntos de venta de la capital). ¡°Ahora incluso nos hemos convertido en centro de mensajer¨ªa, la gente compra algo por internet y puede pedir que lo entreguen en nuestros negocios¡±, a?ade Rafael Artacho, presidente de la ANVP en la que se inscriben 15 asociaciones de toda Espa?a. ¡°A finales de los 90 impulsamos un programa inform¨¢tico para que todos los quioscos mejoraran su gesti¨®n y contabilidad y a¨²n hoy seguimos teniendo cursos de formaci¨®n de todo tipo constantemente¡±, comenta Gonz¨¢lez.
Todos ellos hablan de conquistas pasadas y se refieren tambi¨¦n a los retos del futuro, que son muchos si quieren sobrevivir a los cambios culturales y econ¨®micos. Larrea es due?o desde hace cinco a?os del quiosco que abrieron sus abuelos hace 45. Ha vivido los duros comienzos, la bonanza que experimentaron sus padres, y la cuesta arriba que le ha tocado a ¨¦l: ¡°Editores, distribuidores y organismos nos tienen que apoyar y defender el punto de venta tradicional¡±. Entre las medidas que ponen sobre la mesa est¨¢ la de ampliar los puntos que venden loter¨ªa, una mayor flexibilidad en las ordenanzas que les permita adaptarse con m¨¢s rapidez a la demanda, que los impuestos que pagan se adapten a su volumen de venta, la posibilidad de actuar como punto de informaci¨®n tur¨ªstica y ayudas para modernizar sus instalaciones (red wifi, renovaci¨®n del software especializado¡). ¡°Es necesario que partamos todos de unos m¨ªnimos en base a los cuales un quiosco sea un negocio y no una lacra¡±, a?ade Larrea.
Los quiosqueros tambi¨¦n apelan a lo que representan como elemento cultural, al valor del vendedor a pie de calle que conoce el nombre y lo que compran sus clientes. Juan Vicioso, presidente de la Federaci¨®n Madrile?o Castellana de Vendedores Profesionales de Prensa y con 25 a?os al frente de un puesto en Villaviciosa de Od¨®n, explica que la precariedad ¡°afecta a todos¡± y que el hecho de que muchos pueblos se hayan quedado ya sin un quiosco ¡°es algo que ya no se recupera¡±. ¡°Nosotros ponemos las calles cada d¨ªa, cuando un vecino de mi pueblo necesita un euro para coger el bus o le tiene que dejar las llaves a alguien, soy yo el que se encarga¡±, afirma y se refiere a la necesidad de adaptar el pago de impuestos a la situaci¨®n actual de los vendedores.
Todos asumen que la ¨¦poca dorada ya pas¨® y est¨¢n dispuestos a afrontar lo que viene, pero necesitan y reclaman ayuda para seguir ocupando su lugar. La mayor¨ªa recuerda con cari?o y como d¨ªas de especial intensidad los de la Loter¨ªa Nacional o esta u otra colecci¨®n de peri¨®dico que se agotaba en cuesti¨®n de horas. Son conscientes de que que los vol¨²menes que manejaban en los 80 y 90 probablemente no vuelvan y por eso quieren diversificarse. ¡°En esa ¨¦poca no pod¨ªas pararte casi ni a anotar lo que estabas vendiendo. Ahora, al menos en mi caso, me permito abrir un poco m¨¢s tarde, sobre las 7.00 y los fines de semana trabajo menos horas¡±, apunta Gonz¨¢lez, que lleva al frente de su puesto de Arturo Soria desde 1978. Su quiosco ha cambiado mucho desde entonces, ahora est¨¢ rodeado de cromos, spinners, mecheros y chicles, y espera y desea jubilarse aqu¨ª: ¡°Es algo que te tiene que gustar y a m¨ª me gusta. Pero tanto un d¨ªa soleado como hoy, como el que hace viento y lluvia¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.