Pol¨ªticas que frenan el progreso
Mientras muchos trabajan para avanzar en los objetivos de desarrollo, falsos pol¨ªticos alzan nuevas barreras para impedirlo
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Existen 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas cuyo fin es abordar problemas como la pobreza, el hambre, las enfermedades, la desigualdad, el cambio clim¨¢tico, la degradaci¨®n ecol¨®gica y muchos otros. Sin duda, 17 es una cifra muy alta. Como supuestamente dec¨ªa Federico el Grande, ¡°el que defiende todo no defiende nada¡±. De forma similar, aquellos que ponen ¨¦nfasis en todo no lo hacen en nada. Esto pone de relieve el problema de fijar metas por medio de consenso: pueden acabar siendo una lista de deseos para todo lo que no sea un para¨ªso en la tierra. Para resultar eficaces, los objetivos deben funcionar como autopistas de peaje: que permitan avanzar a un destino espec¨ªfico mucho m¨¢s r¨¢pido que si se hubiera tomado la ruta panor¨¢mica. Por lo tanto, el prop¨®sito de la formaci¨®n de consensos deber¨ªa ser llevarnos a la v¨ªa de acceso a la autopista, despu¨¦s de lo cual cueste m¨¢s hacer un giro equivocado o cambiar de rumbo.
Todav¨ªa podr¨ªan aparecer obst¨¢culos en el camino. Para Andrew Sheng de la Universidad de Tsinghua y Xiao Geng de la Universidad de Hong Kong, algunos de ellos son ¡°la disrupci¨®n tecnol¨®gica, las rivalidades geopol¨ªticas y la creciente desigualdad social¡±, pero sobre todo ¡°los llamamientos populistas a pol¨ªticas nacionalistas, incluido el proteccionismo comercial¡±.
Sheng y Geng ven un mundo donde ¡°sigue reinando el Estado soberano, con intereses nacionales que eclipsan los objetivos comunes¡±. Se?alan que, tanto para las econom¨ªas avanzadas como para las en desarrollo, ¡°pagar por los bienes p¨²blicos globales resulta cada vez menos atractivo¡±, dado que ¡°tanto la gobernanza democr¨¢tica como la autoritaria¡± han luchado para proporcionar un ¡°desarrollo equitativo¡±. Concluyen que ¡°lograr los ODS probablemente ser¨¢ imposible¡± en un mundo sujeto al ¡°anticuado modelo de estados-naci¨®n de Westfalia¡±. A fin de cuentas, ¡°no existe un mecanismo tributario mundial para garantizar el suministro de los bienes p¨²blicos globales¡± y ¡°no hay pol¨ªticas monetarias o de bienestar globales para mantener la estabilidad de los precios y la paz social¡±.
Mark Suzman, de la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates, sostiene que otro obst¨¢culo reside en que ¡°sin un enfoque m¨¢s deliberado y basado en datos sobre las necesidades de las mujeres y las ni?as en particular, se ver¨¢ afectado el progreso hacia una gran variedad de objetivos [ODS]¡±. En los ¨²ltimos dos siglos el mundo ha hecho avances significativos en la reducci¨®n de la mortalidad infantil, de manera que una mujer media ya no tiene que pasar cinco a?os de su vida embarazada y otros diez a?os amamantando. Sin embargo, los sistemas patriarcales tradicionales siguen impidiendo a las mujeres hacer las contribuciones de las que ser¨ªan capaces y, a falta de m¨¢s informaci¨®n, no podemos ver d¨®nde est¨¢n ocurriendo esos impedimentos.
Mientras muchos trabajan para avanzar en los objetivos de desarrollo, falsos pol¨ªticos alzan nuevas barreras para impedirlo
Por su parte, el economista y premio Nobel Michael Spence advierte que mientras existan ¡°patrones de crecimiento no inclusivo¡± tanto en las econom¨ªas en desarrollo como en las avanzadas, habr¨¢ pocas esperanzas de ¡°reducir la pobreza y satisfacer las aspiraciones humanas b¨¢sicas de salud, seguridad y de poder contribuir de manera productiva y creativa a la sociedad¡±. Y, para complicar a¨²n m¨¢s las cosas, se corre el riesgo de que el crecimiento desigual alimente ¡°la agitaci¨®n pol¨ªtica o social, a menudo marcada por una polarizaci¨®n ideol¨®gica o ¨¦tnica que conduzca a grandes virajes pol¨ªticos o a una par¨¢lisis pol¨ªtica¡±.
Por otra parte, Kaushik Basu, de la Universidad de Cornell, lamenta que una ¡°desaceleraci¨®n del crecimiento¡± de la India (que fuera ¡°el modelo de estabilidad pol¨ªtica y crecimiento econ¨®mico entre las econom¨ªas emergentes¡±) se haya convertido en una ¡°fuente de profunda preocupaci¨®n no solo en el pa¨ªs sino en todo el mundo¡±. Para corregir el rumbo del barco indio, Basu pide al gobierno que centre sus esfuerzos de desarrollo en sectores espec¨ªficos como la salud, la educaci¨®n y el turismo m¨¦dico, y que haga m¨¢s para atraer inversiones de capital.
Para m¨ª, una preocupaci¨®n que se trasluce en todas estas observaciones no es tanto la econom¨ªa sino la pol¨ªtica y la gente, y una pol¨ªtica de la gente. Nuestra generaci¨®n vive en un mundo m¨¢s rico que nunca. En teor¨ªa, deber¨ªa ser f¨¢cil garantizar que todas las personas tengan la nutrici¨®n y la atenci¨®n m¨¦dica que necesitan para vivir una vida plena. Deber¨ªa ser bastante sencillo educar a todos para que puedan hacer el mejor uso de las tecnolog¨ªas modernas y los dem¨¢s recursos a su disposici¨®n. Y deber¨ªa ser evidente para todos, incluso para los m¨¢s ricos, que proporcionar bienestar en la vejez y prosperidad para la pr¨®xima generaci¨®n exige que los m¨¢s acaudalados paguen impuestos suficientes para que el crecimiento se comparta de manera verdadera y equitativa.
Tal vez es hora de dejar de pensar en t¨¦rminos de lo que merecemos y dar otro enfoque a los programas para el progreso
El problema radica en que mientras muchos trabajan para avanzar en los ODS, falsos pol¨ªticos (y algunas falsas pol¨ªticas) levantan nuevas barreras avivando la animadversi¨®n hacia aquellos que m¨¢s se han beneficiado del crecimiento desigual, as¨ª como los que han quedado excluidos. En Estados Unidos, esto se puede ver cada hora en Fox News, donde habitualmente se denigra a trabajadores mexicanos de autopartes, refugiados salvadore?os, musulmanes, estadounidenses no blancos ¡°ingratos¡± y ¡°globalistas¡± de toda clase. Por supuesto, se puede observar lo mismo en otros pa¨ªses alrededor del mundo.
Pero muchos de los que ven las noticias del cable (o leen sobre los ODS) provienen del 50% m¨¢s alto en la distribuci¨®n de ingresos del norte del planeta o del 20% m¨¢s alto del sur. Somos quienes debemos estar lo suficientemente agradecidos por nuestras circunstancias. Algunos de nosotros tenemos mucho m¨¢s que otros; pero todos tenemos mucho m¨¢s de lo que merecemos. Entonces tal vez deber¨ªamos dejar en absoluto de pensar en t¨¦rminos de lo que se ¡°merece¡±. ¡°Para nosotros cada uno de nosotros se merece todo¡±, nos recuerda un personaje de la novela de 1974 Los despose¨ªdos de Ursula K. Le Guin, ¡°y cada uno de nosotros no se merece nada¡±.
En otras palabras, lograr los ODS puede requerir un enfoque radicalmente distinto. ¡°Libera tu mente de la idea de merecer, de la idea de ganarte la vida¡±, contin¨²a el personaje de Le Guin, ¡°y empezar¨¢s a ser capaz de pensar¡±.
J. Bradford DeLong, ex subsecretario adjunto del Tesoro de Estados Unidos, es profesor de Econom¨ªa en la Universidad de California en Berkeley e investigador asociado en la Oficina Nacional de Investigaciones Econ¨®micas.
Copyright: Project Syndicate, 2017.
www.project-syndicate.org
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