La OCDE alerta del riesgo de pobreza en los futuros jubilados espa?oles

La OCDE compara la situaci¨®n de los pensionistas espa?oles con los de la media de los pa¨ªses ricos. Y llega a la conclusi¨®n de que mientras los primeros dependen casi totalmente de los ingresos que obtuvieron durante su vida laboral, en los otros pa¨ªses este v¨ªnculo es m¨¢s d¨¦bil. ¡°Esto derivar¨¢ en una mayor desigualdad en los ingresos de los futuros pensionistas¡±, asegura la ficha sobre Espa?a que acompa?a al estudio.

Mientras que los jubilados de los pa¨ªses de la OCDE reciben en torno a dos tercios de sus pensiones en funci¨®n de sus ingresos previos, en el caso de Espa?a este porcentaje es de casi el 100%. El cambio en el c¨¢lculo de las pensiones espa?olas ¡ªque entr¨® en vigor en 2014 y que implicaba el abandono del IPC como base para revalorizar las pensiones, y su sustituci¨®n por un m¨ªnimo del 0,25%¡ª contribuir¨¢ a reducir los pagos a los futuros pensionistas.

¡°Espa?a no dispone de fuertes redes de seguridad que redistribuyan los ingresos de las pensiones, al contrario que muchos pa¨ªses de la OCDE que tienen estos mecanismos como complemento de los esquemas ligados a los ingresos previos¡±, a?ade el texto. ¡°En otros pa¨ªses, el sistema de pensiones se basa m¨¢s en una redistribuci¨®n directa (Dinamarca) o en una f¨®rmula de redistribuci¨®n progresiva (Rep¨²blica Checa)¡±, aclara Herv¨¦ Boulhol, autor del informe y economista senior de la OCDE. El panorama que pinta este organismo para los pensionistas es especialmente negro para los menos educados y para las mujeres que abandonaron el mercado laboral para ocuparse de sus hijos u otros familiares. ¡°El r¨¢pido envejecimiento de la poblaci¨®n espa?ola va a magnificar los problemas creados por unos ingresos insuficientes y una mayor desigualdad¡± contin¨²a.

El organismo tambi¨¦n alerta sobre los elevados niveles de pobreza en Espa?a, que aumentaron durante la crisis que comenz¨® en 2007, un problema especialmente agudo entre los ni?os. Esta pobreza infantil suele acarrear problemas durante la vida adulta. ¡°Es necesario emprender acciones ahora para evitar que estas desigualdades arraiguen¡±, a?ade la nota de la OCDE sobre Espa?a.

El estudio del organismo aborda el fen¨®meno del ¡°desigualdad durante la vejez¡± en todo el mundo. Y saca conclusiones preocupantes. Por ejemplo, que los j¨®venes actuales corren el riesgo de afrontar unos niveles de pobreza y desigualdad mucho mayores que sus padres. Estas generaciones vivir¨¢n m¨¢s y est¨¢n experimentando unas condiciones laborales cada vez m¨¢s inestables y una distribuci¨®n de la riqueza en la que abundan los extremos: unos pocos que ganan mucho y unos muchos que ganan poco. ¡°Esto contribuye a ampliar la desigualdad en las edades avanzadas, mientras que las disparidades socio-econ¨®micas en la salud siguen siendo grandes¡±, alerta la OCDE.

Los problemas ligados a la desigualdad en las edades avanzadas son m¨¢s agudos a¨²n en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, muchos de los cuales experimenta un r¨¢pido envejecimiento de la poblaci¨®n sin tener un eficiente sistema de protecci¨®n social.

Es cierto que en la mayor¨ªa de los pa¨ªses los ingresos medios de la poblaci¨®n son a¨²n mayores que los de los grupos de edad parecidos de generaciones anteriores, pero esta situaci¨®n est¨¢ cambiando y ya no ocurre con los nacidos a partir de los a?os sesenta del siglo pasado, que empiezan a ver c¨®mo sus retribuciones son inferiores a las que ten¨ªan sus padres a su edad. ¡°La desigualdad en los ingresos ha crecido de generaci¨®n en generaci¨®n en dos terceras partes de los pa¨ªses analizados, sobre todo entre los m¨¢s j¨®venes¡±, confirma la OCDE.

En su informe, el club de pa¨ªses ricos rastrea la desigualdad no solo en funci¨®n de la edad, sino relacionado con factores tan dispares como la salud ¡ªlas personas con problemas sanitarios suelen ganar menos¡ª, la educaci¨®n ¡ªlos que tienen bajos niveles formativos tienden a dejar de trabajar antes¡ª, o el sexo ¡ªlas pensiones que cobran las mujeres mayores de 65 a?os son un 27% inferiores que las de los hombres; y la pobreza en la vejez afecta mucho m¨¢s a ellas que a ellos¡ª.

¡°Un hombre universitario de 25 a?os tiene una esperanza de vida al menos ocho a?os mayor que otra persona con sus mismas caracter¨ªsticas pero sin estudios. La diferencia con una mujer es de 4,6 a?os¡±, concluye el estudio.