Renta m¨ªnima al rescate
La pol¨ªtica del Partido Popular impide poner en marcha acciones necesarias para afrontar el problema creciente de la pobreza en familias monoparentales
Los cambios sociales irrumpen a veces con fuerza, pero sin aviso previo, en las estructuras econ¨®micas, sobre todo en las fiscales y en las de consumo. La multiplicaci¨®n de las familias monoparentales responde a este car¨¢cter de cambio silencioso que se mueve por debajo de la percepci¨®n del espectador y que s¨®lo se aprecia con el paso del tiempo. ?Que se entiende por familia monoparental? Pues la que se soporta sobre un ¨²nico cabeza de familia (faltan el padre o la madre, por diversas causas) y cuida de hijos o dependientes a su cargo. La tipificaci¨®n monoparental no ofrece dudas. Lo que produce m¨¢s inquietud es el tratamiento econ¨®mico-administrativo del monoparentalismo. En el siguiente sentido.
?Debe tratarse la familia monoparental con aproximaciones de discriminaci¨®n positiva, como las que se aplican a otros grupos de poblaci¨®n? ?O hay que atender a la renta de cada familia y actuar en consecuencia? Por ejemplo, las familias con uno s¨®lo de los padres tienen evidentes dificultades para gestionar la educaci¨®n de los hijos, puesto que el sost¨¦n econ¨®mico de la familia tiene que trabajar; y las estad¨ªsticas demuestran que las familias monoparentales tienen un mayor sesgo hacia las rentas bajas y la pobreza, precisamente porque no hay posibilidad de duplicar los ingresos en la cabeza de la familia en la mayor¨ªa de los casos. Pero tampoco cabe excluir la posibilidad de unidades monoparentales con elevados ingresos. Por lo tanto, el procedimiento m¨¢s ajustado deber¨ªa ser la medici¨®n de la renta.
La respuesta comercial ha detectado r¨¢pidamente el fen¨®meno social y ha articulado con presteza respuestas para aumentar la cuota de mercado entre las nuevas modalidades familiares. Ayudas, ofertas, precios especiales... El mercado inmobiliario tambi¨¦n se ha propuesto facilitar viviendas o pisos para dimensiones familares menos amplias. Hay que ocupar nuevos nichos de negocio (es la franja familiar que m¨¢s crece) y, a ser posible, adecuarse a la situaci¨®n econ¨®mica de cada segmento de renta. Las unidades monoparentales tienen formas algo diferentes de vivir. Con frecuencia, el ¨²nico adulto que trabaja necesita tiempo para ocuparse de los hijos o personas dependientes que viven en su hogar. Y, por lo tanto, sus exigencias laborales tambi¨¦n son distintas. En este caso, la conciliaci¨®n casa relativamente bien con los empleos a tiempo parcial, por ejemplo. Esta circunstancia concreta ilustra perfectamente sobre las dificultades de ingresos y de estabilidad econ¨®mica que pueden aparecer en la franja familiar monoparentalista.
Todo lo anterior se refiere fundamentalmente a lo que hay: descripci¨®n de unidades econ¨®micas, caracter¨ªsticas y debilidades m¨¢s respuestas de los grupos comerciales y tambi¨¦n en algunos casos (pocos) de las Administraciones p¨²blicas. Pero de lo que en realidad hay que debatir es de cu¨¢les son las soluciones adecuadas para corregir la tendencia a la pobreza y a las rentas bajas de estos grupos familiares. Y la ¨²nica soluci¨®n v¨¢lida y universal ¡ªen tanto que protege adem¨¢s a otros grupos necesitados de protecci¨®n social¡ª para atenuar el sesgo hacia la pobreza de las familias con una sola fuente de renta (precaria adem¨¢s por lo general) es establecer un programa escalonado y estructurado de renta m¨ªnima garantizada. La pregunta decisiva hoy sigue siendo la misma que se hicieron otros pa¨ªses en los que se suscit¨® el debate ?es posible hoy instaurar una renta m¨ªnima, de forma que queden protegidos grupos de poblaci¨®n damnificados por el desempleo o, como en el caso que nos ocupa, o por situaciones familiares de especial debilidad de ingresos?
La respuesta es que con la pol¨ªtica econ¨®mica y fiscal del Gobierno, no. La reducci¨®n sistem¨¢tica de ingresos, la obsesi¨®n por recortar impuestos, debilita hasta la extenuaci¨®n la capacidad de intervenci¨®n del Gobierno.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.