Tanto tiempo como sea necesario
Draghi practica la cetrer¨ªa fina: ha sabido poner la caperuza de cuero a una paloma
Antes de que el debate sobre la pol¨ªtica monetaria se centre en la sucesi¨®n al frente de los dos principales bancos centrales mundiales, Mario Draghi ha protagonizado un importante cambio en la eurozona con esa ya reconocida habilidad de hacerlo sin traumatismos. Cetrer¨ªa fina. En lugar de lanzar un halc¨®n, ha puesto la caperuza de cuero a una paloma. Ha desconectado alguna v¨ªa de medicaci¨®n de un paciente a¨²n dependiente de la misma, pero la ha ofrecido un nuevo mantra para inspirar su recuperaci¨®n. El famoso "har¨¦ todo lo que sea necesario" (whatever it takes) ha sido sustituido por "tanto tiempo como sea necesario" (as long as necessary).
Se viene hablando del equilibrado cuarteto que ha sido la pol¨ªtica monetaria del BCE en los ¨²ltimos a?os: tipos de inter¨¦s reducidos, un enorme balance, la capacidad de preanunciar al mercado la senda prevista de las acciones monetarias (forward guidance) y la expansi¨®n cuantitativa, la llamada QE. Esta ¨²ltima ha sido una solista excepcional cuyo papel est¨¢ llamado a reducirse, lo cual obliga a elevar el tono de otros instrumentos. En particular, el forward guidance puede haber ganado extraordinaria relevancia.
La reducci¨®n de las compras de activos no es un trauma. La pol¨ªtica monetaria sigue siendo muy expansiva. Es dif¨ªcil pensar que en septiembre de 2018 se levante acta de defunci¨®n del QE. El BCE se?ala que ser¨¢ preciso haber llegado a una pauta de ajuste sostenible de la inflaci¨®n "acorde a su objetivo de largo plazo". No solo que los precios crezcan un 2%, sino que ese nivel se mantenga sin grandes variaciones. Lo cual implica un clima econ¨®mico de estabilidad sin sobresaltos. Pero en estos d¨ªas siempre hay motivos para no dormir y temas como el Brexit o Catalu?a se unen al cat¨¢logo de cap¨ªtulos de insomnio.
La diferencia entre tirar progresivamente de los cabos y recoger todas las amarras es lo que marca la pol¨ªtica monetaria tanto en Europa como en Estados Unidos. Esta fue una de las principales conclusiones de un encuentro de alto nivel celebrado ayer en Funcas sobre la econom¨ªa posterior al QE. Para la Reserva Federal (Fed), subir los tipos puede tener sus riesgos pero siempre deja un margen para volver a bajarlos con el que no se contaba hace poco tiempo. Para el BCE, subir los tipos est¨¢ fuera de la agenda por ahora ¡ªentre otras cosas, como se indic¨® la semana pasada, para no repetir los errores de 2008 y 2011¡ª pero las facilidades de liquidez pueden volver a ampliarse (en plazo o cantidad) si fuera necesario.
Esta flexibilidad no es del agrado de la facci¨®n m¨¢s dura (alemana) del consejo de gobierno del BCE y puede ser una clave para decidir qui¨¦n sustituir¨¢ a Mario Draghi. La eurozona podr¨ªa no digerir bien un cambio excesivamente ¨¢spero en el estilo de mando de sus designios monetarios. Mucho menos si la dureza fuera tan previsible que no dejara espacio alguno para la sorpresa. Ser¨ªa un forward guidance sin esencia que unir al fin del QE. Del cuarteto al dueto.
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