El seguro de desempleo deja de ser deficitario por la ca¨ªda de prestaciones

Entre 2009 y 2013, el lustro m¨¢s duro de la crisis, el gasto para proteger a los parados lleg¨® a superar los 30.000 millones al a?o. Lo que se recaudaba por cotizaciones por desempleo quedaba muy lejos de ser suficiente para afrontar esa factura. El agujero se ha ido cerrando en los ¨²ltimos ejercicios.?Ya en 2016 acab¨® ligeramente en positivo pese a que el saldo todav¨ªa era negativo a tres meses para acabar el a?o. En 2017, en cambio, hasta septiembre el super¨¢vit se acerca a los 1.500 millones. Conclusi¨®n: el Ministerio de Hacienda no tendr¨¢ que poner el dinero que falta para pagar las llamadas pol¨ªticas laborales pasivas, que son un derecho subjetivo de los trabajadores acumulado al pagar cotizaciones cuando tienen empleo.

Todo indica que este resultado positivo aumentar¨¢ hasta finales de diciembre, porque hasta septiembre las prestaciones y subsidios han consumido 13.200 millones, un 7,5% menos que en el mismo periodo de 2016. En cambio, durante estos nueve meses se han ingresado 14.674 millones, un 11% m¨¢s.

A la hora de buscar explicaciones de esta evoluci¨®n hay una evidente: la mejora laboral. La creaci¨®n de empleo reduce el n¨²mero de parados e incrementa la recaudaci¨®n por cotizaciones. Esto se ve, por ejemplo, en la ca¨ªda de las solicitudes de altas de prestaciones en el?Servicio P¨²blico de Empleo, que han bajado un 6,3% en lo que va de a?o. Y en la reducci¨®n del paro registrado, que ha descendido un 7,9% en los ¨²ltimos 12 meses.

Pero tambi¨¦n est¨¢ presente la baja tasa de cobertura del desempleo. Este a?o se sit¨²a en una media del 55,1%, seg¨²n la estimaci¨®n del Ministerio de Empleo, muy lejos del 75% o m¨¢s registrado cuando el gasto superaba los 30.000 millones.

En esa ca¨ªda influye el propio dise?o de la protecci¨®n por desempleo: al principio se percibe la prestaci¨®n contributiva, normalmente la ayuda m¨¢s cuantiosa, hasta un m¨¢ximo de dos a?os; posteriormente hay un abanico de subsidios, rentas y apoyos extraordinarios creados durante la crisis que, salvo en algunos casos, tambi¨¦n tienen una duraci¨®n limitada. Y la crisis en Espa?a est¨¢ siendo muy larga: el nivel de paro actual todav¨ªa es muy alto, m¨¢s a¨²n si se compara con los pa¨ªses del entorno, y peor todav¨ªa en el desempleo de larga duraci¨®n (que alcanza al 50% de parados).

A esto hay que a?adir?los recortes que se aplicaron a las ayudas al desempleo en 2012 y 2013, y el escaso desarrollo de la ¨²ltima ayuda creada para parados de larga duraci¨®n, que queda muy lejos de llegar a los beneficiarios potenciales a los que se anunci¨® que ayudar¨ªa.

Un ejemplo de c¨®mo impactan a¨²n los recortes de 2012 es la reducci¨®n de las prestaciones por desempleo a partir del sexto mes, que consisti¨® en bajar la ayuda percibida del 60% al 50% de la base reguladora (un concepto que se aproxima a los ¨²ltimos sueldos percibidos) a partir del sexto mes en el que se cobra la prestaci¨®n. El primer medio a?o se percibe el 70%, pero la mayor¨ªa de beneficiarios supera ese l¨ªmite: en 2016 un parado percib¨ªa la prestaci¨®n durante una media de 413 d¨ªas y el 72% superaban el medio a?o.