Compartamos aire y coche
En las ¨²ltimas semanas, los niveles de contaminaci¨®n del aire en las ciudades han vuelto a sobrepasar los niveles m¨¢ximos de riesgo para la salud y, en el caso de Madrid, ha supuesto diez d¨ªas consecutivos de activaci¨®n del protocolo de emergencia de calidad del aire. Si bien el cese de las lluvias oto?ales ha sido un c¨®mplice puntual, este problema hunde sus ra¨ªces en el modelo urban¨ªstico y de movilidad existente. Cada d¨ªa ingresan un mill¨®n de coches desde la periferia, emitiendo gases contaminantes que respiran los residentes de la ciudad.
Y es que Madrid re¨²ne las condiciones id¨®neas para una escalada de contaminaci¨®n: elevada renta per c¨¢pita, dispersi¨®n urban¨ªstica de centros de trabajo y ¨¢reas residenciales e inexistencia de planes de movilidad que incorporen incentivos a la sustituci¨®n del veh¨ªculo privado de uso particular por modos alternativos.
La relaci¨®n entre calidad del aire y salud atesora numerosas evidencias cient¨ªficas con conclusiones alarmantes, por la vinculaci¨®n inequ¨ªvoca entre la p¨¦sima calidad del aire que se respira en las ciudades y la incidencia de diversas patolog¨ªas respiratorias, cardiacas, dermatol¨®gicas, as¨ª como enfermedades cr¨®nicas y muertes prematuras, especialmente en los colectivos m¨¢s vulnerables: ni?os y ancianos. Traducido a euros, la ¡®factura sanitaria¡¯ de la contaminaci¨®n urbana se sit¨²a entre 16.839 y 45.838 millones de euros anuales, seg¨²n un estudio de Fundaci¨®n Mapfre. Traducido a vidas humanas, la exposici¨®n al aire contaminado es la causa de muerte de 7.000 personas al a?o en Espa?a, seg¨²n la OMS.
El coche particular es responsable de m¨¢s de un 60% de las emisiones de gases NOx en las ciudades, por lo que la manera de producir y organizar la movilidad deber¨ªa ser hoy una prioridad urgente para todos los responsables p¨²blicos competentes. Como sociedad, debemos plantearnos si es eficiente asignar m¨¢s recursos a facilitar la libre circulaci¨®n de veh¨ªculos particulares que a garantizar el bienestar y la salud de las personas. Al margen de otras pol¨ªticas efectivas (como los peajes urbanos o los l¨ªmites de velocidad) parecer¨ªa razonable centrar esfuerzos en mejorar las brechas que existen hoy en el transporte p¨²blico (frecuencias, v¨ªas exclusivas, billete integrado, aparcamientos disuasorios, cobertura de la ¨²ltima milla en origen y/o destino, etc¨¦tera) y apostar por compartir, no solo el aire que respiramos, sino tambi¨¦n el veh¨ªculo.
Teniendo en cuenta que los veh¨ªculos est¨¢n ociosos el 90% de su vida ¨²til, que cubrir la ¨²ltima milla siempre va a requerir agentes privados, y que la tecnolog¨ªa disponible al alcance de nuestro m¨®vil ofrece soluciones digitales que facilitan el acto de compartir (carpooling), resulta m¨¢s que razonable estudiar su autorizaci¨®n regulatoria.
Pablo Hern¨¢ndez Gonz¨¢lez y Ver¨®nica L¨®pez Sabater son profesores de Afi Escuela de Finanzas.
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