Bruselas ya prepara una pol¨ªtica agraria sin Reino Unido

?ste a?o que termina la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n ha cumplido los 55 a?os. Y, desde siempre, ha sido una de las mayores partidas comunitarias, aunque ha rebajado su importancia en el presupuesto europeo desde el 75% que fue anta?o hasta el algo m¨¢s del 40% que representa hoy.?En el periodo de 2014 a 2020, los pagos directos de la PAC en toda la UE se sit¨²an en 298.000 millones de euros de los que 35.700 corresponden a Espa?a.

A¨²n as¨ª, es mucho dinero, dinero del que Bruselas quiere disponer para sus pol¨ªticas de seguridad, inmigraci¨®n o empleo. Es por eso que la Comisi¨®n Europea ya se ha puesto manos a la obra para una reforma con vistas al futuro, m¨¢xime ahora que las contribuciones de Reino Unido al fondo (que ascienden a 3.400 millones de euros anuales) est¨¢n destinadas a secarse. El mantenimiento de los pagos directos para el sector agrario y una mayor distribuci¨®n de los fondos entre explotaciones y los pa¨ªses constituyen dos de los puntos fundamentales sobre los que la Comisi¨®n pretende elaborar las pol¨ªticas que vigorar¨¢n a partir de 2020.?

A un a?o de que se presenten las propuestas normativas para la nueva reforma, Bruselas pone especial inter¨¦s en la necesidad de introducir cambios en la distribuci¨®n de los fondos para que haya un mayor equilibrio en su reparto en beneficio de las explotaciones peque?as y medianas; hoy en d¨ªa,?un 20% de las siete millones de explotaciones cobra el 80% de los fondos.?

Actualmente, cada pa¨ªs ya tiene la posibilidad de limitar las ayudas que puede recibir cada explotaci¨®n en 150.000 euros; en el caso de Espa?a, el gobierno decidi¨® aplicar a partir de esa cifra una reducci¨®n del 5%. En un documento previo, Bruselas planteaba la posibilidad de fijar un techo de entre los 60.000 y los 100.000 euros.Finalmente Bruselas ha optado por no hablar de techos y se limita a se?alar un cambio en el reparto en beneficio de los peque?os.

Entre otras cuestiones, Bruselas apuesta por condicionar la recepci¨®n de fondos al respeto al medio ambiente; mayor inversi¨®n para nuevas tecnolog¨ªas; impulsar el cambio de infraestructuras como v¨ªa para mejorar las rentas agr¨ªcolas; nuevos instrumentos financieros, nuevos mecanismos para la gesti¨®n de riesgos y, sobre todo, m¨¢s apoyos para incorporar a los j¨®venes al sector: solo un 6% de los agricultores europeos tiene menos de 35 a?os.?Igualmente se quieren corregir progresivamente las diferencias de pagos entre explotaciones de los pa¨ªses del este (que ganan peso pol¨ªtico con la salida de Reino Unido de la Uni¨®n) y de los viejos pa¨ªses miembros.

Bruselas se?ala como prioritarios para cobrar los fondos quienes tienen en la actividad agraria a su forma de vida, quienes viven de la agricultura. La Comisi¨®n no entra a definir la figura de agricultor activo como destinatario prioritario de las ayudas. Actualmente en Espa?a se considera activo a quien obtiene al menos un 20% de sus ingresos por la venta de sus productos. La Comunicaci¨®n no aborda la cuesti¨®n de la cofinanciaci¨®n de las ayudas por cada pa¨ªs, algo a lo que se opon¨ªa la propia Comisi¨®n en un borrador anterior; Espa?a rechaza la idea.

El mantenimiento de las ayudas directas era una de las prioridades de las asociaciones agrarias espa?olas (Asaja, UPA y COAG) y de las cooperativas agroalimentarias. Sin embargo, la falta de mecanismos para la regulaci¨®n de los mercados como instrumentos de rentas y la ambig¨¹edad acerca de la cofinanciaci¨®n hacen que esta satisfacci¨®n del sector no sea m¨¢s que discreta.