Los pr¨®ximos pasos de la industria
Los presidentes de Siemens Espa?a y Volkswagen Espa?a debaten en EL PA?S c¨®mo la digitalizaci¨®n ya ha cambiado para siempre sus negocios
Hay revoluciones que son evidentes a simple vista. Otras llegan de forma m¨¢s gradual, y cuando nos queremos dar cuenta est¨¢n m¨¢s que consolidadas; parad¨®jicamente, estas suelen ser las revoluciones que, hist¨®ricamente, suelen tener m¨¢s relevancia. La revoluci¨®n digital en la industria es una de estas revoluciones. Ya no se trata de si va a suceder o si est¨¢ sucediendo; ese debate qued¨® atr¨¢s. Ahora se trata de gestionar sus consecuencias y prepararse para el pr¨®ximo paso. Es para debatir sobre estos retos empresariales ante la digitalizaci¨®n que EL PA?S ha organizado un encuentro entre Rosa Garc¨ªa, presidenta y consejera delegada de Siemens Espa?a, y Francisco P¨¦rez Botello, presidente del grupo Volkswagen en Espa?a. El encuentro estuvo patrocinado por Siemens.?
La digitalizaci¨®n se ha convertido en la herramienta por la cual las empresas se diferencian de sus rivales. Pero no todas lo hacen de la misma manera. "Los europeos somos m¨¢s conservadores que en Estados Unidos", reflexiona Garc¨ªa. "All¨ª utilizan la digitalizaci¨®n para crecer econ¨®micamente; nosotros, para ahorrar dinero y energ¨ªa". En todo caso, las empresas que se toman en serio los cambios de competitividad tienen ventaja.?
La reducci¨®n de costes consecuencia de la digitalizaci¨®n se refleja de muchas maneras. "Antes se hac¨ªan much¨ªsimas m¨¢s pruebas y prototipos", indica Garc¨ªa. "Ahora tenemos sistemas que permiten posicionar las plantas e¨®licas a trav¨¦s de realidad virtual, teniendo en cuenta el relieve y los vientos dominantes". "El ciclo de producto, desde la idea hasta que sale de f¨¢brica, ha pasado de ser de siete a tres a?os, y sigue cayendo", recuerda P¨¦rez Botello.
El dinero, no obstante, no es el principal motor del cambio. "Es lo que quieren los clientes", contin¨²a Garc¨ªa. Ese cambio se refleja en varias facetas. "El tiempo es el nuevo valor premium", considera P¨¦rez Botello. "Las empresas que sepan ofrecer a los clientes la posibilidad de interactuar lo m¨¢s r¨¢pidamente posible son las que tendr¨¢n ventaja". "Todos queremos algo personalizado, pero no estamos dispuestos a pagar m¨¢s por ello", considera Garc¨ªa. "Eso obliga a crear productos sofisticados, complejos e interconectados que a la vez tengan la impresi¨®n de simples".
En pocos negocios ese cambio se ha hecho tan notable como el del autom¨®vil. "Nuestro modelo de negocio va a cambiar m¨¢s en los pr¨®ximos cinco a?os que lo que ha cambiado en un siglo", apunta P¨¦rez Botello. "Salvo la introducci¨®n de la financiaci¨®n, seguimos vendiendo b¨¢sicamente el mismo producto de la misma manera. Pero ya no. Hay tres ejes disruptores: el motor el¨¦ctrico (junto con la evoluci¨®n del t¨¦rmico), la propiedad del coche y qui¨¦n o qu¨¦ lo va a conducir. Nosotros estamos pasando a ser una empresa proveedora de servicios de movilidad".
Para el consejero delegado de Volkswagen Espa?a, "lo que va a cambiar el mundo es el coche aut¨®nomo". "Estamos avanzando muy r¨¢pido", se?ala. "El Audi A8 ya es pr¨¢cticamente aut¨®nomo por debajo de los 60 kil¨®metros por hora".
El cambio de paradigma puede igualmente cambiar el perfil de las ciudades. Aproximadamente el 80% del espacio vial est¨¢ dedicado al autom¨®vil", considera P¨¦rez Botello. "El veh¨ªculo aut¨®nomo puede necesitar mucho menos". "El coche aut¨®nomo puede permitir aparcamientos sat¨¦lite: dejas el coche, este va solo a un aparcamiento en las afueras y vuelve cuando lo necesita", a?ade Garc¨ªa. "La bater¨ªa del coche el¨¦ctrico puede convertirse en parte de la vivienda", sugiere P¨¦rez Botello.
No es el ¨²nico cambio que han de vivir las urbes. "Pek¨ªn y Shangh¨¢i ya est¨¢n limitando el n¨²mero de habitantes", apunta Garc¨ªa. "El objetivo es una ciudad sostenible en todos los aspectos: con edificios que produzcan y consuman energ¨ªa eficiente, mucho m¨¢s seguros y con capacidad de respuesta a los problemas". Todo esto definido bajo el paraguas de smart city, aunque la consejera delegada de Siemens Espa?a reconoce que "el concepto se ha quemado". Para Garc¨ªa, el problema es que "cuando se empez¨® a mover la idea, no ten¨ªamos ni la tecnolog¨ªa ni la visi¨®n para hacerlo realidad".
Una afirmaci¨®n recurrente es la escasez de trabajadores con perfiles cient¨ªficos, necesarios para el cambio de paradigma tecnol¨®gico. No es el ¨²nico problema. "Aparte de matem¨¢ticos, en Espa?a faltan vocaciones t¨¦cnicas", opina Garc¨ªa. "Pero tambi¨¦n hay que saber lengua e historia, porque para desarrollar la inteligencia artificial hay que saber c¨®mo habla la gente y c¨®mo funciona su cultura. Adem¨¢s, ?sabes de d¨®nde vienen la mayor¨ªa de los ingenieros de software que contratamos? Sobre todo de la industria de los videojuegos, porque saben de interfaces humanas"
Inteligencia emocional
Pero m¨¢s all¨¢ de los conocimientos, tambi¨¦n son necesarios cambios en la inteligencia emocional. "En la escuela nos educan para trabajar de forma independiente. Usando una met¨¢fora futbol¨ªstica, a meter goles", reprocha Garc¨ªa. "Los que sepan querer que gane el equipo, que quieran formar, son los que van a estar mejor posicionados" en el mercado de trabajo que viene. "Hay que gestionar relaciones multidimensionales entre socios, proveedores y competidores", apunta P¨¦rez Botello. "Por ejemplo, nosotros estamos desarrollando con nuestros rivales un sistema de carga el¨¦ctrica paneuropeo, porque es algo que nos beneficia a todos".
El proceso de cambio tecnol¨®gico nunca deja de moverse, y las empresas han de seguir el ritmo. "La frase 'siempre me ha ido bien' es el mayor riesgo del siglo XXI", considera Garc¨ªa. "Hay que tener claras las fortalezas y debilidades y vivir en estado de prueba constantemente. Si hay que fracasar, que sea r¨¢pido". Pero el movimiento existe. "Hemos firmado un acuerdo de colaboraci¨®n con Google para avanzar en computaci¨®n cu¨¢ntica, que pueden calcular a velocidades hasta ahora inconcebibles", apunta P¨¦rez Botello.
Todo esto tiene un potencial impacto en el mercado de trabajo. "Es cierto que los robots destruyen puestos de trabajo", considera Garc¨ªa. "Pero tambi¨¦n veo que van a aparecer miles de puestos m¨¢s, y m¨¢s humanos".
"Yo tambi¨¦n soy muy optimista; creo que va a haber m¨¢s empleo", indica P¨¦rez Botello. "Va a cambiar la tipolog¨ªa del trabajo. Gestionar en tiempo real, m¨¢s que empleados, requiere emprendedores por cuenta ajena. M¨¢s que la capacidad r¨¢pida de aprendizaje hay que saber desaprender".
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