El sue?o de Airbnb cae en manos de los profesionales
Los grandes propietarios y gestores ganan peso en la plataforma surgida de la econom¨ªa colaborativa. En Madrid, un 55% de la oferta viene de usuarios con m¨¢s de una vivienda
Por 90 euros la noche, Victoria ofrece en Airbnb su "encantador apartamento en el centro de Madrid". Esta fot¨®grafa mexicana compr¨® hace un a?o un coqueto piso para invertir un dinero que su familia ten¨ªa inutilizado. En la misma plataforma de Internet, Claudia promociona su piso en "el coraz¨®n de Chueca", cerca de un mercado que frecuentan "tanto turistas como madrile?os para degustar tapas o comprar los mejores productos frescos". Pero detr¨¢s de Claudia, en realidad, est¨¢ la multinacional hotelera Wyndham Worldwide, propietaria de la empresa catalana Friendly Rentals, que en Espa?a gestiona cerca de 500 viviendas de alquiler tur¨ªstico. Los perfiles tan distintos de Victoria y Claudia muestran el cambio experimentado por Airbnb en sus diez a?os de vida.
¡°La vivienda no puede ser sustituida por pisos tur¨ªsticos¡±, reclama el soci¨®logo Javier Gil
El gigante del alojamiento tur¨ªstico naci¨® al calor de llamada econom¨ªa colaborativa, que buscaba conectar usuarios que intercambiaran bienes ¡ªen este caso, viviendas¡ª infrautilizados. Pero este ideal rom¨¢ntico de colaboraci¨®n entre particulares pierde peso ante las grandes empresas y propietarios o gestores de cada vez m¨¢s inmuebles.
El investigador y soci¨®logo de la UNED Javier Gil acaba de poner n¨²meros a este fen¨®meno de profesionalizaci¨®n y paulatino alejamiento de un negocio pensado para aquellos que, cuando viajaban a una ciudad, deseaban alojarse en la casa de un vecino que le cediera una habitaci¨®n de sobra o su vivienda entera aprovechando su ausencia. Lejos de este modelo, el 55% del producto que ofrece la plataforma online en Madrid est¨¢ en manos de usuarios con dos o m¨¢s ofertas, seg¨²n los datos que Gil ha elaborado tomando como base la informaci¨®n del portal cr¨ªtico Inside Airbnb. Pero m¨¢s llamativo a¨²n es que, seg¨²n estos c¨¢lculos, menos de un 3% de usuarios ¡ªaquellos que ofrecen entre seis y 20 viviendas¡ª controlan un 14% del mercado. Y un millar, los que tienen m¨¢s de 20 ofertas, se llevan el 8% del pastel.
"El crecimiento de Airbnb en 2016 fue enorme. Pero en 2017 baj¨® la proporci¨®n de propietarios particulares, temerosos ante las normativas que los Ayuntamientos estudiaban. Eran sustituidos por gestores o propietarios profesionales, con m¨¢s recursos para afrontar posibles dificultades legales", dice en su despacho de la UNED el investigador, que ultima su tesis doctoral sobre Airbnb y econom¨ªas colaborativas.
Airbnb pone en duda estos datos, pero solo ofrece uno, que no contradice del todo la informaci¨®n de Gil. La empresa dice que el 81% de los anfitriones madrile?os solo ofrecen un piso en la plataforma. Seg¨²n el investigador de la UNED, este porcentaje es algo inferior, pero muy cercano: un 75%. "El anfitri¨®n t¨ªpico en Madrid gana 3.640 euros extra al a?o y comparte su espacio solo cinco noches al mes", responde en un correo electr¨®nico una portavoz de Airbnb.
San Francisco acaba de forzar a Airbnb a retirar la mitad de sus anuncios
El debate entre un modelo que permita solo alquilar la propia residencia habitual u otro donde d¨¦ igual buscar rentabilidad a una o 1.000 viviendas va m¨¢s all¨¢ de Madrid o Barcelona. En San Francisco, precisamente donde Airbnb naci¨® hace una d¨¦cada, esta y otras webs similares, como HomeAway, se han visto forzadas a retirar miles de ofertas de la red.
Dos visiones de una actividad pol¨¦mica
- Cada vez m¨¢s multipropietarios. Seg¨²n los c¨¢lculos del soci¨®logo Javier Gil, un 75% de los usuarios de Airbnb en Madrid tienen una ¨²nica vivienda en alquiler, pero estas solo representan el 45% de todas las ofertas disponibles. El 55% restante procede de usuarios con dos o m¨¢s pisos que ofertan en la web. Los multipropietarios crecen adem¨¢s a ritmos cada vez m¨¢s r¨¢pidos.
- Impulso econ¨®mico. Airbnb responde que el 81% de los anfitriones madrile?os que usan la plataforma solo tienen una vivienda entera anunciada. La empresa destaca adem¨¢s el impulso que su actividad supone para la econom¨ªa local: este efecto ben¨¦fico lo cifran los portavoces de la compa?¨ªa en 440 millones de euros el a?o pasado en Madrid.
La ciudad californiana, donde la carest¨ªa de la vivienda y la airbenebizaci¨®n es una de las principales preocupaciones, lleg¨® a un acuerdo con estas plataformas para que ofrezcan solo habitaciones libres en pisos habitados o viviendas enteras con un m¨¢ximo de 90 d¨ªas al a?o. El efecto ha sido inmediato. Esta misma semana, cuando se ha estrenado el nuevo sistema, el n¨²mero de ofertas en Airbnb se ha reducido pr¨¢cticamente a la mitad: de m¨¢s de 10.000 a unas 5.500, seg¨²n el diario San Francisco Chronicle. Gil defiende para Espa?a un sistema similar, hacia el que caminan ciudades como Toronto. "Las autoridades no pueden fomentar la sustituci¨®n de vivienda residencial por otra de uso tur¨ªstico. Si Airbnb se limitara a las personas que alquilan su residencia habitual, el impacto negativo ser¨ªa mucho menor", concluye el soci¨®logo.
En el extremo opuesto se sit¨²a Carlos Molinet, director de marketing de Friendly Rentals, compa?¨ªa que gestiona unos 400 pisos solo en Madrid y Barcelona. Cuando un propietario quiere colocar su vivienda en el mercado del alquiler tur¨ªstico, ellos se encargan de todo: desde comercializarlo en diversas plataformas hasta la entrega y recogida de llaves pasando por la limpieza. A cambio, cobran una comisi¨®n del alquiler.
Una sola empresa gestiona casi 400 ofertas en Madrid y Barcelona
"Defendemos un modelo que regule y limite los apartamentos tur¨ªsticos. Pero que permita un crecimiento sostenible. Porque el turismo no debe beneficiar solo a los hoteleros, sino tambi¨¦n a las familias que quieren rentabilizar la inversi¨®n que hicieron en una vivienda", asegura Molinet desde el stand de su empresa en Fitur. En esa misma feria, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, alertaba esta semana de la saturaci¨®n de algunos destinos y defend¨ªa l¨ªmites regulatorios para "no matar la gallina de los huevos de oro" que el turismo supone para la econom¨ªa espa?ola.
El efecto Airbnb se basa en una expectativa de un beneficio sustancialmente mayor que los propietarios conf¨ªan en obtener si destinan su inmueble a los turistas en lugar de al alquiler tradicional. La propia Friendly Rentals estima que quien le conf¨ªe un apartamento en el centro de Madrid puede ganar unos 300 euros m¨¢s que si lo arrendara como vivienda residencial.
Normativas municipales
Airbnb y sus consecuencias han irrumpido con fuerza en el debate ciudadano y pol¨ªtico de los grandes destinos tur¨ªsticos. Para aligerar la carga que Barcelona sufre en diversos puntos, el Ayuntamiento ha optado por un sistema de licencias. Pero, ante la evidencia de que la empresa estadounidense segu¨ªa ofreciendo viviendas sin permiso, la alcaldesa Colau le impuso una multa de 600.000 euros. En el Ayuntamiento de Madrid, el equipo de Manuela Carmena ultima una normativa que, a falta de conocer los detalles, obligar¨¢ a los propietarios que quieran arrendar sus pisos m¨¢s de 90 d¨ªas al a?o a obtener una licencia hotelera. Est¨¢ previsto que a partir de este mes se tramiten entre 1.000 y 1.200 permisos. Carmena descarta, por ahora, la imposici¨®n de multas.
Victoria ¡ªnombre falso¡ª se decidi¨® a alquilar su piso madrile?o a turistas porque as¨ª pod¨ªa disponer de ¨¦l su familia mexicana cuando viniera a visitarla. Y est¨¢ satisfecha con el resultado. Nota que gana m¨¢s dinero que si lo alquilara todo el mes a una familia. ?Cree que plataformas como Airbnb contribuyen a encarecer los alquileres y a expulsar a vecinos del barrio reemplazados por turistas? "El centro ya est¨¢ muy abarrotado. Pero es que hay gente que solo quiere vivir en el centro. Y Madrid es m¨¢s que el centro", responde.
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