Las promesas rotas en ayudas a la educaci¨®n
Con 39.500 millones de d¨®lares al a?o, todos los ni?os podr¨ªan ir a clase desde preescolar hasta secundaria
La Alianza Mundial para la Educaci¨®n (AME), una loable iniciativa que es capaz de promover la educaci¨®n en 65 pa¨ªses de bajos ingresos, atraviesa por lo que en la jerga de la asistencia para el desarrollo se denomina como una ¡°ronda de reposici¨®n¡±: est¨¢ pidiendo a los Gobiernos donantes que depositen nuevamente fondos en sus arcas. Sin embargo, el hecho de que la AME mendigue para recibir meras migajas ¡ªapenas 1.000 millones de d¨®lares al a?o¡ª pone en evidencia la farsa que es el compromiso de los Gobiernos occidentales con el programa Educaci¨®n para Todos.
Estados Unidos y la Uni¨®n Europea nunca se han preocupado demasiado por dicho programa. Cuando se trata de enfermedades, a veces han estado dispuestos a invertir para frenar o detener epidemias como el sida, la malaria y el ¨¦bola, tanto para salvar vidas como para evitar que las enfermedades lleguen a sus propios pa¨ªses. Pero, cuando se trata de educaci¨®n, muchos pa¨ªses en Occidente est¨¢n m¨¢s interesados en construir muros y campos de detenci¨®n que escuelas.
La AME lleva a cabo un trabajo excelente para promover la educaci¨®n primaria en todo el mundo. Los pa¨ªses donantes deber¨ªan demandar a gritos ayuda para una de las organizaciones m¨¢s efectivas del mundo en el logro de ese objetivo. Pero los donantes generosos entran con cuentagotas.
Esta realidad se remonta a la ¨¦poca imperial. Cuando la mayor parte de ?frica y gran parte de Asia se encontraban bajo el dominio europeo, los colonizadores invirtieron poco en educaci¨®n b¨¢sica. Incluso tan tard¨ªamente como en el a?o 1950, seg¨²n datos de las Naciones Unidas, el analfabetismo fue omnipresente en las colonias africanas y asi¨¢ticas de Europa. Cuando se declar¨® la independencia de Reino Unido, la tasa de analfabetismo de India se encontraba en un nivel entre el 80% y el 85%, que es m¨¢s o menos similar al de Indonesia en el momento que se independiz¨® de los Pa¨ªses Bajos. En el ?frica occidental franc¨¦s, la tasa se situaba entre el 95% y el 99% en 1950.
Despu¨¦s de la independencia, los pa¨ªses africanos y asi¨¢ticos fueron tras la consecuci¨®n de iniciativas masivas, y en su mayor¨ªa exitosas, para incrementar los niveles de educaci¨®n b¨¢sica y alfabetizaci¨®n. Sin embargo, lejos de aprovechar esta oportunidad para recuperar el tiempo perdido, Europa y Estados Unidos han brindado una asistencia consistentemente raqu¨ªtica para la educaci¨®n primaria y secundaria, incluso despu¨¦s de haber asumido compromisos de alto perfil como lo son la iniciativa Educaci¨®n para Todos y el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS 4), el cual hace un llamamiento a favor del acceso universal a la educaci¨®n desde preescolar hasta la secundaria.
Consideremos los desalentadores datos sobre la ayuda al desarrollo para la educaci¨®n, que se ha estancado durante a?os, de hecho, disminuy¨® entre 2010 y 2015. Seg¨²n los datos m¨¢s recientes de la OCDE, la ayuda total de los donantes para la educaci¨®n primaria y secundaria en ?frica ascendi¨® a tan s¨®lo 1.300 millones de d¨®lares en 2016. Para poner esa cifra en perspectiva, el presupuesto del Pent¨¢gono de Estados Unidos es de aproximadamente 2.000 millones al d¨ªa. Ya que existen alrededor de 420 millones de ni?os africanos en edad escolar, la ayuda total ascendi¨® a aproximadamente tres d¨®lares por ni?o y a?o.
No se puede decir que los Gobiernos occidentales ignoren que hace falta mucho m¨¢s. Varios c¨¢lculos recientes y detallados proporcionan estimaciones cre¨ªbles sobre cu¨¢nto financiamiento externo necesitar¨¢n los pa¨ªses en desarrollo para alcanzar el ODS 4. Un estudio de la Unesco indica un total de 39.500 millones de d¨®lares al a?o. Un informe de la International Commission on Financing Education Opportunity, dirigida por el ex primer ministro brit¨¢nico Gordon Brown, tambi¨¦n ubic¨® las necesidades de financiamiento externo de los pa¨ªses en desarrollo en niveles que alcanzan las decenas de miles de millones de d¨®lares por a?o.
Estas son las razones por las cuales se necesita ayuda. Un a?o de educaci¨®n en ?frica requiere al menos 300 d¨®lares por estudiante. (T¨®mese en cuenta que los pa¨ªses ricos gastan varios miles de d¨®lares por estudiante por a?o). Debido a que la poblaci¨®n en edad escolar de ?frica representa aproximadamente un tercio del total de la poblaci¨®n, la financiaci¨®n per capita precisa es de aproximadamente 100 d¨®lares. Sin embargo, para un pa¨ªs africano t¨ªpico, esa suma representa aproximadamente el 10% del ingreso nacional por habitante ¡ªmucho m¨¢s de lo que el presupuesto de educaci¨®n puede cubrir¡ª. La ayuda externa puede y debe saltar la brecha financiera para que todos los ni?os puedan asistir a la escuela.
Eso no est¨¢ sucediendo. El gasto anual por ni?o en edad escolar en el ?frica subsahariana llega a aproximadamente un tercio del m¨ªnimo necesario. Como resultado, la mayor¨ªa de los ni?os no llegan ni de lejos a terminar la escuela secundaria. Se ven obligados a abandonar los estudios antes de terminarlos, debido a que no hay vacantes en las escuelas p¨²blicas y el costo de la matr¨ªcula para asistir a escuelas privadas es demasiado alto para la mayor¨ªa de las familias. Las ni?as, en especial, son las que tienen mayor propensi¨®n a abandonar la escuela antes de tiempo, a pesar de que los padres saben que todos sus hijos necesitan y merecen una educaci¨®n de calidad.
Sin las habilidades que proporciona la educaci¨®n secundaria, los ni?os que abandonan la escuela antes de tiempo est¨¢n condenados a la pobreza. Muchos, a la corta o a la larga, intentan emigrar a Europa embarc¨¢ndose en una b¨²squeda deses?perada de un medio de vida. Algunos se ahogan en el camino; otros son capturados por patrullas europeas y se los env¨ªa de regreso a ?frica.
Ahora viene la ronda de reposici¨®n de la AME, programada para principios de febrero en Senegal. La AME deber¨ªa recibir al menos 10.000 millones al a?o (unos cuatro d¨ªas de gastos militares de los pa¨ªses de la OTAN) para poner a ?frica en el camino hacia la educaci¨®n secundaria universal. En lugar de solucionar verdaderamente la crisis educativa, los l¨ªderes de los pa¨ªses ricos proclaman, de discurso en discurso y de reuni¨®n en reuni¨®n, su ardiente amor por la educaci¨®n para todos.
En todo ?frica, los l¨ªderes pol¨ªticos, religiosos y de la sociedad civil est¨¢n haciendo lo que pueden. Ghana anunci¨® recientemente la educaci¨®n secundaria superior gratuita para todos, marcando el ritmo para el continente. A la par de la lucha de los pa¨ªses africanos por financiar sus ambiciosos compromisos, nuevos socios, incluidos entre ellos empresas privadas y personas con altos patrimonios netos, deber¨ªan dar un paso al frente para ayudarlos. Los donantes tradicionales, por su parte, tienen que compensarlos por d¨¦cadas de tiempo perdido. La cruzada por la educaci¨®n no se detendr¨¢, pero la historia juzgar¨¢ muy duramente a aquellos que dan la espalda a los ni?os necesitados.
Jeffrey D. Sachs es profesor en la Universidad de Columbia. ? Project Syndicate, 2018.
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