Recuerdos a la puerta de la c¨¢rcel
Josefina Samper y Marcelino Camacho plantaron cara al fascismo en Espa?a. No hubo Transici¨®n amable para los que lucharon
Para todos es Josefina, para nosotros mami. Naci¨® llevando la comida a la mina a su padre barrenero. Emigrada a Or¨¢n, anunciaba a los emigrantes sin papeles con otros ni?os, tambores de hojalata, la llegada de los gendarmes. Con una barca, llev¨® a los republicanos del Stanbrook comida despu¨¦s de un mes de asedio.
Vivi¨® y conoci¨® a Marcelino, bailaron sus tangos y a cada paso se hicieron uno, una pareja de compromiso por la humanidad, por la clase obrera, eso que todos son y ya no lo saben.
A Espa?a volvieron con sus dos hijos, a luchar por la libertad bajo esa dictadura que muchos quieren camuflar. All¨ª, por los derechos de la mujer contra la carest¨ªa de la vida, encerrada en iglesias, peleo mientras esa mayor¨ªa silenciosa viv¨ªa como si nada pasase.
Pero si la recuerdo por algo, es tantos a?os, diez, a las puertas de las c¨¢rceles. En esa pelea con funcionarios y polic¨ªas por el espacio de la mujer de preso pol¨ªtico. Muchas pueden ser las v¨ªctimas, pero ella fue una v¨ªctima del franquismo, de esos franquistas que hoy demandan contra que Marcelino Camacho tenga su calle en lugar de un asesino como Agust¨ªn Mu?oz-Grandes.
Y la recuerdo cuando, echando todo el coraje de la mujer madre, pele¨® contra asesinos escapados a la justicia de la humanidad como Billy el Ni?o, o Delso, o Yag¨¹e cuando la amenazaban de muerte, un 20 de diciembre del 73 que mataron a Carrero y juzgaban en el [proceso] 1.001 a Marcelino. No fue la primera vez ni la ¨²ltima amenaza.
La recuerdo camino de la c¨¢rcel de Carabanchel, de la DGS [Direcci¨®n General de Seguridad] a preguntar por su hijo tambi¨¦n detenido.
Qu¨¦ pensar¨¢n esas nuevas generaciones que es esa gran lucha. No es un relato literario. No, era un d¨ªa a d¨ªa levant¨¢ndose a las cuatro de la ma?ana a preparar comida para llevar a veinte o treinta presos pol¨ªticos.
Adem¨¢s, ir a las puertas de obispos y se?ores de clase a pedir la libertad de los presos.
Josefina y Marcelino plantaron cara al fascismo en Espa?a. Eso les debe todos los pueblos de Espa?a. No es verdad, no hubo Transici¨®n amable para los que lucharon.
Pagaron un alto precio y murieron de pie, sin m¨¢s equipaje que su honradez y bondad.
Hoy seguir¨¢ diciendo: si uno se cae, se levanta y sigue. Hay un mundo sin explotadores que nos espera.
Marcel Camacho Samper es hijo de Josefina Samper y Marcelino Camacho
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