Las cicatrices sociales del matadero
Una macroinspecci¨®n de trabajo en Vic reactiva el debate sobre las condiciones laborales en las cooperativas del sector c¨¢rnico
¡°El pulgar casi no lo puedo mover porque me cort¨¦ el tend¨®n; este brazo no lo puedo levantar mucho de tanto tirar de las tripas de cerdo; y esta cicatriz en la mano es de una operaci¨®n que me hicieron por la sobrecarga de trabajo¡±. El oficio de despiece en un matadero curte, y no solo en la piel.
Quien habla es Montse Casta?¨¦, una mujer de 56 a?os que lleva desde los 11 con un cuchillo en la mano despiezando cerdos en un matadero de Vic. Casta?¨¦, miembro del sindicato COS, lidera ahora junto con el colectivo C¨¤rnies en Lluita las reivindicaciones de 28 trabajadores de la empresa Le Porc Gourmet, en Santa Eug¨¨nia de Berga (Vic, Barcelona). El pasado mi¨¦rcoles, una macroinspecci¨®n de trabajo irrumpi¨® en la empresa con media docena de furgones de polic¨ªa.
Los 28, todos inmigrantes ¡ªmuchos llegaron en patera o a pie¡ª, trabajaban en r¨¦gimen de aut¨®nomos, mediante una cooperativa, para el matadero y su sala de despiece. Los 28, todos con familia, se quedaron en la calle de un d¨ªa para otro a principios de febrero, sin paro y con la urgencia de ir a pedir ayuda social a C¨¢ritas.
Los trabajadores denuncian que, para esquivar la ley catalana de cooperativas ¡ªque estipula que los aut¨®nomos que facturan con estas organizaciones tienen que percibir unas prestaciones ¡°equivalentes¡± a las de los trabajadores en r¨¦gimen general¡ª, la empresa les coaccion¨® para que firmasen con una cooperativa gallega. ¡°Un d¨ªa, a las cuatro de la ma?ana, nos dicen que no podemos entrar y que si tenemos alg¨²n problema, que denunciemos¡±, asegura Mohammed, que llevaba desde 2009 en la empresa como encargado de sala y con un sueldo de 870 euros al mes. El abogado de C¨¤rnies en Lluita, Toni Iborra, explica que los trabajadores han puesto denuncias contra las cooperativas y contra la empresa por amenazas.
Las ¡°falsas cooperativas¡±, un modelo de empleo pol¨¦mico
"Las cooperativas son lo que son, y claro que podr¨ªamos trabajar sin ellas, pero a la larga perder¨ªamos mucho", resume David Ram¨ªrez, gerente de Le Porc Gourmet. El sistema de cooperativas de trabajadores aut¨®nomos est¨¢ muy extendido en el sector c¨¢rnico, y no solo en Catalu?a. "Nos est¨¢n empezando a preguntar desde Andaluc¨ªa", explica C¨¤rnies en Lluita. Detr¨¢s de ellas, adem¨¢s de las duras condiciones laborales, a menudo, tambi¨¦n est¨¢n las mafias que cobran por conseguir empleo. "Siempre que hemos tenido conocimiento de ello, lo hemos denunciado a la polic¨ªa", aclara Jos¨¦ Luis Tolosana, presidente de la cooperativa Taic. Para regular la situaci¨®n, el PSC fue el primer partido en proponer un cambio en la ley de cooperativas, que se consigui¨® hace menos de un a?o. "La inspecci¨®n de trabajo tiene que desenmascarar a las falsas cooperativas", reivindica la diputada socialista Marta Moreta.
La compa?¨ªa rechaza estas acusaciones. ¡°Estoy convencido de que no se coaccion¨® a nadie. Libremente decidieron no empezar a trabajar con Auga, la cooperativa gallega. Y no est¨¢n despedidos, est¨¢n en expectativa mientras les buscamos un puesto¡±, afirma por tel¨¦fono David Ram¨ªrez, gerente de Le Porc Gourmet.
Seg¨²n explica, esta empresa trabajaba con dos cooperativas, llamadas Taic y Clavial. Con la primera, que empleaba a 450 trabajadores en la sala de despiece, la compa?¨ªa rescindi¨® el contrato, que venc¨ªa a finales de enero, porque ¡°no manejaba correctamente al personal¡±, que el a?o pasado organiz¨® paros para conseguir mejoras laborales. Los 450 trabajadores de Taic, menos los 28 que ya no trabajan, pasaron a la gallega Auga. El contrato con Clavial, que emplea a 500 personas en el matadero, no se renovar¨¢ a partir del 1 de marzo porque la cooperativa ha pasado a trabajar en r¨¦gimen general. Los sindicatos temen que vuelvan las presiones para firmar con Auga y que vuelva a quedarse gente sin trabajo.
A las cuatro de la tarde, un pu?ado de gaviotas, muy lejos del mar, supervisan los chillidos que lanzan los cerdos en el matadero. En Le Porc Gourmet se matan y se despiezan, de media, 11.000 animales al d¨ªa, a un ritmo de 800 cada hora. Catalu?a, con la comarca de Osona al frente, es la principal zona productora de carne de cerdo de Espa?a, con m¨¢s del 40% del mercado. ¡°En las salas de despiece lo que tenemos es mucha mano de obra intensiva y un margen de beneficio muy bajo, con lo que el coste del personal es muy importante¡±, explica el gerente. Los trabajadores cobran cerca de 8,7 euros brutos la hora, a los que hay que descontar la cuota de aut¨®nomos, la cuota anual de la cooperativa (50 euros), la compra del material de trabajo y la limpieza del mismo.
¡°Pits i collons [pechos y cojones]¡± es el grito de guerra de los afectados. Est¨¢n animados. ¡°En pocos d¨ªas hemos salido en televisi¨®n y ha habido una gran inspecci¨®n de trabajo¡±, afirma Roser Iborra, de C¨¤rnies en Lluita. Con m¨¢s confianza, cuentan las condiciones de trabajo en las que estaban, afirmaciones la empresa niega tajantemente. Los trabajadores aseguran que en el matadero abundan el acoso y los insultos racistas ¡ªen otro matadero de la zona, el racismo de un empresario aviv¨® una protesta hace dos a?os¡ª, que casi no hay descansos para ir al lavabo y que el trato es ¡°de esclavaje¡±. Alah, uno de los afectados, recuerda que un d¨ªa pidi¨® un aumento: ¡°El encargado se sac¨® un c¨¦ntimo del bolsillo y, entre risas, me lo tir¨®¡±.
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