La abdicaci¨®n del zar del aluminio
Oleg Deripaska cede el poder en Rusal, un gigante mundial de la materia prima, cercado por su supuesta implicaci¨®n en la trama rusa vinculada a la campa?a presidencial de Trump y las luchas de poder entre los oligarcas del pa¨ªs
Oleg Deripaska ha cedido el poder en Rusal, el gran consorcio del aluminio ruso. Una mujer asume la direcci¨®n del grupo. No es precisamente un sector en el que las mujeres acostumbren a tener influencia, y mucho menos en Rusia, donde incluso en negocios menos rudos ¡ªal igual que en los altos cargos de la pol¨ªtica¡ªson los hombres los que llevan la voz cantante, y m¨¢xime trat¨¢ndose de materias primas, por cuyo control y reparto se libraron encarnizadas batallas de poder en la d¨¦cada de los noventa.
Los enfrentamientos fueron especialmente enconados en el caso del aluminio. Eso era antes de que el ex corredor de Bolsa especializado en materias primas Oleg Deripaska, que por entonces hab¨ªa entrado a formar parte de la familia de Bor¨ªs Yeltsin por la v¨ªa del matrimonio, consolidase el sector bajo el paraguas del grupo Rusal y lo convirtiese en el segundo consorcio del aluminio del mundo.
El multimillonario de 50 a?os, que hasta la crisis financiera era considerado el hombre m¨¢s rico de Rusia y que llev¨® a cabo la expansi¨®n a base de una pol¨ªtica de cr¨¦ditos m¨¢s agresiva que la de ning¨²n otro, estuvo al mando de la empresa durante 11 a?os. Ahora se retira de la presidencia del grupo. Hace unas semanas se hizo p¨²blico que deja el negocio en manos del que hasta el momento ha sido su compa?ero de viaje.
El puesto de presidente lo ocupar¨¢ el que fuese consejero delegado, Wladislaw Solowjew, que a su vez deja su cargo a Alexandra Bouriko. Todo indica que se est¨¢ produciendo un cambio de paradigma. En la econom¨ªa rusa, a las mujeres se les ha reservado como m¨¢ximo la direcci¨®n financiera, un puesto que, desde luego, se les ced¨ªa muy gustosamente. Pero que una mujer sea la consejera delegada de un grupo del sector de las materias primas de alcance mundial es algo inaudito.
Este ha sido el caso de Bouriko, de 40 a?os y directora financiera de Rusal desde 2013 hasta ahora. Gracias a la subida del precio del aluminio, el a?o pasado la facturaci¨®n de la empresa aument¨® un 25%, alcanzando los 9.970 millones de d¨®lares, y su beneficio neto, un 3,6%, hasta 1.200 millones de d¨®lares.
Cuando Deripaska llam¨® a Bouriko, sab¨ªa lo que hac¨ªa. La ejecutiva ya llevaba 16 a?os trabajando con empresas de materias primas en KPMG y hab¨ªa logrado que muchas de ellas cotizasen en la Bolsa de Londres. Deripaska, que actualmente ocupa el puesto 23? de la versi¨®n rusa de la lista Forbes de millonarios con una fortuna que se calcula en 5.100 millones de d¨®lares, no solo deja la direcci¨®n de Rusal. Adem¨¢s abandona la direcci¨®n operativa del grupo energ¨¦tico que en 2017 entr¨® a cotizar en la Bolsa londinense. Ambos cambios de direcci¨®n se har¨¢n efectivos el pr¨®ximo 15 de marzo, y ambos han provocado cierta perplejidad en la econom¨ªa y la opini¨®n p¨²blica rusas.
?Qu¨¦ ha llevado a Deripaska, propietario tambi¨¦n de la empresa automovil¨ªstica rusa Gaz, por medio de la cual mantiene una alianza estrat¨¦gica con Volkswagen, a dar estos pasos? ?De d¨®nde procede la presi¨®n que le ha hecho tomar la decisi¨®n
Oleg Deripaska
? ?Ser¨¢ la tensa situaci¨®n pol¨ªtica entre Rusia y Estados Unidos la causante de que se retire del terreno de juego? ?Tal vez su cercan¨ªa al equipo de campa?a de Trump haya inclinado la balanza?
El peri¨®dico ruso Kommersant, que fue el primero en informar del inminente enroque, citaba como una de las causas el hecho de que Deripaska forma parte de una nueva lista de sanciones de EE UU. Dmitri Peskov, secretario de Prensa de Vlad¨ªmir Putin, incluso se vio obligado a emitir un comunicado al respecto afirmando que no cre¨ªa en la conexi¨®n. De hecho, cualquier ruso cuya fortuna supere los 1.000 millones de d¨®lares aparece en la lista.
El asunto tiene otro aspecto m¨¢s subido de tono, que sali¨® a la luz hace unas semanas. En 2016, una prostituta registr¨® una comprometedora grabaci¨®n en el yate de Deripaska. En ella aparec¨ªan el empresario y el viceprimer ministro ruso, Sergei Prichodko, considerado el principal consejero de Putin en materia de pol¨ªtica exterior. En el ambiente flota no solo la sospecha de cohecho y corrupci¨®n. Dado que, en el v¨ªdeo, los dos hombres conversan sobre la pol¨ªtica exterior de EE UU, tambi¨¦n se ha reavivado la sospecha de la injerencia rusa en la campa?a electoral norteamericana. Al fin y al cabo, Deripaska ten¨ªa vinculaciones con Paul Manafort, jefe de campa?a de Donald Trump. La acusaci¨®n estadounidense imputa a este ¨²ltimo que entre 2006 y 2015 trabaj¨® como ¡°agente extraoficial para un Gobierno extranjero¡±.
EE UU por aqu¨ª, la prostituta por all¨¢; pero el magnate ruso sigue teniendo abiertos otros frentes muy distintos en el propio grupo Rusal, y m¨¢s concretamente, en su participaci¨®n en el capital de la firma. En todo caso, se trata de feroces luchas de poder entre potentados, en parte enemigos ac¨¦rrimos unos de otros. Hace a?os, en Rusal ya estall¨® un conflicto entre los principales accionistas, a ra¨ªz del cual Matthias Warnig, exoficial de la Stasi y jefe de Nord Stream 2, fue nombrado presidente del consejo de administraci¨®n para que actuase como moderador independiente y apaciguase la situaci¨®n. La causa de la actual batalla entre accionistas es que una nueva pareja de oligarcas acaba de adquirir la minor¨ªa de bloqueo y est¨¢ poniendo en duda los antiguos acuerdos del accionariado.
Enemigos a muerte
El segundo gran frente, todav¨ªa m¨¢s sabroso, est¨¢ abierto en otra corporaci¨®n mundial, totalmente distinta, de la cual Deripaska posee una participaci¨®n del 27,8% a trav¨¦s de Rusal. Se trata de No?rilsk Nickel, el gigante mundial del n¨ªquel y el paladio, el cual, adem¨¢s, es uno de los l¨ªderes mundiales de la producci¨®n de cobre y platino. La tregua entre Deripaska y el magnate Vlad¨ªmir Potanin, iniciada por el Kremlin al nombrar como mediador al propietario del Chelsea FC, Roman Abramovich, y situ¨¢ndolo como peque?o accionista, ha durado seis a?os. Pero ahora las cosas se han vuelto a poner feas. Potanin, que en su condici¨®n de presidente de la corporaci¨®n posee el 30% de Norilsk Nickel, quiere comprar la participaci¨®n del brit¨¢nico de adopci¨®n, una iniciativa que Deripaska intenta bloquear en Londres por v¨ªa judicial.
El pasado viernes, durante la presentaci¨®n del informe anual de 2017, Rusal anunci¨® que la empresa se dispone a enfrentarse a Potanin por el control del productor de n¨ªquel. Se habla incluso de subasta, lo que quiere decir que, en adelante, el control corresponder¨ªa al socio que hiciese la mejor oferta al otro. En Rusia, a esta clase de trato se le llama ¡°ruleta rusa¡±. Norilsk Nickel tiene un valor en Bolsa de 32.000 millones de d¨®lares. El peri¨®dico Wedemosti, citando a un conocido de Deripaska, afirma que este est¨¢ haciendo acopio de fuerzas para convertirse en presidente de Norilsk Nickel.
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