Sostenibilidad de las pensiones
La mayor amenaza para nuestro sistema es que la productividad vuelve a estar estancada
La llamada hucha de las pensiones fue pensada en el Pacto de Toledo en 1995 para afrontar el valle demogr¨¢fico del final del baby boom y el desplome de nacimientos en los a?os ochenta. Tras pinchar la burbuja en 2007 y hasta 2011, el sistema p¨²blico de pensiones perdi¨® unos dos millones de empleos a tiempo completo, la mayor¨ªa del sector de la construcci¨®n o auxiliares. A¨²n as¨ª, en 2011 los ingresos de la Seguridad Social eran iguales a los gastos y la hucha permanec¨ªa intacta.
En 2012 lleg¨® el rescate a la banca, la restricci¨®n de cr¨¦dito extrema y muchas empresas espa?olas, endeudadas para sobrevivir a tipos de inter¨¦s pr¨®ximos al 10%, tuvieron que destruir otro mill¨®n de empleos y bajar significativamente los salarios. La intervenci¨®n in extremis de Mario Draghi en el BCE evit¨® que Espa?a saliera del euro y su programa de compra de deuda ha conseguido reducir la restricci¨®n de cr¨¦dito y el coste del mismo.
Pero la reforma laboral del PP de 2012 rompi¨® el cord¨®n umbilical de la negociaci¨®n colectiva y el peso de los salarios sobre PIB no ha parado de caer desde entonces. En 2017 el sistema p¨²blico de pensiones tuvo unos ingresos similares a los de 2011, pero los gastos crecen por aumento del n¨²mero de pensiones y de su pensi¨®n media, a pesar de que el Gobierno ha congelado las pensiones desde entonces. Esto es la causa del agujero de 19.000 millones y por eso se ha vaciado la hucha de las pensiones que tardamos diez a?os en llenar y que ya no estar¨¢ disponible para afrontar el reto demogr¨¢fico de la pr¨®xima d¨¦cada.
La sostenibilidad de un sistema de reparto depende de cuatro variables: n¨²mero de a?os que cobramos pensi¨®n, salario medio, productividad media y pensi¨®n media. La reforma de 2010, el PP vot¨® en contra, aprob¨® retrasar la edad de jubilaci¨®n a 67 a?os para reducir el n¨²mero de a?os que cobramos pensi¨®n. Tras la reforma del 2013 todo el ajuste para garantizar la sostenibilidad del sistema la soporta la pensi¨®n media. Adem¨¢s, con un impuesto perverso como es la inflaci¨®n que afecta por igual a los 3 millones de pensionistas seiscientoseuristas que a las pensiones m¨¢ximas.
Una soluci¨®n a corto plazo es que los salarios corrijan la desviaci¨®n con respecto a la productividad media, una anomal¨ªa hist¨®rica. La subida del salario m¨ªnimo que comenz¨® el pasado a?o ayuda, pero es necesario recomponer un sistema de negociaci¨®n colectiva que reparta mejor el crecimiento del PIB entra el capital y el trabajo.
Pero la mayor amenaza para nuestro sistema de pensiones es que la productividad vuelve a estar estancada, algo que ha sucedido en los 14 a?os que ha gobernado las PP. En 2017 la inversi¨®n p¨²blica sobre PIB registr¨® su menor nivel desde 1980. Y la brecha en inversi¨®n en I+D+i con Europa ha retrocedido a m¨¢ximos no vistos desde 2003. O empezamos a crear empleos de calidad en la era de la tecnolog¨ªa global y apoyamos al ecosistema de innovaci¨®n para que se expanda o los siete millones de pensionistas seguir¨¢n empobreci¨¦ndose lentamente.
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