Los amos de la huerta de Europa
Media docena de grandes grupos de distribuci¨®n comunitarios controlan la compra de frutas y hortalizas
En el sector de frutas y hortalizas espa?ol hay unas 500 cooperativas y sociedades agrarias que producen el 40% del total nacional (unos 27 millones de toneladas anuales) por un valor en origen de unos 17.000 millones de euros. De ese medio millar de entidades asociativas, hay algunas muy fuertes por la cantidad de producci¨®n que acaparan. Entre estas est¨¢ Anecoop (c¨ªtricos) y Unica Group, Alimer, Granada La Palma, Hortofrut¨ªcola Costa de Almer¨ªa, Cooperativa San Isidro y Vicasol (todas en hortalizas). Sin embargo, quien de verdad tiene la sart¨¦n por el mango en este negocio son un pu?ado de grandes grupos de la distribuci¨®n europea que llegan a controlar casi el 80% de las ventas en origen.
Por volumen de compras, de entre esos grupos destaca la actividad de Lidl con la compra de 1,4 millones de toneladas de frutas y de hortalizas, de las que 1,2 millones exporta a otros pa¨ªses comunitarios, el 8% del comercio exterior de este sector. El grupo alem¨¢n Lidl, que hasta hace pocos a?os ten¨ªa en sus lineales muchos productos de su pa¨ªs de origen, ha pasado a presumir de ser el mayor comprador de frutas y hortalizas espa?olas y el primer operador exterior.
Por consumo interior, en cambio, destaca Socomo (Sociedad de Compras Modernas) del grupo Carrefour, constituido en 1987. En el ¨²ltimo ejercicio adquiri¨® 480.000 toneladas de frutas y hortalizas valoradas en 688 millones de euros, de las que m¨¢s de la mitad se destinaron a las tiendas en Espa?a.
El grupo Auchan Alcampo, a trav¨¦s de su sociedad Zenalco, es otro gran operador tanto para sus tiendas en Espa?a como para las de otros pa¨ªses del grupo, con un volumen estimado de compra de unas 300.000 toneladas. Les siguen en la lista los alemanes Aldi, con unas 5.000 tiendas en una decena de pa¨ªses o Tengelman. Edeka cubre las necesidades de suministro de varias cadenas alemanas con la compra de unas 300.000 toneladas, al igual que sucede con Rewe para proporcionar frutas y hortalizas a unos 15.000 establecimientos cooperativos. Iberiana Frucht compra m¨¢s de 200.000 toneladas para un centenar de socios en pa¨ªses como Alemania, Austria, Italia, Eslovaquia o la Rep¨²blica Checa, mientras Coop Trading lo hace para el suministro de grupos de tiendas cooperativas en pa¨ªses escandinavos (Suecia, Noruega y Dinamarca).
En Espa?a las mayores compras corresponden a Mercadona, aproximadamente un mill¨®n de toneladas, seg¨²n los datos del grupo. La firma valenciana ha tenido tradicionalmente un solo proveedor para algunos productos como los melones. En la actualidad, para la mayor parte de frutas y hortalizas lo hace con varios proveedores, con quienes suscribe contratos puntuales.
Posici¨®n dominante
En todos los casos, hay un denominador com¨²n, que es lo que preocupa y han denunciado reiteradamente los productores: la existencia de una fuerte presi¨®n de precios a la baja durante ocasiones concretas, como en la pasada campa?a de Navidad; las sospechas y las denuncias de pactar de precios; el incumplimiento de los plazos de pago cuando no la marginaci¨®n de ¡°vendedores rebeldes¡± o cr¨ªticos que tienen unos productos perecederos que colocar.
Javier Basols, presidente del grupo de trabajo de Fruta de Hueso de Cooperativas Agroalimentarias de Espa?a, se lamenta de que las entidades asociativas, con una media de facturaci¨®n de 10 millones de euros, no hayan sido capaces de unir sus fuerzas, y m¨¢s a¨²n en un sector donde se trabaja con productos perecederos con un tiempo justo de maduraci¨®n en el campo y otro de mantenimiento, lo que las convierte en la parte m¨¢s d¨¦bil de la cadena.
En la misma l¨ªnea se hallan las cr¨ªticas desde Almer¨ªa de los responsables de los sindicatos agrarios Asaja y Coag, cuyo portavoz Andr¨¦s G¨®ngora recuerda que se ha denunciado directamente la situaci¨®n de desajuste de fuerzas que existe en el sector, especialmente en los momentos de gran oferta y cuando se trata de productos de mayor valor fuera de temporada.
G¨®ngora se?ala el incumplimiento de los plazos de pago y, sobre todo, los contratos confeccionados y suscritos desde posiciones de fuerza por parte de la gran distribuci¨®n. En su opini¨®n, el sector sufre por esa posici¨®n dominante de las empresas. Igualmente denuncia acuerdos para llevar a cabo compras por oleadas y, al mismo tiempo, situaciones donde el productor se ve agobiado por la imposibilidad de dar salida a las hortalizas por falta de compradores. Los grupos de distribuci¨®n tambi¨¦n imponen el tipo de producto que necesitan: variedad, color, sabor, tama?o y el periodo de adquisici¨®n. ¡°No es que no sepan hacer un tomate ¡®como los de antes¡¯, hacen lo que les piden¡±, defienden desde el sindicato.
Estas reinvindicaciones fueron comunicadas recientemente para su investigaci¨®n a la Agencia para la Informaci¨®n y el Control de la Cadena Alimentaria (Aica), dependiente del Ministerio de Agricultura. La agencia llev¨® a cabo inspecciones y abri¨® m¨¢s de 60 expedientes sancionadores, especialmente a mayoristas que operaban en origen, por incumplimientos en los plazos de pago o contratos deficientes. Igualmente, pas¨® un informe a la Comisi¨®n Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) por posibles pactos de precio. Uno de los problemas con los que se enfrentan las autoridades espa?olas a la hora de perseguir las irregularidades por pactos de precios, plazos de pago y contratos, es que muchas empresas afectadas tienen su sede afuera y no existe una ley comunitaria de la Cadena Alimentaria. Desde Lidl, responden que el grupo cumple sus contratos y que los productores deben valorar tambi¨¦n la labor de la distribuci¨®n a la hora de regular los picos y mermas de la producci¨®n y sus efectos en el mercado.
Almer¨ªa, que cultiva 3,7 millones de toneladas, Murcia, que exporta 2,25 millones, y la Comunidad Valenciana, que genera cuatro millones de toneladas de c¨ªtricos, son los mercados donde centran su actividad estos grandes grupos.
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