Ancianas gritando bajo la nieve
Jubilados de toda ideolog¨ªa se echan a la calle en la Puerta del Sol con un tiempo de perros y acaban de creerse una idea: no se van a cansar
La manifestaci¨®n de pensionistas de esta ma?ana en la Puerta del Sol de Madrid ha sido incre¨ªblemente subversiva porque se trataba todo el mundo de usted. Era una cosa seria. Y la prueba de que iba en muy en serio era el clima en que se desenvolvi¨®: cinco grados y lloviendo a raudales. Se empa?aban las gafas. Se congelaban las manos. Pero mucho antes de las once la plaza estaba muy llena y se desbordaba por la calle Carretas, donde estaba la cabeza de la manifestaci¨®n. No obstante, hay un detalle revelador: esta expresi¨®n, la de la cabeza, era totalmente ajena a mucha gente que estaba m¨¢s atr¨¢s, lejos de banderas y pancartas, en silencio, sin saber c¨®mo comportarse en una manifestaci¨®n, porque nunca hab¨ªan ido a una. ¡°Es la primera que vengo en mi vida, no me voy a quedar en casa toc¨¢ndome las narices esperando que los dem¨¢s me lo solucionen y dej¨¢ndoles solos¡±, dec¨ªa Ceferino Farelos. Otros, si no era la primera, hac¨ªa mil a?os que no iban a una. ¡°Desde que ¨¦ramos j¨®venes, que hab¨ªa que pelear, o no consegu¨ªas nada¡±, cuenta un matrimonio, Luis Guti¨¦rrez y Mar¨ªa Pilar Sim¨®n.
Entre olor a puro, a colonias de se?or mayor, de cremas hidratantes de las abuelas, se ve¨ªa gente de todo tipo. Caballeros de domingo, con barbour, y otros con chubasquero de supermercado. Paraguas de publicidad, s¨ªntoma de un d¨ªa a d¨ªa donde se aprovecha todo lo que regalan, y otros elegantes de cuadros escoceses y empu?adura de madera. Es decir, transversalidad. Votantes de todos los partidos, bastaba preguntar un rato. Hab¨ªa un lema muy bueno de lo m¨¢s transversal en una gran pancarta: ¡°Pensionistas quitamos y ponemos gobiernos ?ya!¡±. La conciencia de pertenencia a algo m¨¢s grande, enorme, de ser mucha gente, se hizo tangible en la muchedumbre. Eran m¨¢s de los que pensaban para el tiempo de perros que hac¨ªa, y eso les reconfortaba. A las 11.07 la lluvia se transform¨® en aguanieve. Luego en nieve. La gente se pon¨ªa contenta porque les daba m¨¢s fuerza, la cosa se pon¨ªa ¨¦pica, gritaban m¨¢s. ¡°?No queda dinero para los pensionistas, se lo gastan todo en ca?ones y autopistas!¡±; ¡°?Menos ladrones, m¨¢s pensiones!¡±. Hab¨ªa algunos ni?os y las familias coreaban: ¡°M¨¢s dinerito, para mis abuelitos¡±. Ver a ancianas gritando bajo la nieve no es algo que pase todos los d¨ªas, es verdad que impresionaba.
Casi una hora despu¨¦s, ah¨ª segu¨ªan. En un grupo de amigas, una propuso refugiarse en un bar a tomar un cafetito, y se resumi¨® la esencia del sentido de solidaridad en una frase: ¡°?C¨®mo te vas a ir La Mallorquina con la que tenemos aqu¨ª montada!¡±. Los pensionistas han pillado muy r¨¢pido la idea, este gobierno solo reacciona a sustos. Todos los d¨ªas hay protestas delante del Congreso, pero nunca les hacen ni caso ni salen en la tele. ?Qu¨¦ fue diferente el 22 de febrero para que a todo correr hasta se hiciera un pleno sobre ello? Uno se salt¨® el cord¨®n de seguridad, la polic¨ªa se tuvo que emplear. Esto tiene un nombre: desobediencia. No es exclusivo de la juventud, los mayores saben ser desobedientes, lo sabe cualquiera que tenga encargado que se tomen una pastilla que no les gusta. Ahora es el Gobierno, por ejemplo, una p¨ªldora amarga con un 0,25% de principio totalmente inactivo. Puro placebo. Encima los pensionistas se divierten, el ambiente en Sol no era de funeral, sino de buen humor. Se hac¨ªan fotos posando con los silbatos. Protestar les rejuvenece. No se van a cansar. Esta ma?ana, ni nevando se iban. ¡°No tengo cosa mejor que hacer, por m¨ª y por mis nietos¡±, resum¨ªa Candelaria Mu?oz. No es por lo suyo, cuestionan un sistema, y sus prioridades, y en fin, qu¨¦ pa¨ªs queremos ser de mayores.
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