Los jubilados del 68 toman la calle

Hay un meme que ha circulado estas semanas de whatsapp en whatsapp, con la viralidad al uso, donde se ve a un grupo de j¨®venes protestando en 1968, y despu¨¦s a un grupo de viejos protestando en 2018, y abajo se lee: ¡°Son los mismos¡±. En fin, el simplismo de un meme siempre corre el riesgo de la memez, pero hay algo de cierto. Medio siglo despu¨¦s, han llegado a la edad de jubilaci¨®n los j¨®venes del 68, y ya no son los pensionistas de generaciones anteriores, hijos de la guerra con una capacidad de resignaci¨®n a prueba de todo, a quienes la clase pol¨ªtica pastoreaba a sabiendas de que no se rebelar¨ªan. Antes al poder le pod¨ªan preocupar los controladores a¨¦reos o los obreros del metal, pero no los mayores. Ahora por primera vez se enfrentan a protestas de jubilados, un segmento electoral poderoso, y esos jubilados no parecen dispuestos a claudicar. Traen el car¨¢cter rebelde de la generaci¨®n del 68. No es que sigan buscando la playa debajo de los adoquines, pero s¨ª algo m¨¢s que un 0,25 bajo el empedrado del Estado del bienestar. Su nuevo grito es mucho m¨¢s corrosivo: ¡°?Seamos idealistas, pidamos lo posible!¡±

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Los pensionistas vuelven a salir a la calle para reclamar unas pensiones dignas

Editorial | Debate decepcionante

Lo que debes saber del sistema espa?ol de pensiones

El debate del mi¨¦rcoles dej¨® una frustraci¨®n considerable por diferentes razones, pero al menos tres. Primera: la evidente falta de voluntad para buscar un consenso. Segunda: la oposici¨®n nunca pareci¨® capaz de ir m¨¢s all¨¢ de la demagogia para representarles de verdad. Tercera: una vez m¨¢s Rajoy sali¨® demasiado bien parado con habilidad parlamentaria. Claro que llamar habilidades parlamentarias a convocar un falso debate, con un formato ventajista, resulta quiz¨¢ exagerado. No se le puede pedir a la oposici¨®n que ¡°no vengan con esl¨®ganes, sino con argumentos¡± y ofrecerles diez minutos. Con todo, la oposici¨®n no dio la talla. Rajoy, que un d¨ªa despu¨¦s tir¨® de emoci¨®n con la prisi¨®n permanente, ah¨ª les plante¨® un enfoque muy fr¨ªamente racional, vinculando la soluci¨®n al debate de Presupuestos. El balance fue decepcionante para los pensionistas.

Siempre es una frustraci¨®n percibir que la raz¨®n no basta. Adem¨¢s, hace falta dinero. Esto no va de querer que los pensionistas reciban m¨¢s, ?acab¨¢ramos! Esto va de cuadrar los Presupuestos con sanidad, educaci¨®n, seguridad, becas, desempleo, dependencia, I+D¡­ todo recortado. No s¨®lo los pensionistas sufren injusticias y desigualdades pendientes; tambi¨¦n j¨®venes, cient¨ªficos emigrados, parados de larga duraci¨®n, enfermos excluidos, mujeres maltratadas, dependientes¡­ y, a pesar de los demagogos y del tachintach¨¢n triunfalista de la recuperaci¨®n, no hay recursos para todo. O sea, hay que hacer pol¨ªtica. Y esta vez, en el juego de la pol¨ªtica, los pensionistas s¨ª parecen dispuestos a pelear por lo suyo sin resignarse. Son hijos del 68, aquella generaci¨®n que, como recuerda Gonz¨¢lez F¨¦rriz, autor de 1968. El nacimiento de un mundo nuevo, se levant¨® contra el statu quo surgido de la guerra rompiendo los consensos asumidos del Estado del bienestar. Y ahora saben que los grandes partidos dependen de ellos, y adem¨¢s, como dec¨ªan medio siglo atr¨¢s, que a veces ¡°hay que cerrar la calle para abrir el camino¡±. Hoy empiezan por la Puerta del Sol.