Los cinco grandes pa¨ªses de la UE apoyan la tasa a los gigantes de Internet
La Comisi¨®n Europea desliga el nuevo impuesto a las empresas tecnol¨®gicas de la guerra comercial con Estados Unidos
Grandes contra peque?os. Los cinco grandes pa¨ªses de la UE (Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Espa?a) se apresuraron ayer a apoyar la nueva tasa digital presentada por Bruselas, un gravamen del 3% sobre los ingresos de compa?¨ªas como Google, Amazon y Facebook. La llamada tasa Google amenaza con agravar las tensiones con EE UU, que ha provocado un conato de guerra comercial. Pero causa tambi¨¦n divisi¨®n interna en Europa por la resistencia de los peque?os pa¨ªses, en los que a menudo se domicilian las multinacionales para rebajar sus impuestos.
El denominado G5 europeo (Berl¨ªn, Par¨ªs, Londres, Roma y Madrid) abandera esa tasa digital, a sabiendas de que por ese agujero se escapan miles de millones de euros en impuestos. Los cinco pa¨ªses apoyan la propuesta de la UE ¡ªque prev¨¦ unos ingresos de 5.000 millones anuales¡ª y esperan que proporcione ¡°un impulso para las discusiones en el G20 y la OCDE¡±. La cumbre europea que empieza hoy debatir¨¢ ese asunto, pero ya est¨¢ claro que hay cualquier cosa menos consenso, como casi siempre que Europa discute de asuntos fiscales. Los pa¨ªses peque?os ¡ªencabezados por Irlanda, una suerte de limbo fiscal¡ª argumentan que el negocio digital ¡°est¨¢ en manos de multinacionales que operan en todo el mundo, y por eso no tiene sentido un impuesto europeo; hay que actuar a nivel global¡±, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas.
Las grandes econom¨ªas de la UE llevan meses impulsando la fiscalidad digital y no quieren esperar a las propuestas de la OCDE, a la vista de que las compa?¨ªas tecnol¨®gicas explotan sus mercados sin apenas dejar ingresos fiscales en las arcas p¨²blicas. Los peque?os, donde a menudo se domicilian esas multinacionales para rebajar su factura impositiva, tratar¨¢n de obstaculizar la tasa, como en el pasado han hecho con la llamada tasa Tobin o la armonizaci¨®n de las bases fiscales del impuesto de Sociedades. Bruselas se alinea con claridad junto a los grandes, pero la medida tendr¨¢ efectos secundarios por otra v¨ªa: amenaza con agravar la guerra comercial con EE UU.
La Casa Blanca ha provocado un incendio diplom¨¢tico con los aranceles sobre el acero; la Uni¨®n trata de negociar con Washington, pero plantea responder elevando los aranceles sobre los Levi¡¯s, el Bourbon o las motos Harley Davidson. En medio de ese ambiente enrarecido, la tasa digital es un nuevo elemento de discordia que puede agravar esa batalla, en la que Europa tiene las de perder: su elevado super¨¢vit comercial (del 4% del PIB de la eurozona, pero con picos de hasta casi el 10% en Alemania y Holanda) deja al Viejo continente expuesto a las maniobras de Trump.
Bruselas acumula multas multimillonarias contra los gigantes estadounidenses de Internet. Y EE UU se queja de que el nuevo impuesto est¨¢ claramente destinado a sus multinacionales. Pese a que no especifica la nacionalidad de las empresas, el sector tecnol¨®gico est¨¢ dominado por EE UU: de las 150 empresas que pueden verse afectadas por el impuesto, la mitad son norteamericanas, y solo un tercio europeas. Esa diferencia no ayuda a rebajar las hostilidades. El comisario de Econom¨ªa, Pierre Moscovici trat¨® la cuesti¨®n con el secretario del Tesoro norteamericano, Steven Mnuchin, en la reuni¨®n del G-20. ¡°No estoy seguro de haberle convencido, pero espero comprenda nuestra posici¨®n¡±, asegur¨® en una entrevista ofrecida a varios medios europeos, entre ellos EL PA?S.
¡°No es una tasa antiamericana¡±
La Comisi¨®n desvincula el gravamen de la incipiente guerra comercial, pero al otro lado del Atl¨¢ntico la interpretaci¨®n es m¨¢s dura. ¡°EE UU se opone con firmeza a la decisi¨®n de cualquier pa¨ªs de atacar a las empresas de Internet¡±, dijo Mnuchin sin citar la iniciativa comunitaria. La r¨¦plica desde Bruselas busca desligar la tasa del lugar de origen de las empresas: ¡°No es un impuesto antiamericano¡±, repiti¨® Moscovici. Las tecnol¨®gicas norteamericanas pisan fuerte en suelo UE. Los europeos saben que Google ofrece respuestas a sus dudas. Amazon, Instagram y Facebook tienen una enorme base de usuarios. A diario se escriben en la Uni¨®n 20.000 millones de correos electr¨®nicos, se publican 150 millones de posts en redes sociales, y se realizan 650 millones de b¨²squedas. Los datos personales son poder ¡ªas¨ª lo atestigua el esc¨¢ndalo Cambridge Analytica¡ª y valen dinero: Bruselas ataca por ese flanco, y quiere gravar la explotaci¨®n de datos de usuarios.
La Comisi¨®n ha puesto n¨²meros a la distancia que separa lo justo de lo injusto. Lo que pagan las empresas tradicionales en impuesto de sociedades ¡ªun 23,2%¡ª est¨¢ muy por encima de lo que abonan las tecnol¨®gicas: un 9,2%. Aunque para que el gravamen salga adelante hay que convencer a los peque?os: a Irlanda, Austria, Luxemburgo, Holanda, los b¨¢lticos y el resto de socios que han hecho de los bajos impuestos un modelo de negocio.
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