Dando tumbos hacia una guerra comercial
El problema entre EE UU y China no es el que Trump cree que es, y lo est¨¢ empeorando con sus acciones
"Las guerras comerciales son buenas y f¨¢ciles de ganar". Eso declaraba Donald Trump hace unas semanas, tras anunciar la imposici¨®n de aranceles al acero y el aluminio. Lo cierto es que las guerras comerciales rara vez son buenas, y no son en absoluto f¨¢ciles de ganar, en especial si uno no tiene ni la menor idea de lo que hace. Y de verdad que esta gente no sabe lo que hace.
En cierto modo, es raro. Despu¨¦s de todo, est¨¢ claro que el comercio es un tema que verdaderamente apasiona a Trump. Intent¨® destruir la reforma sanitaria del presidente Obama, pero todo dejaba entrever que su principal objetivo era empa?ar el legado de su predecesor. Quer¨ªa una rebaja fiscal, pero m¨¢s para obtener una "victoria" que porque le importasen sus consecuencias. Pero reducir el d¨¦ficit comercial es desde hace mucho tiempo una obsesi¨®n de Trump, de modo que ser¨ªa de esperar que aprendiese algo acerca de c¨®mo funciona el comercio mundial, o al menos que se rodease de gente entendida en la materia.
Pero no lo ha hecho. Y lo que ¨¦l no sabe puede perjudicarles y les perjudicar¨¢.
En el caso del acero, esto es lo que ha pasado: primero lleg¨® el pomposo anuncio de los grandes aranceles, supuestamente en nombre de la seguridad nacional, lo que enfureci¨® a los aliados de Estados Unidos, que son la principal fuente de nuestras importaciones de acero. Despu¨¦s vino lo que parece una rectificaci¨®n: el Gobierno ha eximido de dichos aranceles a Canad¨¢, M¨¦xico, la Uni¨®n Europea y otros.
?Se debi¨® esta rectificaci¨®n a las amenazas de represalia, o es que el Gobierno no cay¨® en la cuenta al principio de que los aranceles afectar¨ªan principalmente a nuestros aliados? En cualquier caso, es posible que Trump se haya quedado con lo peor de ambos mundos. Ha indignado a pa¨ªses que deber¨ªan ser nuestros amigos y se ha forjado una reputaci¨®n de aliado y socio comercial poco fiable, sin siquiera hacer mucho por el sector al que supuestamente intentaba ayudar.
Y ahora viene el S¨ªndrome de China. El jueves, el Gobierno anunciaba que impondr¨ªa un gravamen a diversas mercanc¨ªas chinas, y que los detalles se especificar¨¢n m¨¢s adelante. ?Y qu¨¦ pasar¨¢ ahora?
Seamos claros: en lo que se refiere al orden econ¨®mico mundial, China es, efectivamente, un mal ciudadano. En concreto, trata de manera irresponsable la propiedad intelectual, apropi¨¢ndose de hecho de tecnolog¨ªas e ideas desarrolladas en otros lugares. Tambi¨¦n subvenciona algunos sectores, entre ellos el acero, contribuyendo a un exceso de capacidad mundial.
Pero aunque su camarilla menciona estas cuestiones, Trump parece obsesionado con el d¨¦ficit comercial de Estados Unidos con China, y sigue diciendo que asciende a 500.000 millones de d¨®lares. (En realidad son 375.000 millones, pero ?qui¨¦n lleva la cuenta?)
?Qu¨¦ tiene de malo esta fijaci¨®n? En primer lugar, buena parte de ese gran d¨¦ficit es un espejismo estad¨ªstico. Hay gente que llama a China el Gran Ensamblador: muchas de las exportaciones chinas est¨¢n compuestas de hecho por piezas producidas en otras partes, sobre todo en Corea del Sur y Jap¨®n. El ejemplo cl¨¢sico es el iPhone, que est¨¢ "fabricado en China", pero en el que el trabajo y el capital chinos representan solo un peque?o porcentaje del precio final.
Se trata de un ejemplo extremo, pero forma parte de un patr¨®n m¨¢s amplio: buena parte del aparente d¨¦ficit comercial de Estados Unidos con China ¡ªprobablemente casi la mitad¡ª es en realidad un d¨¦ficit con los pa¨ªses que venden componentes a la industria china (y con los que China mantiene d¨¦ficits). Esto a su vez tiene dos implicaciones: Estados Unidos tiene mucha menos palanca comercial sobre China de lo que Trump imagina, y la guerra comercial con "China" enfadar¨¢ a grupos de pa¨ªses m¨¢s amplios, algunos de los cuales son estrechos aliados.
Y lo m¨¢s importante, el excedente comercial total de China no es en la actualidad un gran problema ni para Estados Unidos ni para el mundo en general.
Y digo "en la actualidad" a prop¨®sito. Hubo un tiempo, no hace mucho, en el que Estados Unidos registraba un desempleo elevado y China, al mantener su moneda infravalorada y grandes super¨¢vits comerciales, empeoraba a¨²n m¨¢s ese problema de desempleo. Y por aquel entonces yo ped¨ªa que Estados Unidos actuase con firmeza en dicha cuesti¨®n.
Pero eso era entonces. Los excedentes comerciales chinos han bajado considerablemente; por otra parte, Estados Unidos ya no tiene un desempleo elevado. A lo mejor Trump piensa que nuestro d¨¦ficit comercial con China significa que ellos van ganando y nosotros perdiendo, pero no es cierto. El comercio chino ¡ªal contrario que otras formas de mala praxis¡ª no es el asunto que necesariamente hay que solucionar en el mundo de 2018.
Y aqu¨ª est¨¢ el problema: al avanzar dando tumbos hacia una guerra comercial, Trump debilita nuestra capacidad para hacer algo respecto a los verdaderos problemas. Si queremos presionar a China para que respete la propiedad intelectual, es necesario reunir una coalici¨®n de naciones perjudicadas por los fraudes chinos, es decir, otros pa¨ªses avanzados, como Jap¨®n, Corea del Sur y los pa¨ªses europeos. Pero Trump se est¨¢ ganando sistem¨¢ticamente la enemistad de esos pa¨ªses, con cosas como el arancel intermitente al acero y su amenaza de tasar mercanc¨ªas que, aunque se monten en China, se producen principalmente en otros pa¨ªses.
En definitiva, la pol¨ªtica comercial de Trump se est¨¢ convirtiendo r¨¢pidamente en una clase pr¨¢ctica sobre los costes de la ignorancia. Al negarse a hacer su trabajo, el equipo de Trump est¨¢ perdiendo amigos, y adem¨¢s no consigue influir en la gente.
Lo cierto es que las guerras comerciales son malas, y que casi todos acaban perdiendo econ¨®micamente. Si alguien "gana", ser¨¢n los pa¨ªses que consigan influencia geopol¨ªtica gracias a que Estados Unidos est¨¢ echando a perder su reputaci¨®n. Y eso significa que, en la medida en que alguien pueda emerger como vencedor de la guerra comercial de Trump, ese ser¨¢... China.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa.
? The New York Times Company, 2018.
Traducci¨®n de News Clips.
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