Barcelona sin rumbo

En mayo de 2015 Podemos y sus confluencias consiguieron tener dos alcaldesas en Madrid y Barcelona, dos de las principales ciudades europeas con elevados presupuestos y una gesti¨®n compleja. El resultado tres a?os despu¨¦s no puede ser m¨¢s desigual, lo cual confirman que por encima de las instituciones y de los partidos est¨¢n las personas.

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Carmena en minor¨ªa y con un equipo de concejales con poca experiencia ha primado la gesti¨®n sobre la pol¨ªtica de partido. Su mayor ejemplo de pragmatismo es aprobar la operaci¨®n Chamart¨ªn, algo que el PP hab¨ªa sido incapaz tras veinte a?os gobernando en la ciudad y la Comunidad de Madrid.

Esta semana Colau ha conseguido que todos los partidos voten en contra de ella en el pleno sobre la remunicipalizaci¨®n del agua. Tiene m¨¦rito poner de acuerdo a la CUP con el PP y a Ciudadanos con ERC y el PDeCat. La alcaldesa, como buena anticapitalista, culp¨® a las multinacionales de su fracaso, pero parece poco cre¨ªble que la CUP est¨¦ vendida a las multinacionales.

Colau se encontr¨® una ciudad con problemas, en condiciones normales alguien con su perfil no habr¨ªa ganado las elecciones en Barcelona. En su campa?a prometi¨® acabar con los desahucios y hacer m¨¢s accesible la vivienda, especialmente para los j¨®venes y los barceloneses con menor renta. La realidad es que los desahucios contin¨²an, especialmente por impagos del alquiler, y los precios de la vivienda han tenido una de las mayores subidas de la historia durante su mandato, expulsando a miles de sus votantes del centro.

Sin plan para la ciudad y con promesas incumplidas, Colau ha mostrado su dogmatismo con el agua. Un modelo centenario de colaboraci¨®n p¨²blico privada de ¨¦xito sin el cual no ser¨ªa posible el desarrollo econ¨®mico de Barcelona y su ¨¢rea metropolitana. Romper el contrato, como reconoci¨® el propio ayuntamiento, costar¨ªa al menos 800 millones de euros a los barceloneses. Barcelona al igual que el resto de ciudades espa?olas en el Mediterr¨¢neo, est¨¢n en la zona de mayor estr¨¦s h¨ªdrico de Europa por el cambio clim¨¢tico. Las inversiones para hacer frente a ese reto, seg¨²n la ONU y Bruselas, ser¨¢n muy cuantiosas.

Un alcalde que mire por el bien com¨²n, en vez de generar un problema donde no lo hay, estar¨ªa pensando en los barceloneses que est¨¢n por nacer y en desarrollar un ecosistema de innovaci¨®n que resuelva el reto y sit¨²e a Barcelona como l¨ªder mundial en reciclaje y reutilizaci¨®n de agua.

Una ciudad que ha vivido una de los casos de transformaci¨®n m¨¢s exitosos del mundo, con el m¨¦rito de no tener la capitalidad del Estado, ha entrado en una din¨¢mica de destrucci¨®n de todo lo avanzado los ¨²ltimos cuarenta a?os de democracia. La Declaraci¨®n de Independencia transmite una imagen de conflicto muy da?ina para una ciudad innovadora del siglo XXI. Pero mucho m¨¢s da?ina para la ciudad son las decisiones de su alcaldesa.

Muchos barceloneses no son conscientes, pero esta semana se han librado de un error hist¨®rico que habr¨ªa condicionado su empleo y sus salarios durante d¨¦cadas.