?Es buena idea subsidiar los salarios?
Los complementos al sueldo ser¨ªan positivos en econom¨ªas como la espa?ola, mas precisan de otras medidas
La respuesta inmediata a la pregunta que da t¨ªtulo a este art¨ªculo es que ser¨ªa considerablemente mejor elevar los salarios. Las devaluaciones salariales y el intenso proceso de precarizaci¨®n de las condiciones laborales resultantes de la crisis han dado lugar al aumento de la desigualdad, dificultan la mejora de la productividad laboral, limitan la adecuaci¨®n de las pensiones a las necesidades de los hogares e incluso pueden propiciar la inestabilidad del sistema pol¨ªtico, ante la desafecci¨®n que produce el dispar comportamiento de las rentas del trabajo y las del capital.
En lugar de animar el crecimiento de las remuneraciones, algunos pa¨ªses han optado por lo que en terminolog¨ªa anglosajona se denomina in-work benefits (IWB) o complementos salariales. Mediante el pago de prestaciones por hora trabajada, estos instrumentos tratan de combinar el aumento de los ingresos con una mayor participaci¨®n laboral de los trabajadores con rentas m¨¢s bajas. Muy desarrollados en el ¨¢mbito anglosaj¨®n, apenas han tenido aplicaci¨®n en Espa?a. Una excepci¨®n reciente, aunque inadvertida por la escasez de recursos asignados, es una de las medidas pactadas por Ciudadanos y el Partido Popular para la aprobaci¨®n de los Presupuestos de 2018, que consiste en un complemento salarial de 430 euros para j¨®venes con un contrato con cargo a la Garant¨ªa Juvenil europea.
En t¨¦rminos generales, los complementos salariales son prestaciones que se conceden a individuos que trabajan y que reciben ingresos salariales que pueden considerarse bajos o insuficientes. El objetivo es intentar evitar la trampa de la pobreza, generar incentivos para la incorporaci¨®n al mercado laboral y reducir la pobreza de los trabajadores con remuneraciones m¨¢s bajas. Seg¨²n los ¨²ltimos datos de Eurostat, esta situaci¨®n afectar¨ªa a algo m¨¢s de un 9% de los trabajadores de la Uni¨®n Europea, mientras que en Espa?a el porcentaje de personas ocupadas con ingresos inferiores al umbral de pobreza supera el 13%.
Los IWB se presentan en muchos casos como una deducci¨®n en la cuota del impuesto sobre la renta por su mayor facilidad de gesti¨®n. Aunque existen varios trabajos al respecto, no est¨¢ claro cu¨¢l debe ser su dise?o ¨®ptimo. Una f¨®rmula que parece haber funcionado bien en algunos pa¨ªses es la siguiente: en una primera fase la persona beneficiaria recibe un porcentaje de la deducci¨®n m¨¢xima, en una segunda fase se recibe la prestaci¨®n completa y en una tercera se aplica progresivamente un porcentaje de descuento hasta que se elimina la prestaci¨®n al haber conseguido una renta suficiente.
Aunque estos instrumentos parecen haber contribuido a reducir la desigualdad y a elevar las rentas de las personas beneficiarias en los pa¨ªses donde m¨¢s se han desarrollado, presentan tambi¨¦n algunos problemas. Podr¨ªan crear desincentivos entre algunos trabajadores, como los que tienen salarios ligeramente superiores al nivel fijado para percibir el complemento, y, sobre todo, podr¨ªan tener el efecto contrario al deseado si son utilizados por los empleadores para reducir los costes salariales. Adem¨¢s, sistemas excesivamente generales en su aplicaci¨®n podr¨ªan ser poco eficaces.
Los estudios que han evaluado las respuestas individuales ante estos instrumentos muestran cierto consenso en que, en pa¨ªses como Estados Unidos o Reino Unido, con caracter¨ªsticas de sus mercados de trabajo no directamente extrapolables al caso espa?ol, los IWB favorecen el tr¨¢nsito desde la inactividad a la ocupaci¨®n, pero no parecen generar aumentos de las horas trabajadas entre los que ya estaban empleados. Algunos estudios tambi¨¦n ponen de manifiesto posibles desincentivos en la participaci¨®n laboral de los segundos perceptores de rentas en el hogar. Las evaluaciones realizadas, sin embargo, suelen obviar c¨®mo se combina el desarrollo de los IWB con otros programas. Los citados efectos redistributivos positivos dependen en gran medida de que a la vez se extiendan las prestaciones de garant¨ªa de ingresos, los programas de inserci¨®n sociolaboral y de que aumenten los salarios m¨ªnimos.
Algunas simulaciones que se han hecho sobre su posible introducci¨®n en Espa?a muestran tanto el potencial que pueden tener los IWB para moderar la incidencia del problema de la pobreza en los trabajadores con salarios bajos como las condiciones necesarias para que ese impacto sea positivo. Una posible propuesta, por ejemplo, ser¨ªa transformar la actual deducci¨®n por maternidad de 100 euros que lleva vigente desde el a?o 2003, de la que se benefician las mujeres con hijos peque?os que trabajan y cotizan a la Seguridad Social, por un IWB destinado a aquellas con menores salarios. La simulaci¨®n de esta reforma muestra que los posibles efectos sobre la incorporaci¨®n al empleo y los ingresos de las mujeres que actualmente no trabajan ser¨ªan positivos, aunque aumentar¨ªa el empleo a tiempo parcial en las que trabajaban a tiempo completo. Sin embargo, para que esas ganancias de eficiencia y equidad fueran posibles, tendr¨ªa que darse un aumento muy importante de la contrataci¨®n por parte de los empleadores. Sin cambios desde el lado de la demanda, esos efectos redistributivos apenas se producir¨ªan.
Puede decirse, en s¨ªntesis, que en un pa¨ªs donde los salarios medios y las prestaciones familiares est¨¢n muy por debajo de la media europea podr¨ªa ser positiva una pol¨ªtica de estas caracter¨ªsticas. Esos efectos favorables depender¨¢n, sin embargo, de la implementaci¨®n de medidas mucho m¨¢s amplias. Plantear un complemento salarial como ¨²nica estrategia de mejora, tanto de las remuneraciones como de la protecci¨®n social, podr¨ªa no s¨®lo no reducir sustancialmente el problema de la desigualdad y de los bajos salarios, sino producir el efecto contrario.
Luis Ayala es catedr¨¢tico de Econom¨ªa en la Universidad Rey Juan Carlos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.