Argentina: Episodio XXIV
La tensi¨®n ya se ha contagiado a otros pa¨ªses emergentes y puede llegar hasta Europa
En el verano del 2015 estaba en Argentina y viv¨ª en directo la campa?a electoral. La situaci¨®n de la econom¨ªa era muy complicada y fue determinante para la victoria de Mauricio Macri. Hab¨ªan entrado el a?o anterior en recesi¨®n y no hab¨ªa datos oficiales de inflaci¨®n, pero los oficiosos la situaban pr¨®xima al 40%. La inversi¨®n era del 17% del PIB, una de las tasas m¨¢s bajas de Am¨¦rica Latina y tres puntos inferior a la de 2007 y el d¨¦ficit p¨²blico se dispar¨® hasta el 6% del PIB.
Catorce a?os despu¨¦s del impago de la deuda de 2001, Argentina segu¨ªa sin acceso a los mercados de capitales internacionales, las importaciones en 2014 cayeron un 10% en volumen y el precio de la soja, su principal bien de exportaci¨®n, se desplom¨® un 40% entre 2013 y 2015. Esto junto a la baja tasa de ahorro provocada por el aumento del gasto p¨²blico explicaban un d¨¦ficit exterior del 3% del PIB.
El Gobierno hab¨ªa impuesto un corral¨®n, denominado cepo cambiario, para frenar la fuga de capitales, pero ante la imposibilidad de financiar el d¨¦ficit exterior le ped¨ªa prestado al banco central generando inflaci¨®n. El tipo de cambio estaba sobrevalorado penalizando a las empresas industriales exportadoras y favoreciendo el consumo de importaciones, el gran problema estructural de Argentina durante d¨¦cadas. Y hab¨ªa inflaci¨®n embalsada. Para que un ciudadano de Buenos Aires pagase por la electricidad lo mismo que uno de Montevideo ¡ªambas ciudades est¨¢n separadas por el r¨ªo de la Plata¡ª el gobierno argentino tendr¨ªa que haber multiplicado por siete veces las tarifas.
Como ense?amos en las clases de macroeconom¨ªa internacional, Argentina necesitaba un plan de estabilizaci¨®n de manual: una pol¨ªtica fiscal contractiva, una devaluaci¨®n del tipo de cambio con una pol¨ªtica monetaria expansiva y un pacto de rentas donde se contienen salarios y beneficios y se prioriza la inversi¨®n productiva y la creaci¨®n de empleo. Y un plan de desarrollo para reducir su dependencia de las exportaciones de soja y carne.
Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, presidenta, y Scioli, candidato peronista, vend¨ªan a los argentinos un pa¨ªs de nunca jam¨¢s. Iba preocupado, pero tras escuchar a Macri y su equipo econ¨®mico en la campa?a vine a¨²n m¨¢s preocupado. Todo era superficial y dominado por asesores de comunicaci¨®n destacando el hiperliderazgo. Pero no hab¨ªa un plan econom¨ªa coherente a corto y largo plazo para Argentina y todo se fiaba al hada de la confianza que iba a generar Macri. Me record¨® a la campa?a de Rajoy en 2011, que acab¨® con Espa?a rescatada por el FMI y los socios europeos.
Argentina sigue con una inflaci¨®n galopante, el mismo d¨¦ficit p¨²blico que en 2015, el d¨¦ficit exterior es el doble y las cuantiosas emisiones en d¨®lares aumentar¨¢n significativamente el stock de deuda p¨²blica y externa. Macri ha tenido que solicitar un rescate al FMI, como Rajoy en 2012. La tensi¨®n ya se ha contagiado a otros pa¨ªses emergentes y puede llegar a la periferia europea y Espa?a. La duda es la misma que tuve en 2015: ?Har¨¢ Macri el plan de estabilizaci¨®n o volver¨¢ a hacer caso a sus asesores de comunicaci¨®n?
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